La vida no siempre nos trata como tal vez muchos quisiéramos, hay batallas muy grandes, duraderas y dolorosas.
Muchos se preguntarán ¿por qué?, ahora que pienso, es una gran pregunta.
Es una pena saber que según lo que más amas, te daña...
Pasas por el camino de la desilusión y aprendes cosas, aprendes a callar, a llorar en silencio, a tragar el coraje, a guardar cada sentimiento y, afecta con el paso del tiempo ser así...
Suelo pensar que tengo mucha suerte, aunque no sabría hacia qué lado, si lo bueno o lo malo, pero de igual forma, la suerte nunca es de fiar.
El amor es un estado de locura degenerativa y destructiva.
Y soy adicta.
(Dedicado a la inspiración que me lo inspiró)
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Él era perfecto, el grosor de sus labios, la redondez de sus pupilas, el largo de sus pestañas, la forma de su cabeza, el brillo de sus uñas y como éstas encajaban con sus dedos, su olor, la manera que tenía a veces de arrastrar las palabras mientras hablaba, ese gesto de no entender nada, un tanto patético que ponía cuando algo le extrañaba, la forma de colgar su mochila sobre su hombro, su torpeza, su seguridad un tanto chulesca y su íntima inseguridad, sus ojos, su media sonrisa y su sonrisa entera, el sonido constante de sus pasos desde lejos, el color de su pelo, esa peculiar manera de estar pálido o moreno, su indiferencia, su cara de preocupación, su enfado, su ingenio, esa habilidad que poseía de hacer ver fácil lo más complejo, la roída pulsera rastafari que nunca se quitaba, su voz dirigiéndose a mí, sus ojos mirándome, su forma de caminar, como me miraba a veces, como sonaba mi nombre en su boca, la forma de decepcionarme sin saberlo, la manera de sin querer absorber mi vida, el cómo me lo quitó todo al marcharse, el no enterarse de todo lo que yo pensaba, era perfecta la manera de ser él mismo, la anchura de sus fosas nasales, la redondez del óvulo de sus orejas, la oscuridad de sus ojos, su nombre, su casa, los recuerdos que guardo, el desaparecer de mi vida y no volver, y la certeza de su no presencia, que jamás reaparecerá ante mis ojos.
Aun así estoy segura de saltarme algo...
Ah sí!
La forma que tenía de hacerme sentir especial.
Él era todo eso y más, aunque no estoy segura de que lo supiera... Le amaba tanto.
Ha pasado tanto tiempo y tantas cosas.
Siento a veces que él no es el recuerdo que tengo.
Siento que ya no le amo a él, sino a la idea que guardo de él...
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Y aquí estoy, mirando al mundo bajo mis pies, observando caminar a la gente desde lo más alto, mirar las casas, las calles, los autos...
Veo que todo ha cambiado, que ya no hay vuelta atrás, ya todo está hecho, el daño es irrelevante, irreparable, inasumible...
Sólo puedo pensar, en él, en su maldad, en su veneno, en su descaro...
En mi familia...mi familia que me ha abandonado...
No queda nada, ya no hay más por hacer.
Sólo queda cerrar los ojos, llorar mis últimas lágrimas, y esperar.
¿Esperar qué?
El final.
(2014)
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