Capítulo 117: Ella es un peligro para la sociedad

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  ¡Creo que el título de este capítulo habla por sí mismo! LOL Para quienes además de leer esta historia, siguen la de Guilty Pleasure, créanme, este episodio estuvo escrito antes de que se me pasara por la cabeza escribir un fic yaoi pero de aquí salió la base de todo XD Para quienes no han caído en el corrompido mundo del yaoi, ignoren la palabrería y continúen con sus inocentes vidas mientras disfrutan de la actualización. 

*-*-*-*

La temida hora de la reunión llegó, por lo que únicamente se miraron de reojo, tomaron una gran bocanada de aire y atravesaron la puerta de cristal, anunciando a todos su presencia gracias a la campanilla que alertaba a los dueños de que nuevos clientes habían llegado.

Se dirigieron de automático hacia la mesa en la que notaron de inmediato a cierta francesa. Sólo para detenerse de lleno en cuanto vieron que otra presencia femenina tomó asiento al lado suyo; aunque lo que en verdad les llamó la atención en ese momento es que habían unido dos mesas. Si solamente iban a ser cuatro, ¿entonces por qué había tres puestos adicionales?

—Asanuma Rieta, encantada de conocerte, Aomine Daiki —el moreno fue tomado en total sorpresa por la chica, misma que ya se había levantado y extendido su mano hacia él en señal de saludo-.

—Mucho gusto —estrechó su mano, notando esa casi imperceptible sonrisa burlona en sus labios. ¿Qué es lo que le causaba risa?

—¿A quiénes más estamos esperando? —preguntaba Hadrien tras tomar asiento frente a esas dos. Aomine quedó justamente en el lado vacío que restaba al lado de Axelle.

—Ya que he vuelto a Japón quisiera pasar un sábado por la noche en compañía de viejos amigos. Lamentablemente como no planeé esto con tiempo, Keigo y Ayaka no pudieron venir, pero...

—¿Pero...? —el alemán presentía quiénes eran los demás invitados de la noche.

—Como Kai está en Tokio, pensé que sería buena idea que saliera y socializara. Ya ven que es un amargado. Y claro, Marko y Leo están invitados —comentaba amistosamente—. Pero dudo que demoren, así que vayan pensando qué pedir. Esta noche yo invito —le guiñó el ojo a ese par de hombres que no se fiaban.

—¿No es suficiente castigo tener que verla y soportarla como para que le sumes al Ore-sama? —indudablemente esa era la voz mosqueada de Tatsuhisa, quien había llegado hasta la mesa acordada en compañía de esos dos extranjeros.

—¿A quién le llamas, Ore-sama, cretino? —alguien estaba obstinado en hacer que sus caminos se cruzasen. A leguas se notaba el ambiente hostil que se desataba entre sus miradas.

—Esta va a ser una noche loca...—mencionaba Marko, quien había sido mandado a que se sentara al lado de Rieta. Leo quedó entre Kai y Hadrien.

—Por eso traje esto para alguno de ustedes dos —y con eso se refería a aquel par de medicamentos, uno para las úlceras estomacales y otro para la migraña.

—¿Qué pediremos para cenar?

—Es obvio Hadrien. Pastel de pizza —notificaba la rubia.

—Es la especialidad de este sitio —secundaba el rubio.

—¿Así que juegas basquetbol, Aomine-kun? —empezó la charla la pelinegra, enfocando sus grisáceos ojos en el moreno—. Eso significa que tu condición física es buena, y claro está, tienes un cuerpo envidiable por muchos hombres y deseable para las mujeres.

—...Va a empezar...—susurraba el italiano con su atención puesta en el menú.

—Mientras no me meta a mí, no es mi problema...—espetaba en tono bajo Kai.

P.D. I Love UDonde viven las historias. Descúbrelo ahora