Kim SeokJin.

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Sus ojos estaban lo suficientemente abiertos, a tal grado de que a pesar de su discapacidad visual, podía ver con una extraña claridad a su hermano muerto.

Una, dos o más lágrimas se desplazaron desde sus ojos hasta el suelo, recorriendo sus Rojas mejillas. Estaba furioso consigo mismo, por no hacer nada para evitar la muerte de Taehyung. Tomó su castaño cabello entre sus raros dedos, tirando levemente de estos. Esperaba tranquilizarse, pero no podía al ver como el inerte cuerpo se alejaba de la costa, para desaparecer. Tal vez Dara tenía razón, tal vez ya no pertenecían a este mundo, ninguno de ellos. Tal vez no era una estupidez, el también estaba aburrido de todo, arrepentido de muchas de sus acciones. Él sabía de la baja autoestima de Taehyung, y no hizo nada para ayudarlo. Sabía de los sentimientos de Dara hacía él, y no hizo ningún esfuerzo para que Taehyung lo supiera. Sabía de los maltratos que estaba pasando durante ese último año, y nuevamente se quedó de brazos cruzados sin hacer nada.

Se sentía mal hermano. Siempre tuvo envidia de el castaño de sonrisa cuadrada, siempre todos tomaban su atención. Seokjin siempre quedaba en segundo plano, y eso le molestaba. También le molestaba que Taehyung fuera mejor que el en todo sentido.

Pero como el dicho dice, uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Todos aquellos recuerdos de ellos nunca los había valorado, pero ahora, sentía que era una película sin fin alguno que se repetía constantemente en su mente. Por más que cerrara y abriera los ojos, no podía asimilar nada. Su mente estaba en blanco, intentando procesar todo.

Fue ahí donde entendió el terrible dolor que tenía Taehyung, la sensación de querer sacarte el corazón para dejar de sentir dolor. De quitar tu cerebro para quitar el pensamiento de culpabilidad, si bien él no había matado a Taehyung, no hizo ni el mínimo esfuerzo por salvarlo.

Era un puto egoísta, lo sabía, incluso le dolía, pero no hacia nada para remediarlo. Corrió y en un hábil movimiento se subió al automóvil. Prendió este y pisó el acelerador con fuerza, era testigo de la muerte de su hermano, debía salir de aquel lugar.

Aquel lugar que guardaba muy buenos recuerdos, y sin embargo, fue teñido de negro con la muerte de Taehyung. Las lágrimas empañaban la corta vista de Jin, pero a él no le importaba chocar. No le importaba nada, se sentía culpable. Siempre deseo que Taehyung hiciera algo mal, siempre quiso ser más querido que el. Tae era mejor que él en todo sentido, actuaba mejor, cantaba mejor, y por sobre todo, bailaba mejor. Siempre le opacaba, y eso lo detestaba. Nunca fue un hermano mayor que estuviera orgulloso de su pequeño hermanito, al contrario, sentía envidia. Una envidia que le envenenó el alma a tal punto de que Taehyung muriera.

Una curva en se aproximaba, sin embargo Jin no se fijó. Siguió de largo, logrando que el auto cayera de lleno al mar. El mayor golpeó su cabeza contra el volante, logrando que una leve gota de sangre bajara por la comisura de su labio. Miro como el agua entraba por las abiertas ventanas del vehículo. Miro el atardecer, ¿cuanto tiempo había pasado? Tantas emociones en una semana había sido mucho para su extraño cuerpo.

Pisó el acelerador, no tenía a nadie. Se había quedado sólo como un perro abandonado en medio de la abandonada carretera. Se adentró más al mar, hasta que el auto quedó completamente inundado. El aire dejaba sus pulmones, sintió aquella desesperación de no tener ni una pizca de oxigeno. Al menos, podría morir tal cual como lo había hecho su hermano, y en una de esas, re encontrarse con éste y aprovecharlo como se debía.

Si, eso sonaba genial como las últimas palabras de Jin, jamás dichas.

Éste es el segundo capítulo más fome, y el más corto, pero no tenía más que explicar de Jin.
El próximo es el final *CRIES*

 El próximo es el final *CRIES*

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 Prologue || BTS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora