—Buenos días.
—Buenos días, señor Nam.
—¿Cómo va todo?
—De maravilla.
—Muy bien. Si me necesitas, estaré en mi despacho.
El empleado le ofreció una reverencia a Woo Hyun, antes de que éste se encaminara a su oficina con seguros y tranquilos pasos.
Ese día regresó a su rutina, Sung Kyu ya había vuelto a Vancouver. Pero, pese a los días que disfrutó al lado de su esposo, se sentía cabizbajo, un poco frustrado y algo desesperado. Porque no tenía más remedio que esperar otro tortuoso año. De alguna extraña manera presentía que sería más complicado y aún más extenso que el anterior. Sin embargo, no podía hacer nada. Tenía que conformarse con las llamadas, los textos y los correos electrónicos que su joven consorte le enviaba.
Suspiró con melancolía mientras se acomodaba en su acolchada silla de piel. Miró por un momento la pila de papeles que descansaban sobre su escritorio, y dejó salir de nuevo el aire que retuvieron sus pulmones, comenzando a desear que el trabajo lo mantuviera lo suficientemente ocupado para no tener que sentirse tan afligido.
Tomó la primera carpeta del montón, dispuesto a comenzar con su trabajo pendiente y, cuando se disponía a revisarla, su teléfono comenzó a sonar. De inmediato una pequeña sonrisa apareció en sus labios, y levantó ambas cejas cuando presionó la tecla para contestar.
—Hola, mamá.
—Cariño, ¿cómo estás? ¿Sung Kyu ya se ha ido?
—Estoy bien y, justamente se fue hoy, hace un par de horas.
—Creí que se quedaría contigo más tiempo —mencionó la mujer, y su voz sonó un tanto decepcionada, así que Woo Hyun no pudo evitar morderse el labio inferior por la resignación. Realmente intentó persuadir a su esposo de permanecer un día más en Corea.
—Dijo que tenía unos documentos que arreglar antes de que el curso empezara. No creas que no le pedí que los dejara para después y se quedara un día más, pero me fue imposible convencerlo.
—Entiendo, hijo. —Suspiró ella—. Pero, ya verás que estos meses pasarán rápido.
—Sí, mamá.
—Te amo, cielo.
—Y yo a ti.
La mujer colgó y Woo Hyun observó la pantalla de su móvil por unos segundos más. Volvió a pensar en Sung Kyu, y una suave pero triste sonrisa adornó su rostro, porque si no fuera por sus "latosos" primos que aún vivían en su casa, estaba seguro que en esos momentos se sentiría verdaderamente solo. Era un "alivio" que su estricto tío les hubiera dejado bajo su cuidado, argumentando que podrían aprender muchas cosas de él, sobre todo disciplina, que buena falta les hacía.
∞
Esa tarde, cuando regresó a su casa, Woo Hyun fue directo a la cocina y les pidió a sus empleadas que lo dejaran preparar la cena —era otra de las muchas cosas que lo lograba distraerlo un poco—, y por supuesto que podía preparar deliciosos platillos, ya que era un gran chef, pero siempre optaba por simple arroz al vapor y algo de carne y verduras.
Decidió no ir al comedor y un lugar en la enorme mesa, así que sólo retiró una silla alta para acomodarse junto a la barra. Sabía que sus primos tenían cosas qué hacer y con regularidad llegaban cuando el sol ya se había ocultado. No era una persona entrometida —o al menos así se consideraba él mismo—, así que no se inmiscuía en las actividades o asuntos de sus pequeños primos.
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El Contrato | WooGyu
FanfictionCuando Nam Woo Hyun le ofrece un empleo muy singular, Kim Sung Kyu no puede negarse porque necesita el dinero. ¿Qué tan difícil le será fingir? Nada le impedirá dejarse llevar por sus sentimientos. ☆CONTENIDO ADULTO ☆Temática BL (INFINITE) | Sung Ky...