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Hoy fue un día raro.
Hoy los dos nos encontrábamos raros.
Recuerdo jugar contigo, como ya es costumbre.
Pero después el silencio se hizo en ambos.
Ni siquiera sé porque lo dije.

--Te amo.--Susurré. Y callé.

Me miraste con duda y yo suspiré.
Por primera vez, yo fui quien lo dudé.

<<¿En verdad te seguía amando?>>

Miré hacia otro lado, lleno de vergüenza.

--¿De verdad?--Preguntaste a mis espaldas. No sé el porqué, pero sonreí al escuchar tu voz. Era como escuchar tu canción favorita a lo lejos.

--No. Ni siquiera sé si aun lo hago.--Decidí decir la verdad.

De nuevo, no supe quien se movió primero.

No supe si fui yo o tú.

Pero te besé.

Pensaba despedirme, pero en vez de eso, besé tus labios de miel envenenada.

Un último beso.

Un beso que sabía a más personas.

Un beso que me recordó a añoranza.

El beso de un extraño.

El último beso.

Te miro, y las lágrimas resbalan por mis ojos.

Porque sentí ese beso. Pero ya no mágico.

Era amargo, era triste, era raro.

Comprendí que esta historia así terminaba.

Que no habrá continuación.

Que no habrá final.

Simplemente... así se quedará.
Con un beso.
Como la última vez que estuviste aquí, pero a la vez no....

Sólo Palabras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora