Quería hablar con ella.
Quería que me escuchara y supiera como había estado mi día.
Quería contarle algo sobre mí.Pero, ella no se dispuso a escucharme, sin embargo, habló otras cosas y solamente me ignoró.
Quisiera contarle qué tan bien me siento, quisiera que viera mi rostro cada que ella no me hace caso, y yo, me siento mal cuando dice que soy yo la que se aleja...
Quizás, no estamos hechas para hablar, mamá.