Capítulo 2

108 4 0
                                    


Conduzco rápidamente hacía el hospital King's; mi cabeza está totalmente aturdida, sin saber que estaba porque me está pasando esto. Toda mi vida se cae a pedazos y no hay nada que pueda hacer para detenerlo.

Finamente llego al hospital; estaciono el auto y entro. Me acerco a pedir información en recepción.

-Disculpe estoy buscando a la familia de Albert Baker.
-¿Es usted Italia Baker?
-Sí, soy su hija.
-Tome asiento en las sillas de haya y en un momento el doctor le explicara todo.

El tono con el que la enfermera encargada me hablo sólo me hizo sentir peor, ya que su voz no era nada alentadora.
10 minutos después llego un hombre de edad avanzada con poco cabello encanecido, y se sienta a mi lado.

-Señorita Baker.
-Doctor, por favor, dígame que está pasando- digo con tono desesperado.
-No es fácil para mí decirle esto. Su padre llego en un estado muy grave, y murió en el quirófano, su madre murió antes de que la ambulancia llegara al hospital, y su hermana al parecer murió en el instante del accidente- dice con una voz triste.

El aire se me escapa de los pulmones, la cabeza me da vueltas; todo para mi quedó en silencio y las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos inconscientemente.
No puedo creer lo que está pasando, Alec me había abandonado esta mañana, y ahora toda mi familia había muerto, estaba sola, completamente sola.
Las palabras del doctor me devuelven a la cruda realidad.

-Señorita Baker, no me puedo imaginar el dolor por el que está pasando, pero necesita que un adulto, quizás un tío, se encargue de todos los detalles respecto a su familia.
-No tengo familia en este continente- digo con hilo de voz.
-¿Algún amigo se su padre?
-¿Su abogado podría encargarse?
-Si eso estaría bien. ¿Quiere pasar a ver a su familia?
-No, no quiero verlos de esa forma, el abogado de mi padre se encargara de todo, yo no quiero tener nada que ver.
-Si así lo quiere señorita, así será. Tengo que retirarme, lo lamento mucho.

Regreso a mi casa, aun sin poder creer todo lo que está pasando. Llamo al abogado de mi padre (que por cierto es el padre de Alec). Él siempre ha sido la mano derecha de mi padre, y podría encargarse de todos los asuntos de esta situación.

-¿Señor Peterson?
- Si soy yo.
-Soy Italia.
-¡Querida! ¿Cómo estás? Me acabo de enterar lo que ha sucedido, y no sabes cómo lo lamento.
-Gracias por preocuparse
-No agradezcas, tu padre siempre fue un gran amigo para mí.

-Lo sé. Bueno quería pedirle un favor.
-Lo que necesites querida.
-¿Podría encargarse de todos los trámites y las cosas que se deben hacer? Realmente no tengo cabeza para pensar en esas cosas ahora.
-Por supuesto, cualquier cosa que necesites.
-Gracias.
-Por cierto, ¿No esta Alec contigo? No ha vuelto a casa desde que salió a la escuela.
Debe estar revolcándose con Andrea, pienso.
-No señor, él y yo términos esta mañana y no lo he vuelto a ver.
-Oh, como lo siento querida.
-No se preocupe.
-Bueno, me tengo que ir, me encargaré de todo y te avisaré cuando esté listo, que estés bien.
-Gracias, igual.

Cuelgo el teléfono y lo apago, no quiero hablar con nadie, sólo quiero llorar.
Subo a la habitación de mis padres, veo todas sus cosas, las fotos en familia, los collares de mi madre, su ropa, sus zapatos, los trajes de mi padre, el dibujo que le hice cuando tenía 6 años; era él con una capa y traje como el de Superman con una oración que dice "You are my hero". Lo tomo y comienzo a llorar de nuevo. Camino hacia la habitación de mi hermana veo nuestras fotos juntas de niñas, aquellas muñecas con las que nos pasábamos horas jugando, y en una pequeña repisa un collar de oro que le regale cuando cumplió 15; lo tomo y lo abrazo a mi pecho junto con el dibujo de papá, me recuesto en su cama y comienzo a llorar aún más fuerte, hasta que me quedo profundamente dormida, nuevamente.

En Los Ojos De ItaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora