Solía gustarme la lluvia.
Me entraba un terror cósmico, ver las estrellas y pensar: ¿Qué hay detrás de esa enorme pantalla?Me perdía entre el viento y me movia junto a él... Parecía que era libre.
Solía imaginarme en otros sitios. Caminar en otras calles.
Me soñaba debajo de un árbol seco, en lo más alto de una montaña... Observando el mundo.
Me gustaba ver a las personas. Veía sus ojos. Aún guardo muchas miradas tristes. De esas, que te recuerdan lo cruel e insignificante que puede ser la vida.
Me gustaba el silencio más que cualquier canción.
Prefería un abrazo del frío antes que el de mi madre. Mi libreta y un bolígrafo que una conversación...
Y ahora, me siento pérdida, casi dormida. Escucho voces, pero no les entiendo.
Mi habitación es fría, no enciende el calentador. Y cuando me planto frente al espejo... No estoy ahí.
Me perdí en soledad y silencio, tanto... Que dejé de existir...