Capitulo 8 ღ ~¿Nuevo integrante en la familia Swan?~ ღ

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Logre contemplar a lo lejos una pequeña figura que caminaba en cuatro patas, pensé por unos segundos que se trataba de algún lobo, pero el curioso ladrido descarto esa idea. El animal de cuatro patas salió por completo de entre los árboles, dejándose observar.

-Un estúpido perro me ha dado un susto de muerte.-Mire el oscuro cielo y suspire.

Volví a ver al animal, observándolo mejor, era pequeño sin duda, juraría que aún era cachorro, pero su tamaño no era de uno. Su pelaje era largo y sucio, a pesar de eso se veía delgado y desnutrido, pero nada realmente horroroso como en esas fotos que luego me encuentro en Facebook. Se quedó quieto, mirándome curioso. Decidí pararme, enseguida este dio dos pasos atrás.

-Tranquilo, no te hare daño.-Me puse de concluyas y le mostré mis manos.- ven chiquito.

Lo anime, enseguida el perro alzo sus grandes orejas un poco peludas y movió la colita, giro la cabeza y me miro curioso, le sonreí y lo anime con mis manos a acercarse. Decidí acercarme lentamente, este no movió ni un musculo como respuesta, cuando estuve a unos centímetros de él, me detuve y estire mis manos, tocándole su cabeza. Un chillido provoco que diera un pequeño salto, el perrito empezó a temblar y hacerse chiquito de inmediato. Pensé que le estaba dando una especie de ataque o algo, pero no era así, deje de tocarlo y dejo de hacer aquello.

-Charlie entrara en pánico si ve que llego contigo a casa.-Hice una mueca.-Podremos ocultarte en la casita del patio.

Me puse de pie y me quite el polvo de mis pantalones, mire al perrito y le hice una señal de que me siguiera, camine sin dejarlo de mirar y me examino por unos segundos para después seguirme sin pensarlo.

Así transcurrió el resto del camino, el perro me siguió en todo momento, sin separarse de mí, no había pasado ni un coche, en pocas ocasiones el perro se detenía a orinar en algún árbol.

Al llegar a casa, la patrulla de Charlie no se encontraba, lo cual era sin duda bueno. Tendría más tiempo de atender al perro. Me costó un poco de trabajo hacer que el canino entrara, se mostraba nervioso, decidió entrar cuando le mostré un pedazo de carne y sin dudar me lo quito de los dedos.

Proseguí por llevarlo al baño, al momento que abrí la regadera el perro se puso como loco. Empezó a chillar y se fue a un rincón del baño.

-¿No te gusta el agua?.-Pregunte mirándolo al acercarme.- Ven, vamos,

Me acerque lentamente y toque su cara, al hacer esto, empezó a temblar y chillar. No me gustaba para nada esto. Lo empuje lentamente a la ducha, el no dejo de chillar, al tocar el agua tembló aún más, pero solo por unos minutos, después se empezó a relajar y empecé a mojarle todo el pelo. Sentí algo extraño sobre su pecho, al descubrí el pelo y notar su piel hice una mueca de horror. Una cicatriz lo acompañaba, se notaba que la herida había sido gruesa y justo abajo tenía una herida reciente.

-Dios.-Murmure.

Ya estábamos fuera de la ducha y me había encargado de secarle su pelo. Yo también me bañe y tenía puesta mi pijama. Le había hecho una cama hecha de puras cobijas colocadas a un lado de la mía, él se encontraba ahí, recostado y durmiendo.

Escuche la puerta principal abrirse y pro siguiente pasos adentrándose a la casa. Me levante enseguida al igual que me acompañante, el cual empezó a gruñir con dirección a la puerta.

-No hagas ni un ruido, ¿entiendes?.-Lo señale antes de salir de mi alcoba.

Baje las escaleras lentamente. Las luces estaban apagadas y se escuchaban voces en la cocina.

-¿Quién anda ahí?.-Susurre.

No veía nada, sentí como chocaba con el pecho de alguien. Las luces se prendieron y la cara de Jacob se encontraba enfrente de mí.

Luz en tu oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora