Quiero decirte cuánto te amo...cuanto me importas...
Pero tengo miedo, mucho miedo.
Todo me asusta, son tantas mis heridas que ya no puedo expresarme, no quiero que termines con lo poco que queda.
Las personas, las cosas, lo más insignificante me hace daño, estoy en mi límite.
Quiero una escapatoria, quiero huir...
¿Qué pasó? Ni siquiera yo me reconozco.
No me divierte nada, lo mínimo me estresa, ya no salgo de casa.
Corté mi largo cabello, mi más preciada joya, arranqué mi personalidad, mis ojos ya no son luz, los he dañado de tanto llorar y frotarlos.
¿Mamá? ¿Papá? ¿Donde están?
Papá, tenías razón, muchas gracias por protegerme aunque no lo quisiera, por cuidar de esta necia y por recordarle que el amor duele...no, las personas duelen...esa es la realidad...
Mamá, gracias, por no estar ahí cuando mi corazón ya estaba roto, aunque sabías que lloraba, aunque sabías por lo que pasaba...
En fin...es hora de terminar con esto, la sangre me hierve. Necesito huir, escapar, necesito...ser libre...
