13 Niall Horan (Español)

Capítulo 27

Los siguientes días pasaron en paz, sin palabras o señales de Niall mientras esperábamos con paciencia por alguna noticia alrededor de que él se había enterado sobre Louis y yo. Me empecé a preocupar no solo por su seguridad sino por sus planes con 13, cómo iban a funcionar las cosas entre él y Kyle. Una noche estaba despierta calmando a la bebé, escuché voces bajo las escaleras y la puerta abrirse, la voz de Harry parecía preocupada y muy baja. Escuché pasos acercándose a mi puerta, Emma asomó su cabeza con horror en su expresión.

"Thirteen está aquí." Dijo y la seguí por las escaleras, cargando a la niña y reconocí a tres escoltas de Niall, los que eran más cercanos a su padre. Miraron hacia arriba e inmediatamente sonrieron cuando me vieron cargando a la niña y los tatuajes familiares sobre mi piel.

"Empaca tus cosas, nena. Él está esperando." Uno de ellos simplemente dijo, señalando a los carros afuera. Me giré a ver a los demás, Louis se unió con Emma y Harry, todos ellos mirando a los escoltas con cierto desprecio. Suspiré y subí las escaleras con la bebé antes de que Emma me alcanzara para ayudar a tomar mis cosas. Estuve lista en pocos minutos, bajando el porta-bebé cuando Emma pudo hacerla dormir. Cuando estuvimos afuera, todos me abrazaron, deseándome buena suerte antes de que me metiera al auto con los escoltas, y un recluta más joven conduciendo. Él me miró antes de acelerar, mantuve a la bebé durmiendo muy cerca de mí.

El camino fue muy corto, pero el doloroso silencio entre los escoltas y yo lo hizo parecer más tardado porque yo miraba por la ventana todo el tiempo. Londres era desconocido para mí, mis ojos podrían ir de edificio en edificio porque perdí la pista de dónde estábamos. Finalmente el auto paró frente a una vieja casa de cárcel, los ladrillos desmoronándose y muchos agujeros indicando el lugar de las ventanas. Con cuidado levanté a la bebé fuera de su asiento hasta mis brazos cuando salimos del auto y seguimos a los escoltas dentro del edificio. Por más que había esperado por este momento de verlo otra vez, no tenía idea de cuál podría ser su reacción con la niña.

Me quedé callada mientras la sostenía en mis brazos, caminando por un largo corredor hasta una sala de juntas. Dentro había un gran grupo de hombres, la mayoría cargando rifles y malas caras. Los reconocí como los guardias más cercanos a Alan, nunca fallando a su lealtad con 13 o la familia Horan. Uno de ellos me ofreció una silla, sonreí con debilidad y me senté, mis manos temblaban sosteniendo a mi hija. Mi corazón comenzó a golpetear dentro de mí cuando una puerta se abrió al otro lado del lugar y Niall entró, vistiendo una camisa blanca formal, un chaleco de rayas y un pantalón negro. Él se veía más alto y más trabajado, su camisa envolvía sus músculos y el chaleco quedaba ceñido en su torso. Las mangas de su camisa estaban enrolladas hasta sus codos, revelando varios tatuajes más, luciendo intensos y poderosos sobre su clara piel.

Su cabello tenía rayos rubios pero su castaño natural crecía, estilizando un copete desaliñado. Los ojos que muchas veces reflejaron miedo, muerte y mucho más seguían en un amargo y crudo tono de azul claro. Ellos flotaron hasta la cobija en mis manos, ningún sonido saliendo de él mientras se inclinaba frente a mí. Cuidadosamente removió la mitad superior de la cobija para ver la cara de la bebé dormida, sus dedos acariciaron su mejilla. Un áspero silencio llenó el lugar cuando él retrocedió, su mirada ahora se enfocó en la mía. Él ladeó la cabeza para indicarle a los otros que abandonaran el lugar. Tan pronto como la puerta se cerró, cruzó sus brazos frente a su pecho y se sentó sobre la mesa frente a mí.

"¿Cómo se llama?" Preguntó, su mirada nunca dejando la mía. Bajé mi cabeza para verla bostezar y moverse, acomodándose en mis brazos.

"No lo he decidido aún." Respondí con un hilo de voz. Él pasó su lengua por sus labios, bajando sus brazos y metiendo sus manos en sus bolsillos antes de caminar de un lado a otro.