II. Escena

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Esta mañana, Sung Kyu llega veinte minutos antes de la hora que le han señalado. Quiere demostrar que es una persona comprometida, puntual y responsable, aunque no sabe con quién dirigirse exactamente, sólo sabe que la persona que le llamó ayer se llama Lee Sung Yeol.

Cuando entra al edificio, le pregunta a un guardia de seguridad por dónde ir, el hombre le señala una gran puerta al final del pasillo y Sung Kyu apresura sus pasos. Toma la manija y al momento de abrirla, nota con fascinación que ya hay varios chicos ahí que están ensayando. Unos bailan, otros cantan y otros se prueban algunas prendas. Se adentra con confianza y entonces se encuentra con el muchacho pelirrojo que conoció días atrás. El joven lo mira por unos segundos y le hace una seña con la mano para que se acerque.

—Buenos días —dice Sung Kyu inclinando la cabeza un poco. El muchacho le saluda de regreso y enseguida le extiende un montón de hojas engrapadas.

—Bienvenido. Yo soy Sung Yeol. En un momento más te presentaré al director. Por lo pronto, puedes comenzar a leer el libreto.

—Gracias.

Después de regalarle otrs reverencia, Sung Kyu repasa con curiosidad la primera hoja donde viene el nombre del musical y los protagonistas. Y entonces sus ojos se abren de par en par cuando nota que, junto al nombre del personaje principal, está el suyo.

Su corazón empieza a latir con apresuramiento y quiere saltar de la felicidad, pero de pronto escucha una fuerte voz proveniente del pequeño escenario improvisado en medio de la sala que llama mucho su atención y no puede evitar caminar en su dirección.

—Te dije que no me gusta esa parte de la coreografía.

—Está bien. La modificaré de inmediato.

—Eso espero, Dong Woo. Ya llevamos un día de retraso y todo porque al inteligentísimo de Sung Yeol se le arruinó la portátil y extravió la hoja con los nombres de mis actores. Es increíble que cosas tan sencillas como estas nos hagan perder el tiempo. ¿No se suponía que iba a repartir los libretos y preparar a los muchachos? ¡SUNG YEOL!

Sung Kyu cierra los ojos cuando ese joven grita de nueva cuenta ya que está detrás de él y cuando se da la vuelta, casi chocan de frente.

—¡¿Y tú quién diablos eres?! —reclama el molesto muchacho mirando a Sung Kyu con desconcierto. Kim separa los labios y justo cuando se va a presentar Sung Yeol aparece y lo hace por él.

—Es Kim Sung Kyu, el protagonista de tu obra. Sung Kyu, te presento a Nam Woo Hyun, productor, director y escritor del musical.

Los muchachos se miran por un momento, pues Sung Kyu se ha llevado una gran sorpresa, entonces inclina la mitad de su cuerpo para saludarlo y exagera un poco con su tono de voz.

—¡Es un gran placer, señor Nam! Muchas gracias por darme esta oportunidad —exclama mientras dibuja una gran sonrisa en sus labios. Woo Hyun enarca una ceja y le extiende la mano para saludarlo.

—Esfuérzate —dice, y Sung Kyu asiente repetidas veces mientras sostiene su mano con suavidad.

—¿Listos? Comenzaremos con el ensayo. Dong Woo, pon la pista tres a volumen bajo y enciende las luces. Sung Kyu y Soo Jung, pueden leer el libreto, pero no cubran su cara con él. Sung Yeol, da la señal.

Todos asienten de inmediato. Sung Kyu está algo nervioso, aunque, la felicidad que lo envuelve en ese momento es más que suficiente para darle confianza y hacerlo lo mejor que puede.

Sin embargo, algunas horas después...

—El baile es lo de menos. Lo importante es que tu voz se oye muy bien, fuerte y clara, pero... —señala Woo Hyun mientras Sung Kyu se muerde el labio inferior y agacha un poco la mirada. Todos han abandonado el set, pero el director le ha pedido que se quede un poco más. Su corazón empieza a latir con rapidez por la vergüenza y presiente que las cosas no terminarán bien—. ¿Tienes algún problema con la actriz? O quizá son tus líneas. Aunque las aprendiste muy rápido; cometiste varios errores, pero supiste improvisar. Tu voz no se escuchó temblorosa, sin embargo, en la escena del beso, simplemente no supiste qué hacer. Necesito que me digas qué te incomoda, Sung Kyu.

Nam lo mira con seriedad, dispuesto a resolver cualquier conflicto por el que esté pasando su protagonista. Kim levanta el rostro y suspira en silencio. Es tan absurdo que algo como eso esté entorpeciendo su trabajo, pero le da vergüenza admitir ante el director que nunca antes ha besado a nadie.

A sus veintiséis años aún no ha conocido al 'hombre indicado'. Así que en ese momento no sabe cómo actuar. No tiene idea de si Woo Hyun se burlará si se lo confiesa. ¿Acaso puede sacarlo del musical por algo así?

Entonces decide que no se lo dirá.

—Perdóneme, ¡no me eche por favor! Le aseguro que...

—Vamos a ensayar de nuevo —lo interrumpe, a sabiendas de que es algo que al joven le avergüenza.

—P-pero, los muchachos ya se fueron.

—¿Y?

—Que sólo estamos usted y yo...

—¿Y eso es un inconveniente para ti?

—N-no, señor.

—Entonces, ¡vamos a ensayar otra vez! No vas a irte de aquí hasta que encuentre cuál es el problema.

Sung Kyu abre más los ojos y no puede evitar pasar saliva por los nervios. Piensa entonces que tal vez debería decirle, pero se rehúsa a quedar en ridículo.

El director camina al centro del escenario y Sung Kyu no tiene más remedio que seguirlo.

—Empieza —ordena Woo Hyun y el joven asiente enseguida.

Sung Kyu separa bien sus labios y las frases cantadas y los movimientos sutiles de manos y pies los ejecuta sin problema. Se adentra por completo en su papel y por un momento se transporta a otra dimensión, aunque, casi al terminar, todas las espléndudas escenas que ha interpretado se van al olvido cuando de pronto se queda inmóvil.

—¿Qué pasa? —cuestiona Woo Hyun con el entrecejo fruncido.

—Es que, sigue la parte del... beso.

—¿Y no puedes hacerla solo?

Sung Kyu niega con la cabeza sintiendo sus orejas calentarse de la vergüenza. Woo Hyun rueda los ojos con fastidio y se le acerca un poco más.

—Yo interpretaré el papel de Soo Jung —dice el director con voz seria y firme y Sung Kyu lo mira con demasiada sorpresa—. Hazlo de nuevo.

—¿Quiere que yo actúe... esa escena con usted?

—¿Tienes algún problema con fingir que soy ella?

—No —dice sin titubear.

—Entonces, continúa.

Sung Kyu acata su orden mientras los latidos de su corazón se aceleran, retoma unas pocas líneas anteriores y luego sujeta al director de la cintura con fuerza, porque justamente así se desarrolla la escena.

Se miran fijamente por unos segundos, y de repente Sung Kyu presiona sus labios contra los del joven director mientras aguanta la respiración y aprieta los ojos.

El Musical | GyuWooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora