Capítulo 25

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Ha pasado una semana desde que llegue aquí y ni siquiera he tenido la curiosidad de conocer el lugar, extraño mucho a mis amigos, me gustaría estar con ellos en estos momentos, esquiando en nieve y bebiendo algo para calentar el cuerpo. Sin embargo, estoy tirada en la sala de la casa, viendo alguna película de amor en Netflix con palomitas y enredada en una cobija.

-¿No quieres salir hoy?
-No Jenni, no tengo muchas ganas.
-Vamos has estado así desde que llegaste, ¿puedo saber qué pasa?-se sienta a mi lado. No sé si deba contarle el porque me siento tan desanimada- ¿Es por lo de tus padres?
-Pues en parte, pero hay algo más que me tiene así.
-Puedes contarme eso que te tiene así, confía en mí.
-Pues por dónde empezar, lo que me tiene así no es algo, es alguien.

Le cuento mi historia con Alec, desde nuestra relación, hasta nuestra triste despedida. Es imposible evitar que las lágrimas no salgan de mis ojos, me pone muy triste hablar de él, pero tengo que desahogarme con alguien.
-Mi pequeña, el amor en cualquier forma que lo veas, siempre va a doler, es una regla de la vida que tenemos que afrontar con la frente en alto. Recuerda que por mucho que sufras hoy, mañana serás recompensada con el doble de felicidad, un día llegará esa persona que te hará sentir que todo el dolor que pasaste valió la pena. Pero para eso, tienes que dejar atrás a esa persona que tanto te ha hecho daño. La vida tiene algo mejor preparado para ti- me dice mientras me abraza y acaricia mi cabello. No digo nada, sé que sus palabras son ciertas. Son justo las palabras que necesitaba, los consejos que una madre te daría- Así que tienes que sonreír Italia y salir a vivir tu vida. Por eso, date un baño, arréglate por que esta noche saldremos a divertirnos.

Me doy un baño algo largo, no sé si realmente tengo ganas de salir. Hablar de como me siento me ayudo bastante, pero no me pone feliz del todo.
Me coloco unos leggins negros, un suéter rosa, botas cafés con medias bucaneras blancas y una pashmina blanca; recojo mi cabello en una coleta dejando dos mechones caer por mi rostro, me maquillo muy ligeramente solo con polvo y algo de rímel. Tomo mi bolso y voy rumbo al auto que ya está afuera.

Observo las luces de la ciudad, todo por aquí es muy bonito, creo que diciembre es la mejor época para visitar esta ciudad.
Estacionamos el auto en el estacionamiento de algún casino y salimos a la calle.

-Este que ves aquí es el casino MGM, es de los más prestigiados- me dice mi tía.
-Es muy bonito, me gusta su decoración de leones y todo dorado con verde.
-¿Quieres ir a jugar?
-Aun no tengo edad, sólo tengo 19-digo riendo.
-Lo siento, lo olvide, ven vamos.

Caminamos por dentro del casino y las salas de juego, todo aquí es muy bonito. Seguimos caminando por la calle, entramos a la tienda de chocolate, la de cocola; en ambas me compro algo para llevarles a mis amigos. Entramos a otros casinos como New York, Montecarlo, Paris. Todos tiene su propia y creativa decoración, pero el objetivo es el mismo. Por ultimo entramos al The Venetian Resort Hotel Casino; es un lugar muy bonito, me hace sentir como si estuviera realmente en Venecia, quizás algún día vaya. Me tomo algunas fotos tengo que enviárselas a mis amigos.

-Otro día seguiremos recorriendo los demás, los más importantes- me dice mi tía.
-Me parece bien, ya me canse de caminar.
-¿Hay algún lugar a donde quieras ir?
-¿Hay algún Starbuks por aquí?
-En un centro comercial que no está muy lejos hay uno, puedes ir, yo te esperare en el auto, ¿o quieres que te acompañe para que no te pierdas?
-No, está bien, si puedo llegar, estamos en la plata 2 ¿verdad?
-Sí, cerca del elevador.
-Bien, espero no tardarme.

Camino hasta llegar al centro comercial del casino Aria Resort. Necesito encontrar ese Starbuks, no he recibido mi dosis diaria de café que necesito.
Tardo un rato pero finalmente lo encuentro, entro y veo que hay bastantes personas, debe ser por el frío. Me formo en la fila y hay cerca de 10 personas delante de mí. Veo el reloj, son las 11:30pm, quizás debería llamar alguno de mis amigos, pero en Francia aún debe ser algo temprano y ellos están ocupados, no me queda más que esperar sola.
Después de varios minutos, por fin me atienden.

En Los Ojos De ItaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora