Judas|| En proceso

Judas era su nombre

Cuando piensas en un nombre para tu hijo sueles buscar uno que encaje a la perfección, que sea lindo, fuerte, imponente, importante, un poco diferente o algo por el estilo; entonces llega aquí mi pregunta ¿Por qué ponerle a tu hijo el nombre de un apóstol que traicionó a Jesús, sabiendo que hay muchísimas personas católicas y cristianas en la tierra?
No estoy diciendo que la madre de Judas estuviera equivocada al ponerle ese nombre, tenía toda la razón.
Él era el pecado en persona, parecía que todos sus movimientos te incitaban a seguirlo por un camino oscuro lleno de placeres carnales y excesos. Te llamaban como una luz en medio de la oscuridad (aunque esto sea a su vez una pequeña contradicción, o pueda ser otra perspectiva de las cosas), como ese juego en la feria que parecía peligroso y veloz, el cual todos te vendían como una maravilla y al final terminabas casi devolviendo la cena de anoche; ese era Judas.
Con su pinta de matón, con su chaqueta de piel y su motocicleta chooper, con sus ojos azul profundo y ese vocabulario sucio que utilizaba con mucha certeza, con su humor casi refinado y el sarcasmo más hiriente; con ese olor a cigarro, a alcohol y sudor pero a la vez mezclado con algo dulce y áspero que te picaba la nariz y no querías alejarte de él.
Supongo que ya te habrás hecho una idea de a lo que me refiero, sino pues lo siento, no puedo ser más clara en este momento. Él era el tipo de chico/hombre con el cual tus padres no te dejarían salir nunca.