III. Contemplación

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Sólo fueron unos segundos lo que duraron sus labios unidos, pero eso fue suficiente para que el corazón de Sung Kyu se agitara como si se hubiera enfrascado en una larga carrera. Y de pronto se da cuenta de que tiene sujeto al director Nam de la cintura con tal fuerza, que no cabe ni un alfiler entre sus caderas.

Lo bochornoso de la situación hace que Sung Kyu afloje su agarre y se separe de inmediato, intentando no abrir de más los ojos mientras un nudo se comienza a formar en la boca de su estómago. Siente tenso su cuerpo, pero su mirada se clava en la de Woo Hyun y no puede evitar arrugar el ceño con desconcierto cuando observa cómo el director también frunce el suyo.

—¿Crees que eso convencerá a los espectadores? —dice Woo Hyun cruzándose de brazos y afilando la mirada—. Si no vas a actuar con toda tu alma en el escenario, será mejor que busque a otro protagonista. No estoy dispuesto a dejarte que eches a perder mi trabajo.

—¿Cómo dice?

—Lo que escuchaste. Sal de aquí y no te molestes en regresar —dice el director, y Sung Kyu se paraliza por la impresión mientras Woo Hyun descruza los brazos y gira sobre sus talones con la intención de marcharse.

—¡No, director Nam! ¡Puedo hacerlo mejor!

—Vete de aquí, Sung Kyu.

—¡Por favor!

—¡Ya te dije que...!

El joven actor lo toma de un brazo de pronto y obliga a Woo Hyun a mirarlo. El director se queda un tanto asombrado y molesto por su impertinencia, pero Sung Kyu se planta frente a él con mucha más determinación que antes al pensar que no va a dejar que algo tan tonto como eso le quite la gran oportunidad de participar en el musical.

Es uno de sus sueños y no puede terminar así.

—Puedo hacerlo.

—He comprobado que no.
    
—¡Le aseguro que sí!
    
—¡Sólo estoy perdiendo mi tie-...!
    
Y Sung Kyu ni siquiera deja que termine de hablar, pues lo sostiene de la nuca con vehemencia y estampa de nuevo sus labios sobre los suyos. Cierra los ojos lentamente y empieza con un suave e inexperto movimiento que, con extrañeza, de inmediato le es correspondido.

Sung Kyu se relaja en ese instante y no puede evitar llevar su mano libre al rostro de Woo Hyun y posar los dedos bajo su mentón.
    
Cuando lo cree conveniente, se separa de él y baja los brazos. Sus ojos se encuentran entonces con los de Woo Hyun y quiere enarcar una ceja ante el leve color carmesí que ha aparecido en las mejillas del director, pero se contiene.
    
—Así está mejor. Vete a casa. Te quiero aquí mañana para seguir ensayando —dice Woo Hyun con aparente tranquilidad. Luego se da la vuelta para dirigirse a la puerta de salida.
    
—Sí, señor —murmura Sung Kyu con una divertida sonrisa plasmada en sus rosados labios.

◇◇


Sung Kyu pidió sus vacaciones adelantadas en el local y al dueño no le costó mucho trabajo acceder, ya que sabe lo importante que es la obra para él y además le tiene mucho aprecio. Sung Jong le deseó buena suerte y con una actitud mucho más alegre y segura, la mañana siguiente se presenta en el estudio para continuar ensayando.
    
Al igual que las veces anteriores, llega con varios minutos de antelación. Deja sus cosas en el lugar que le han asignado y se encamina a la parte posterior del escenario improvisado para saludar a Dong Woo y a Sung Yeol.
    
—Buenos días —dice, inclinándose ante los dos muchachos.
    
—Buenos días —responde Sung Yeol y Dong Woo se limita a asentir con una linda sonrisa—. Siempre eres muy puntual.
    
—Sólo sigo el ejemplo de mis superiores.
    
—El director Nam está aquí desde antes de las siete.
    
—¿Entonces por qué nosotros llegamos a las ocho?
    
—No te preocupes. Él siempre ha sido así.
    
Woo Hyun está hablando con un par de chicos a pocos metros de ellos y Sung Kyu no puede evitar que sus ojos se desvíen en su dirección. Su mirada se clava en el rostro del director por un momento, y entonces los recuerdos de lo que pasó ayer le llenan la cabeza. Está seguro de que vió la cara de Nam ponerse roja, lo que no sabe es si esa reacción fue por enfado, o porque en realidad se sintió a gusto con la demostración que le dio y se puso nervioso.
    
Pero, ¿cómo podría ponerse nervioso el experimentado director? Por el contrario, Sung Kyu está seguro de que Woo Hyun ha llegado a hacer mucho más que eso durante el tiempo que lleva trabajando en el teatro. ¡Que eso lo deje para alguien como Sung Kyu! Y encima de todo, Nam Woo Hyun se ha quedado con su primer beso.
    
Ante aquel pensamiento, Sung Kyu no hace más que suspirar profundamente mientras sus ojos siguen clavados en el apuesto rostro de Woo Hyun. Porque por supuesto que se ha fijado lo suficiente en el director como para comprobar que es demasiado atractivo.

Nunca ha conocido a alguien tan apuesto como él, por eso es de esperarse que las féminas que son parte del elenco se la pasen babeando y suspirando tras el escenario cada vez que le miran, incluso su coprotagonista. No lleva ni tres días de conocer a Soo Jung y la mujer ya le ha hecho el comentario (en incontables ocasiones), sobre si el director tendrá novia. A Sung Kyu no le importa eso, o quiere creer que así es, aunque no por ello evita pensar que alguien tan ocupado como Woo Hyun no tiene tiempo para ese tipo de cosas.
    
Parpadea y mientras su mirada se vuelve a perder en el bello rostro del director, ni siquiera se da cuenta cuando sus ojos siguen el recorrido hacia abajo, justamente donde terminaba la espalda de Woo Hyun y comienza su redondo trasero.

Sung Kyu entreabre la boca y no se sorprende demasiado cuando es consciente de lo que hace. Pero, ¡por dios, no está ciego! ¿Acaso él no puede disfrutar también de la maravillosa vista que le ofrece el endemoniadamente sexy cuerpo de Nam Woo Hyun?

Y asintiendo para sí mismo, sus ojos se achican mientras una pícara sonrisa se dibuja en sus labios; la misma sonrisa que muere en el preciso instante en que el director se gira y lo descubre desnudándolo con la mirada.

El Musical | GyuWooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora