Todo, absolutamente todo. Pero, ¿Qué es todo? Todo son demasiadas cosas, pero todo y nada a veces son amigos, el todo no puede vivir sin el nada, así como el nada no puede vivir sin el todo, y todo era lo que ella estaba a punto de dejar atrás.
Ya había aguantado demasiado, estaba harta de preguntarse porque a sus 18 años le tenía tanto miedo al mundo. Bueno, no al mundo, si no a la gente que lo habitaba. También estaba harta de esconderse, de fingir ser algo que no era, o de simplemente fingir que no existía, pero todo eso iba a cambiar en menos de 4 horas.
Entro por la puerta giratoria del aeropuerto y saludó al guardia con una sonrisa, llevaba demasiado sin mostrar una sonrisa, bueno, quizás no tanto, pero esos tres meses se habían echo eternos, y para ella era momento de levantar cabeza y cambiar de vida.
Se montó en el avión después de facturar las maletas y dejó ir un suspiro. ¿Estaría haciendo lo correcto?, ¿Qué pasa si las cosas van mal?, ¿Qué pasa si tiene que volver?
No. Eso no iba a pasar, ella podía con esto, así como había podido con todo lo que siempre se le había puesto delante.
Había sido un espíritu libre atrapado en un sitio demasiado oscuro por demasiado tiempo y por fin había conseguido salir de él, y ahora volaba apuntando a su nueva meta. Londres.
Tenía tres reglas de oro muy importantes que seguir durante esta nueva etapa en su vida. Una era no ser tímida, la otra ser positiva y la tercera era que nadie iba a pararle nunca los pies. Si. Lo tenía.
Llego al aeropuerto sobre las siete de la tarde y busco el cartel en el que ponía su nombre juntamente con su apellido. Hacia tiempo que no veía a su madre. Si padre no se lo permitía, moría de ganas de verla y de conocer a su nueva familia.
Por fin vio un cartel en el que ponía "Irene Steele". Se acercó con una sonrisa a la chica que estaba aguantando el cartel. Era guapa, aun que no era la típica belleza que todo el mundo describe, era bastante diferente a lo que se entiende cuando la gente califica a alguien como "guapa". Esa chica era morena con el pelo largo y ondulado casi hasta la cintura, unos ojos pequeñitos y oscuros como la noche y una simpática sonrisa adornada por dos profundos hoyuelos.
-¡Hola! Tu debes ser Irene, yo soy Pau, encantada.-La chica sonríe después de darle dos besos.
-Si, soy Irene encantada.- Sonríe.
-Tu madre quería venir a buscarte pero estaba trabajando y he venido yo, espero que no te hayas llevado una decepción demasiado grande, ella llegara en dos horas.
-No te preocupes.-Ríe por la simpatía y la velocidad de las palabras de la chica.- ¿Tu eres la hija del novio de mi madre?
-Aha, si, soy yo.-Sonríe.-Somos hermanastras, espero ser mejor que las de cenicienta. Anda trae, te llevaré las maletas.-Coge sus maletas y se dirigen al coche.- Te enseñaré la casa y te ayudare a instalarte antes de que llegue tu madre, ¿Te importa compartir habitación conmigo? Es que no tenemos más.
-¡Claro que no! Además, así nos conocemos mejor y vamos hablando, será genial.
Entre risas y comentarios sobre el viaje y cosas varias llegan a casa. Irene mira la casa con asombro, es grande y preciosa, todo lo contrario del cuchitril que se veía obligada a compartir con su padre en España. Definitivamente las cosas aquí habían empezado muy bien, al menos se llevaba bien con la hija de su padrastro, ya era un gran paso. Pau abre la puerta de casa con la llave y entra primera para dejarle pasar después a ella con las maletas.
Sonríe tristemente al ver las fotos familiares colgadas de las paredes al lado de algún que otro cuadro con una frase positiva, todo estaba decorado con un gusto exquisito.
Cuando llegaron a la habitación se quedó aun más alucinada. Era una habitación grande con las paredes blancas combinadas con color marrón clarito, encima de una de las camas había una frase en unas preciosas letras donde se puede leer "Earth without art is just eh" rodeado de un alambre de luces en forma de corazón y unos pájaros dibujados que conducen a una pared con una escalera de fotos. En cambio en la otra cama solo había un cuadro donde pone "Live, laugh, LOVE".
-Esa es tu cama.-Pau señala la del cuadro.- Puedes poner tu parte de la habitación como tu quieras. Ahí hay un baño y te he vaciado ese armario para que metas tus cosas.-Habla mientras señala las cosas que va nombrando.
-Muchas gracias.-Irene sonríe y pone su maleta encima de la cama para empezar a deshacerla. Estaba sintiendo una gran envidia de esa chica, tenia la vida perfecta, la habitación perfecta... Era envidia sana, pero envidia.
Cuando acabó de deshacer la maleta Pau volvió a la habitación, ya que había salido a hablar por teléfono.
-Podemos esperar a tu madre haciendo lo que mas te apetezca, si quieres puedes darte un baño o tumbarte un poco... Si quieres también puedes pedirme que me calle, es que estoy muy emocionada de que estés aquí.-Suelta una pequeña risita.
-No me molestas, la verdad es que solo quiero descansar.-Se tumba en su cama y mira la mesita de noche de Pau.-Es tu novio?
-Oh si.-Sonríe mirando la foto en la que sale a caballito de un chico castaño con una bonita sonrisa.- Se llama Liam, lo conocerás mañana en clase junto a los demás. ¿Tu tienes novio?
-Oh... No, yo no...- Hace una mueca recordando lo que paso hace tres meses. Le había echo demasiado daño, no se explicaba como alguien podía fingir amor de una manera tan descarada y luego acabar con todo de la manera que el hizo. La verdad es que todos los hombres le han fallado en su vida, aun así no tenia ninguna clase de miedo a enamorarse de nuevo, es mas, lo quería, quería encontrar a alguien por fin a quien si le importara de verdad y pudiera compartir todos sus buenos momentos, quería que la abrazaran, que le hicieran cosquillas aun que ella finja odiarlas, que jueguen con su pelo y que la besen para despertarla. ¿Era pedir demasiado? No lo sabía... Nunca nadie le ha dicho que eso fuera posible, nunca ha tenido esos ánimos.
-¿He dicho algo malo...?-Pregunta Pau con cuidado.
-Oh no, no que va, es solo... Ya sabes, esos recuerdos que vienen en momentos que no deberían venir.-Le sonríe.-¿Y cuanto lleváis juntos?
-Un año, tres meses y veintiún dias.-Sonríe como una tonta.-Es el chico perfecto, enserio, no hay nadie como el.
-Creo que de donde yo vengo no hay chicos así.-Ríe Irene irónicamente.
-¿Porque dices eso?-Pregunta Pau mirándola curiosa.
-Te lo contare algún día... Pero hoy no tengo ganas de hablar de esto, espero que no te importe.
-Para nada.-Sonríe y se escucha la puerta.-Tu mama llegó.-Ríe y se levanta.
Irene se levanta rápidamente y baja las escaleras corriendo tirándose en los brazos de su madre dándole a un gran abrazo al que ella responde abrazándola con mas fuerza y soltando algunas lagrimas.
-Mi niña... Como has crecido.-Le sonríe tiernamente limpiándose los ojos.
-Yo os dejo solas, me voy con Liam, adiós.-Pau sale por la puerta dejando a madre e hija aún abrazadas.
-Dios.... Me alegro tantísimo de verte... No sabes lo que ha sido estar viviendo con él, mama... Ha sido horrible.
-Ya esta cariño, estas en tu casa, esta es tu casa y esta es tu familia.-Besa su frente.-Anda, vamos a cenar.
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A VER, EL PRIMER CAPITULO ES UN POCITO CUTRE PERO ERA SOLO PARA PLANTEAR LA HISTORIA, LOS SIGUIENTES SETAN MEJORES :) UN BESITO MUY GRANDE <3
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MY HAPPY ENDING.
Hayran KurguTodo, absolutamente todo. Pero, ¿Qué es todo? Todo son demasiadas cosas, pero todo y nada a veces son amigos, el todo no puede vivir sin el nada, así como el nada no puede vivir sin el todo, y todo era lo que ella estaba a punto de dejar atrás.