Los lobos aman #1 De LLA

La marca

Narra Ken:

Desperté por la luz que entraba por una ventana.

Abrí mis ojos lentamente y lo primero que vi delante de mí fue un hermoso cabello castaño.

¿Dónde me encontraba?
No recordaba absolutamente nada.

Mire alrededor.

No era mi habitación si no la de Lili.

Me reincorporé rápidamente en la cama y mire a la dueña de ese hermoso cabello castaño.

Liliana.

Estaba dormida.

Sus pestañas adornaban sus hermosos ojos cerrados.

Y su rostro estaba relajado.

Desde que la conocí su olor era un deleite para mi lobo, pero esta vez había algo diferente.
Su olor era mas fuerte.

Podría olerla a kilómetros.

Olía bien.

¿Por qué?

Comenzó a moverse y se despertó.

Se reincorporo en la cama y puso su mano en su cuello.

No me había visto, ella me daba la espalda.

—¿Liliana?— tenia miedo como reaccionaria con mi presencia.

Pero tenia que saber que fue lo que paso ayer.

Giro su torso hacia a mi.

Y me miro.

Pude observar miedo en su rostro lo que me hizo sentir triste.

—¿Qué fue lo que paso ayer?
Dime... ¿Te lastime?—pregunte asustado por su respuesta.

—No... no me hiciste daño— puso su mano en el cuello con un gesto de dolor.

Pase mi mano por su cabello haciendo paso para poder observar su cuello.

Bajo su mano para permitirme observarla.

Entonces observe su cuello.

Una marca.

Hecha por colmillos.

—Liliana... yo...— no sabia que decir, sabia que esa marca era hecha por mi.

Me levante de su cama y pase mis manos por mi cabello.

—No eras tú. No me lastimaste.

Mi lobo la había marcado.

—Lo siento Liliana.

Ella también se levanto de su cama y se acerco a mi.

—Ken...

—No te acerques— le dije y se detuvo.

No podía dejar que se acercara mas.  Me sentía fatal. Forcejear a una mujer para marcarla solo un hombre lobo dominante haría eso.

—Ken, era la luna llena y lo entiendo...

La interrumpí—No no lo entiendes—escupi— cada vez que hay luna llena temo por lo que va a pasar, he matado gente por eso, y ahora contigo, no se que pasara en otra luna llena, no podré parar Liliana— su rostro parecía triste— será mejor que me vaya.

Saldría por la ventana.

Pase por un lado de ella para llegar a su ventana, al pasar tomo mi mano.

Su tacto esta vez era de doble satisfactorio para mi lobo.

La marca estaba siendo su trabajo.

Y ella también lo sintió.

Aunque lo odie, tuve que zafarme de ella, me acerque al marco de su ventana y mire una ultima vez hacia atrás.
Estaba parada dándome la espalda.
Por un momento quería regresar y darle un abrazo pero no podía.

—Si quieres seguir viviendo una vida normal debes alejarte de nosotros— me dolió decirlo. Pero quería lo mejor para ella.

Salte por la ventana.