Baile

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Ya casi llegaba la hora de la fiesta y aún no estaba lista. El vestido rojo estaba sobre la cama y Ken estaba dándose un baño. Las mujeres responsables de cambiarme estaban dentro de la habitación, comenzaron a levantar el vestido y a prepararlo para vestirme.  Me vistieron con el hermoso vestido rojo, me recogieron el cabello dejando unos mechones sueltos delante de mi rostro, me maquillaron mis ojos con varios tonos de café, delineador negro y mascara de pestañas, y un labial rojo. Jamás me había maquillado tanto, pero realmente me veía hermosa, estaba impresionada de lo hermosa que podía lucir. Mis ojos resaltaban más y mis labios se veían bastante carnosos. 

Las sirvientas salieron de la habitación y cerraron la puerta detrás de ella. Estaba sentada delante del peinador cuando Ken salió enredado con una toalla blanca en la cintura, se detuvo por un momento y me miro de pies a cabeza.

—Te ves...— comenzó a decir abriendo sus ojos como platos —Hermosa.

—Gracias— dije sonriendo.

Ken se acerco a un cajón y lo abrió lentamente y saco una caja negra, por un momento pensé que seria una caja pequeña donde sacaría una sortija con un diamante en el centro, pero era más grande.

Se acercó a mí y me entregó la caja, no era pesada ni un poco.

—¿Qué es esto?— pregunte sorprendida mirándolo a los ojos.

—Ábrelo

 Y lo hice.

Eran unos hermosos pendientes dorados, largos y hermosos, quedarían perfectos con el vestido. Deje la caja negra sobre el peinador y me los coloque. 

—Sabia que se te verían perfectos— dijo Ken susurrando en mi oído.

—Vístete ya, es casi hora.

—No se.. tal vez prefiero quedarme no ir y que nos quedemos aqui. 

—Y... yo prefiero que me lleves ahí abajo para que me presentes como tu Luna oficial, y...−Me acerque a su oído y susurre las ultimas palabras− ya veremos que sucede después.

—Me estas matando.

Al final, Ken se vistió con un traje negro y encima una túnica muy gruesa de colores rojos y dorados. Lucia como un rey.

—¿Estas lista? los invitados están en el salón esperándonos.

—Si.

—Entonces bajemos.

Lo hicimos y bajamos hasta el ultimo escalón, no había nadie ahí por supuesto,  todo los invitados se encontraban en el gran salón, así que pasamos por algunas habitaciones para llegar al fin al gran salón donde la gente disfrutaba de un bonito baile. La música era con instrumentos, parecía que vivíamos en otra época, los vestidos de las mujeres eran lisos y de colores serios. Los músicos se hallaban al fondo del salón, todo parecía agradable, todos se divertían. Hasta que se dieron cuenta de nuestra presencia  y la música de pronto había dejado de sonar y las personas dejaron de bailar, se hicieron a un lado dejándonos espacio para pasar. Ken tomó de mi mano y pasamos juntos. Los invitados comenzaron a aplaudir y nos miraban atentamente. Pasamos y había dos asientos donde supuse que eran nuestros lugares, nos detuvimos y tomamos nuestros lugares y todos volvieron a bailar y a tocar.

Entonces supe que era muy lindo estar aquí junto a Ken y que él hacia mi vida feliz, y me hacia sentir especial. Queria quedarme aquí con él, junto a él.

Habían pasados algunos minutos cuando Ken me extendió la mano. —¿Quieres bailar?

—¿Bailas?— pregunté en broma.

Te sorprendería pero, sí, sí bailo.

Tomó mi mano y me llevo al centro de la pista, todo los invitados nos dejaron la pista para nosotros solos y nos dejamos llevar por la música lenta y tranquila. Coloque mi brazo en su hombro y seguí tomándole de las manos sin despegar mis ojos de los suyos.


Nadie de los dos habló,  solo eran miradas penetrantes y esa sensación de electricidad que corría por nuestros cuerpos, sabia que estaba a salvo con Ken.

—Por favor, necesito su atención— la voz de Ken golpeo las paredes del salón y todos se detuvieron de lo que hacían y se dedicaron a escucharlo. —Les presento, damas y caballeros, la Luna de esta Aldea, Lili— Todos los ojos de los invitados se colocaron hacia a mí, la sangre se acumuló en mis mejillas y mi sonrisa se expandió en mi rostro. Ken estaba de rodillas delante de mi y ahí estaba una sortija con un brillante diamante. —Lili, cásate conmigo.



















Los lobos aman #1 De LLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora