-¿Por qué tardaste tanto?
No dejó que respondiera y se abalanzó sobre mí, abrazándome con fuerza, sabiendo que deseaba hacer eso hace trece días, pero su maldito viaje no nos dejaba.
Solo me dedique a sentir su olor de nuevo, sintiendo mariposas en mi estómago por este simple hecho. Solo nos abrazábamos, a la mitad de su oficina, recordando cuan cálidos y sencillos eran estos, pero eran suficiente para mí.
-Deja verte bien-me tomó el rostro y yo solo sonreía-estas igual a como te recordaba.
-Solo fueron dos semanas-dije avergonzado.
-Las dos semanas más largas de mi vida.
Me volvió a abrazar y me comenzó a dar pequeños besos en la mejilla, para pasar a la comisura de mis labios, haciéndome sonreír, pero estos se convirtieron en muchos y pequeños besos cortos en los labios.
-¿Qué hiciste aquí?
Comencé a mirar la oficina y estaba totalmente cambiada, solo que como estaba concentrado en él, no lo había notado.
-Tome alguna de tus sugerencias. ¿Te gusta?
-Claro, yo prácticamente diseñe esto-bromeé.
-Solo me faltan un par de cuadros. ¿Tienes algunos que me vendas?
-No te venderé mi arte-fruncí el ceño-será un placer para mi donarlo a la policía de Holmes Chaper-sonreí.
Me volvió a abrazar fascinado por lo que acababa de decir, pero esta vez lo hizo por la espalda, por lo que yo estaba apoyado en su cuerpo, viendo como él me mostraba los pequeños, pero muy significativos cambios de su oficina.
Nos condijo hasta su silla y después de sentarse, me jaló con él, para sentarme en su regazo y me comenzó a besar el cuello, sintiendo como paraba cada ciertos segundos para sonreír contra mi piel, pero volvía a saborearla.
-Te traje regalos. ¿Quieres abrirlos ahora?
-No lo sé.
El busco en sus cajones y sacó cajas pequeñas, otras un poco más grandes, pero todas estaban envueltas en un lindo papel.
-Feliz cumpleaños número diecisiete-se acercó a mí y me dio un beso.
-¿Qué me compraste?-sonreí.
-Bueno, cuando estaba en el tren hacia París, recordé que soy pésimo comprando regalos así que...compré muchas cosas diferentes. No sé qué cosa compré en que ciudad, así que da igual el orden.
Comencé a abrir los regalos más pequeños mientras sonreía y Louis me miraba expectante. Sentía que esta era como una pequeña navidad para mí.
-Estos son chocolates de...Madrid, sí. La chica me dijo que eran buenos, o eso creo. No le entendí mucho, de hecho te compré en Paris, Milán y Barcelona. Así que encontraras chocolate en esos cuatro-sonrió.
Los abrí de igual manera y los dejé a un lado, mientras Louis aun me abrazaba desde la cintura, ya que aún estaba sentado en su regazo.
-Esto es lo mejor. No puedes ir a Francia sin traer queso. Te diría vino, pero eres menor de edad y odiaría si comienzas a beber a los diecisiete o a cualquier edad.
-No me gusta el vino de igual manera-le di un beso en la mejilla-¿Qué más?
Me pasó la caja más grande y la recibí con una gran sonrisa, no me gustaban mucho los regalos, ni las celebraciones, de hecho mi cumpleaños fue como un día mas, solo que mamá compró un pequeño pastel de chocolate, pero los detalles de Louis me estaban haciendo muy feliz, solo el saber que él pensó en mi cuando los compró.
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Infracciones de amor {Larry Stylinson} [Terminada]
FanfictionADV: +14 La adolescencia es la peor y mas corta etapa de nuestra vida. Granos, frenos y la pubertad te ataca como un avión cuando vas caminando por la calle; sin un previo aviso. Pero si en esa pequeña parte de tu vida, encuentras a alguien con quie...