Capítulo 3

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Otro día más de escuela, era martes.
Me levanté de mi cama y me vestí cómoda para ir a clases.
Bajé a desayunar y allí se encontraban mis padres como todos los días, tomando café. Me senté junto a ellos y me hice el desayuno.

- Buenos días - dije dormida.
- Buenos días cariño - dijeron ellos al unisono.
- Hija, tenemos una buena noticia! - dijo mi madre.
- Cual mamá?! Dime dime! - dije nerviosa.
- Tu tan querido doctor se mudará aquí en frente -
- De verdad! Con Cameron!? - dije saltando de alegría.
- Si cariño - dijo mi padre riendo.
- Bien, debo irme a clases ya, me llevas papá? - dije recogiendo mis cosas.
- Claro hija - mira su reloj - ...pero es muy temprano aún, que es lo que tienes que hacer que estas tan apurada - dijo.
- Hablar con Cameron - dijo mi madre y se tapó la boca rápidamente. - Se me escapó - dijo con cara de disgusto.
- Esta bien, vamos sube al auto - dijo mi padre.

Llegué a la escuela. Y en la puerta se encontraba Cameron. Corrí hacia él y lo abracé.

- Por que nunca me dijiste que te mudabas al frente de mi casa tonto - dije sonriendo, y le di un beso en la mejilla.
- Me arruinaron la sorpresa - dijo triste.
- No sabes lo feliz que estoy! Podremos juntarnos todos los días, ir al parque, salir a andar en bici, ver películas - dije con una sonrisa de oreja a oreja.
- Yo también estoy muy feliz, le debo las gracias a tu padre, el le contó al mío que la casa de enfrente tuya estaba en venta - dijo feliz.
- Ya tendrás mucho tiempo para agradecerle - le guiñé el ojo.

Entramos juntos a clases y estuvimos todo el día juntos planeando cosas para hacer. No nos habíamos separado en ningún momento. Fue uno de los mejores días que tuve.

En el almuerzo. Sirviéndonos la comida.

- Y cuando te mudas? - dije.
- Hoy, luego de clases debo ir a la "nueva casa", estaré el resto del día desempacando cajas y más cajas - dijo.
- Puedo ayudarte, si quieres - dije sonriendo mientras agarraba un pastel de manzana.
- La verdad no lo sé, primero que todo no tienes por que ayudarme y segundo estará mi madrastra y no le agrada nadie que no sea mi padre - dijo de mal humor.
- Esta bien, pero igual iré a llevarte la merienda. - dijo con un tono de madre.

Tomé la bandeja de comida con las 2 manos y fui a buscar un asiento para Cameron y para mi.
En el camino me crucé con Brittany, la chica "Popular" la más creída del instituto. Ella me odiaba, se podría decir que el odio era mutuo.
Pasó cerca mío con su bandeja y me la tiró literalmente encima.

- Oh! Lo siento tanto... no te vi - dijo mintiendo y con un tono que me desesperaba. Lo había hecho a propósito.
- Cállate! Deja de mentir me tiraste la bandeja encima, ya me habías visto! Tarada! - dije gritándole en la cara, y una profesora vino a retarme, por supuesto.
- Michelle! Que le pasa a usted señorita - dijo la profesora tan arrogante como de costumbre.
- Ella me tiró la bandeja encima, no es justo! Debería retarla a ella! - dije enfadada.
- Ve al baño, limpiate eso y regresa aquí a limpiar lo que ensuciaste! - dijo la profesora señalando la puerta.
- Pero!... - me interrumpió.
- Sin peros! - dijo.
- La salsa roja no sale, bonita. Que lástima que vas a tener que tirar esa remera tan fea - dijo Brittany en tono burlón. La miré con desprecio pero me aguanté sin decirle nada.

Miré a Cameron que estaba justo detrás mío, Brittany le dio un beso en la mejilla y lo abrazó. Obviamente lo hizo para darme celos, pero una chica como ella nunca lo lograría.

Me dirigí a mi casillero a buscar ropa para cambiarme, y luego fui al baño. La ropa que tenía guardada era horrible y me quedaba pequeña.

Al salir del baño Cameron estaba esperándome, lo miré y seguí de largo. Estaba molesta con todo el mundo, el no me había defendido y no lo culpo, pero cuando me enojo con algo soy una bomba y me peleo con todo mi alrededor. Sólo quería estar sola.
El me siguió atrás, dándome mi espacio.

Terminaron las clases de la tarde y me junté con Cameron en la puerta para ir en camino a casa. Vivíamos en la misma calle así que nos acompañábamos mutuamente.

En el camino Cameron me hablaba y me hablaba y yo estaba en otro mundo, pensando en por qué Brittany era tan estúpida. Ella fue mi mejor amiga en jardín aunque no lo crean. Por que nos separamos y nos odiamos tanto ahora? No lo sé. Eso mismo me pregunto. Quizás es porque la entre cambia, no somos iguales toda la vida.

Llegamos a mi casa y Cameron me besó en la mejilla y se fue a la suya, la verdad apreciaba que se mudara en frente.

Por la tarde fui a mi cocina y preparé 3 sándwiches de jamón y limonada para llevarle a Cameron, su padre y su madrastra.

Salí de mi casa y fui a la casa de Cameron, miré la ventana de arriba, la casa era de dos pisos. Y ahí estaba Cameron, en su cuarto.

- Hola vecino! - le grité y el se volteó a ver y vino a abrirme la puerta. Pero otra persona la abrió.

- Hola - dijo mirándome de pies a cabeza. Suponía que era la madrastra de Cameron.
- Hola! Vivo aquí en frente, soy amiga de Cameron y su padre - dije sonriendo.
- Que se te ofrece - dijo en tono serio.
- Oh cierto! Emm traje una merienda, lijera para ustedes tres, se que se mudaron hoy y seguro deben estar hambrientos - dije mirando a Cameron que había aparecido detrás de ella.
- Michelle! Pasa - dijo empujando suavemente a su madrastra.
- Se amable con ella, es muy buena persona ya verás - le dijo Cameron a ella susurrando.
- Por aquí está el comedor ven - dijo Cameron. Y su madrastra me miró un poco mal. No me importaba, la verdad es que no me veía muy bien.

Pasé al comedor, era una casa muy bonita, estaba lleno de cajas por todos lados. Dejé la comida sobre la mesa y miré a Cameron.

- Me gusta mucho tu casa - dije.
- Gracias, a mi también me gusta, pero me da un poco de miedo, no estoy acostumbrado - dijo y se interrumpió. - Perdona mi madrastra es algo... -
- Seria? - dije.
- Si, una de las cosas que es, es esa - dijo sonriendo.
- Ven te mostraré mi cuarto, ya casi termino de ordenar - dijo tomándome de la mano guiándome por su enorme casa.
- Tan rápido terminas? - dije.

Entramos a su cuarto. Si, tenía razón ya casi terminaba. Las paredes estaban llenas de posters de bandas y películas.

- Que te parece? - dijo mirándome a los ojos.
- Me gusta - dije sonriendo.
- Estaba pensando en poner una foto contigo allí - señala un estante en donde tiene fotos con su familia. Me dirijo al estante.
- ¿Ésta es tu madre? - tomé la foto.
- Si - dijo.
- ¿Y dónde está? - dije mirándolo.
- No lo sé, en alguna parte del mundo con su novio - dijo.
- Es muy hermosa, te pareces mucho - dije.
- Me estás coqueteando? - dijo frunciendo una ceja y sonriendo.
- No te creas - reí. Miré el reloj que tenía colgado en la pared y me acordé que tenía que tomar mis pastillas.
- Cameron, debo irme, se me pasó la hora - dije, dejando la foto en su lugar.
- ¿Ya? ¿Tan rápido? - dijo triste.
- Si, lo siento, debo tomar... Ya sabes - dije.
- Está bien - me respondió

Me acompañó hasta la puerta y me despidió con un beso en la mejilla, fue muy dulce, hizo que me ruborizara.

- Adiós - dijo sonriendo.
- Adiós - lo saludé con la mano.

Afrontando el CáncerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora