En Los Ojos De Italia

Capítulo 34

Dejo de darle tantas vueltas al mismo asunto primero debo aclarar que soy para Ian antes de anticiparme a tomar cualquier decisión definitiva, no puedo echar todo por la borda, voy a pasar a segundo año de la universidad y aún tengo mucho que aprender con respecto a la empresa de papá, no puedo dejar todo por un amor.

Dejo de pensar tanto y me enfoco en tratar de hacer de comer, mi tía es siempre quien cocina y quiero hacerlo esta vez, pero resulta un desastre así que mejor decido ordenar algo a un restaurant. La comida aquí también es diferente sin embargo ya me he acostumbrado a eliminar las comidas elegantes y mariscos, así como el vino de cada comida. Escucho que mi tía llega y salgo de la cocina para recibirla.

-Hola Italia
-Hola ¿cómo te fue?
-Bien ¿qué huele tan delicioso?
-Es la comida, trate de cocinar pero eso no resulto, así que ordene algo a un restaurant
-No debiste, ya estaba pensando en que hacer de camino acá
-Quería hacer algo lindo por ti tía, me has cuidado desde que llegue, me diste hospedaje, me cocinas cada día y también trabajas, solo quiero ayudar un poco.
-Sabes que lo hago por amor y no por interés- me da un abrazo.
-Lo sé, aun así hoy quiero que descanses de la comida y disfrutemos.
-Bien entonces vamos a comer.

Nos sentamos a comer y me habla de cómo estuvo su día en el trabajo, la comida es buena pero he probado mejores, le cuento que esta noche tengo una cita con Ian y ella está dispuesta a llevarme para que no pague un uber, como desearía tener mi auto aquí así no tendría problemas de transporte o quizás debía rentar uno cuando llegue, ya estoy a unas semanas de irme ya no tiene mucho caso.

-¿Y cuándo regresas a Londres?
-Si todo sale bien, en dos semanas, ya hice la reservación.
-Sera extraño estar aquí sin ti.
-¿Porque no vienes conmigo? puedes trabajar en la empresa y vivir conmigo, he pensado comprar una casa no algo muy caro ni tan grande, no tendría caso.
-Es una gran y tentadora oferta pero toda mi vida está aquí, no puedo simplemente irme de un día para otro, además Jenni también vive en este lado del mundo.
-No sería irte de inmediato, arreglarías todos tus asuntos y me alcanzarías, piénsalo, es muy buena idea, Jenni ya es independiente y podría visitarnos cuando quiera, además no es muy común que ella venga por su trabajo, sería lo mismo.
-No lo sé, déjame pensarlo no imaginé que me harías tal propuesta, creí que regresarías a la mansión de los Peterson.
-No pienso regresar a ese lugar jamás.
-Ellos son legalmente tus tutores.
-Pero puedo emanciparme, además puedes pedir mi tutela, yo pagaría el abogado haría cualquier cosa con tal de alejarme de ellos.
-Justamente quería hablarte de eso, como tu tía y único pariente del que se sabe quiero pelear por que me den tu tutela, soy la mejor para cuidarte, has estado conmigo todo este tiempo y miraste, tu estabilidad emocional ha mejorado.
-Bueno, entonces le pediré a Ian que me de algún contacto de buen abogado para que nos pueda ayudar.
Con eso termina la conversación y ambas nos levantamos a recoger la mesa y guardar lo que nos sobro de la comida.

Subo a tomarme una ducha y prepararme para mi cita, tomo un baño rápido y en lo que más me demoro es escoger lo que me pondré hoy, después de un buen rato me decido por una falda corta blanca con cuadros negros con unas medias negras, un cinto Gucci, una blusa negra con mangas largas y unos botines negros. Dejo mi cabello de forma natural con sus rulos y me maquillo con delineador un poco de sobra rímel y base. Tomo un abrigo negro sencillo y mi bolso antes de decir que esto lista. Mi tía ya me está esperando en el auto así que es tiempo de irnos. No hacemos mucho tiempo ya que realmente no vive lejos del strip y eso me gusta porque siempre está llena de luces, música y muchas personas.

-¿Él te llevará a casa?
-Sí, no tienes que preocuparte y no me esperes- sonrió y bajo del auto
-Bien, cualquier cosa me llamas, ten cuidado.
-Claro.

La veo alejarse y camino hasta el Starbuks donde nos conocimos, pido un café llegue con tiempo de anticipación así que Ian aún no ha llegado. Me siento en una de las bancas del casino a esperarlo y sigo bebiendo mi café cuando un ramo de rosas rojas se cruza por mi mirada.