Infracciones de amor {Larry Stylinson} [Terminada]

Capitulo 3

La misma rutina del día anterior pasó el miércoles.

Gritos, pedir el baño, desayunar a grandes mascadas, ducharme rápido y salir corriendo, para encontrar a Liam.

-¿Qué paso contigo ayer?-se acomodó el gorro después de que Gemma lo golpeara al pasar en su bicicleta.

-¿No te lo dije? El taller estará cerrado tres semanas. Méndez dará a luz.

-Te imaginas sus senos llenos de leche.

-¡Eugh! ¡No! Liam, eso es asqueroso.

-Así que ¿Qué vas a hacer?

-No lo sé, pintar en casa quizás. Tengo que adelantar tarea.

-Los chicos me acogieron bien. Los de lacrosse-me recordó con un tono feliz.

-Eso vi. Yo ayer conocí a alguien que...

-¿Y sabes que me dijeron?-me interrumpió-que podemos ir a la fiesta el sábado ¿no es genial?

-Claro.

Liam siguió hablando de sus asombrosos amigos atletas y de toda la vida social que tenían por serlo hasta que llegamos al colegio y vi una cabellera muy rubia en la entrada.

-Hola, bastardo.

-Harry-le corregí.

-Sabes, no me diste tu número ayer.

-¿Quién es?-me susurró Liam.

-Oh, él es Niall.

Los dos se miraron como completos extraños. Agua y aceite. Nada en común. Nada que compartir. Solo miradas y ya.

Niall me dio su teléfono y le anote el mío, para luego entregárselo y este se fue sin decir adiós.

-¿Ese chico es de la secundaria católica?

-Sí.

-¿Y es Irlandés?

-Sí.

-¿Y te llamó bastardo?-cada vez había más preocupación en su voz.

-Ah...sí.

-Harry, nada bueno viene de los irlandeses.

-Liam, no seas xenofóbico. Él me agrada. Tiene unas ideas locas del mundo.

-Nada bueno viene de los irlandeses-ratificó.

Le volví a recordar sus minutos de popularidad y todo volvió a la normalidad, en donde él era el centro del universo y dejó de hacerme preguntas y comentarios desagradables del que podía ser mi amigo y así fue durante todo el día, hasta después de la hora del almuerzo, donde él se fue directo a su entrenamiento, sin dejar que lo acompañara.

Caminé hacia la salida, haciéndose los días realmente cortos desde que no pasábamos cuatro horas pintando y tratando de entender que el frutero no era solo fruta, según la profesora, por lo que cuando volví a poner mis pies en la calle, igual que en una película, Niall me esperaba apoyado en un auto.

-Bastardo.

-Niall-lo saludé sin corregirlo.

-¿Quieres ir a una protesta?

-¿Hoy? ¿Ahora?

-Claro. Solo debemos cuidarnos de los policías.

Caminamos hasta la plaza principal en silencio y había ya unas quinientas personas.

La verdad es que nunca pensé que había tanta gente que estuviera contra nuestra reina, pero por lo que era la mayoría extranjeros o gente curiosa que pasaba por ahí.