Miradas

27.3K 1.6K 39
                                    

Entré al salón con prisa, por suerte el maestro aún no había llegado, Brad estaba sentado en una de las columnas de atrás, al entrar al salón de clases su vista pronto me reconoció y frunció su ceño.
Con un gesto con sus manos y cabeza me preguntó: "¿Qué sucedió?" No le respondí ya que el maestro entró al salón y pronto tomé asiento. Brad y yo estábamos sentados de extremo a extremo.
Toda la clase Brad me miraba intentando llamar mi atención de alguna manera.

Por unos pequeños momentos mi atención estaba en la clase, pero a veces se desviaba, y me ponía a pensar en Ken y sobre todo en lo que dijo en su auto.

¿Tendría que irse? ¿De nuevo? El sentimiento de tenerlo lejos de mí , una vez más, y está vez para siempre, me aterraba.

—¿Hey? ¿Estas bien?
Perdida en mis pensamientos no había escuchado que la campana sonó y todos salieron, incluido el profesor, dejándome sola con Brad. Brad estaba delante de mí y sus ojos me veían con preocupación.

Parpadeé y observé con atención.—Si, claro, estoy...bien— dije, guardando mis cuadernos en mí mochila con prisa, mientras el rostro de Brad buscaba mi mirada.

—¿Por qué no llegabas?

—Me quede dormida y... se me hacia tarde.

—¿Quién te trajo?— preguntó cruzando sus brazos y con un gesto serio, parecía un padre enojado con su hija.

Era obvio, llegue muy rápido como para tener muy poco tiempo.

¿Debería decirle a mi novio que un amigo me trajo? o ¿Debería mentirle?

Tomé mi mochila, me la coloque en un hombro y caminé con prisa hacia la salida, Brad no tardo mucho en seguirme el paso hasta caminar juntos por el pasillo del colegio.

No quería que sospechara que le ocultaba algo así que comencé a hablar.
—Me trajo un... amigo— dije, con tranquilidad acercándome a mi casillero.

Observeéde reojo el rostro de Brad, se había tornado extrañado.

—¿Un amigo?— repitió como si no hubiera escuchado bien, como si debía corregir lo que dije.

—Si.

—¿Qué amigo?— dijo, mirándome fijamente mientras yo guardaba mis libros, sentía su mirada encima de mi.

—No lo conoces— dije en seco, cerré mi casillero y continúe caminando, esta vez a la cafetería.

Escogí un lugar en la mesa más alejada de los demás compañeros y cerca de la ventana, había empezado a llover con fuerza.

Brad siguió mis pasos hasta la mesa y se sentó frente mío. Su gesto era pensativo y serio, normalmente no paraba de hablar sobre su equipo de fútbol americano, pero esta vez debería preocuparme por su falta de palabras.

—¿Por qué no me llamaste?— pregunto viendo su Coca-Cola que acababa de comprar.

—¿Para qué?

—Para ir a recogerte—alzo su vista con frustración y dejo en paz su refresco.

—Porque tú también debes ir a la escuela y no quería que llegaras tarde por mi culpa.

Me quede callada viendo mi pedazo de pizza apenas mordida por un lado, no tenia hambre.

—Hoy te llevare a tu casa. ¿De acuerdo?— se acercó a mí, me dio un beso en la mejilla, después caminó y salió de la cafetería con la cabeza baja.

No se que es lo que me pasa, pero me sentía desesperada y frustrada conmigo misma. Realmente, desearía haber sentido algo cuando Brad me besó en la mejilla, pero no sentí nada. Brad era lindo y hacia todo lo posible para hacerme feliz, no se como seguía conmigo después de como era yo. Seca y, en algunas ocasiones, fría.

Las clases terminaron y acompañe a Brad en la salida, me tomó de la mano y al salir del edificio, Ken se encontraba recargado en su auto, con sus brazos cruzados.
Todas las chicas al salir, pasaban por delante de él, murmurando cosas a sus amigas, mientras llamaban su atención.
Ken con rapidez me identificó entre las personas y me observó atentamente, su vista paso a mi mano y a la de Brad que seguían entrelazadas. Su vista miró a Brad con seriedad.

Miré a Brad una vez más, Ken caminaba hacia a nosotros, mientras nosotros nos detuvimos en seco.

—¿Qué haces aquí?— pregunté, la mano de Brad comenzaba a sudar y su vista miraba a Ken con atención.

Mientras tanto, Ken solo pasaba su vista por nuestras manos entrelazadas.

—Vine a recogerte Lili.

Ken ignoraba totalmente a Brad, y solo sus ojos me miraban con atención.

Brad tosió a propósito deseando un poco de atención.

—Lo siento...Brad, él es Ken un amigo, Ken él es Brad... mi novio.

Sus miradas retadoras se miraban atentamente, a diferencia de Brad, Ken elevó una pequeña sonrisa, y se estrecharon sus manos.

Separaron sus manos y los dos me miraron fijamente.

—Bueno Brad y yo... nos tenemos que ir— dije, rompiendo el incomodo silencio.

—¿A donde?— preguntó Ken con interés.

—A su casa— Brad contesto por mí.

El rostro de Ken no mostraba ningún sentimiento, estaba en blanco.

Brad comenzó a llevarme hacia él y entrelazo mi mano con la suya.

—Hasta luego Ken— me despedí.

Brad y yo comenzamos a caminar dejando atrás a Ken.
No me detuve a ver su rostro o voltear hacia atrás una ultima vez.

Brad abrió la puerta de su auto para dejarme entrar al asiento del copiloto, rodeó el auto y el subió.

No sabia lo que me esperaba más adelante, pero sabia que pasaría algo muy fuerte.









Brad y Ken se han conocido ¿Qué creen que sucederá?
Comenten!!! Mañana otro capítulo.

Los lobos aman #1 De LLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora