Extra 1

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"Secuestrada por enanos"
Estadía en Narnia

Se despertó sobresaltada, sintiendo apenas como podía moverse sin lastimarse los brazos. Algo le quemaba cada vez que hacía un movimiento brusco, y sentía algo enterrándose en sus piernas y caderas, algo con la textura de un dedo.

Parecía como que una secta la había secuestrado y llevaban su cuerpo para ofrecerla como sacrificio al diablo.

Claro que eso sería más creíble si se encontrara en su mundo.

Negó con la cabeza e intentó mirar algo más allá abajo del cielo. Tenía la boca amordazada, los brazos detrás de la espalda y todo su cuerpo era rodeado por una especie de soga.

¡Que dicha la suya!

Pataleó - o lo intentó - procurando soltarse de quienes obviamente eran secuaces de la reina y querían hacerse con el crédito de haber encontrado a una hija de Eva.

¡No muchachos! ¡Ni siquiera iba a ser reina! ¡Ni terminaba siendo parte de esa historia!

Quería probar soltarse pero absolutamente nada que intentaba lo conseguía.

Y fue algo del destino o un milagro del más allá que de repente sus secuestradores tropezaron y ella se deslizó por la nieve de espaldas antes de quedar de cara al cielo.

Dos enanos rechonchos se acercaron correteando e intentaron cargarla en sus brazos de nuevo.

No supo bien como hizo que estos retrocedieran con una patada doble de sus piernas - lucía como una oruga - y terminó levantándose como toda una profesional en artes marciales.

Cuando sacaron sus dagas preparados para cortarle, esquivó una como jugando al twister e hizo de las suyas para cortar la soga de sus manos.

Ya libre, empezó a esquivar posibles acuchilladas como cuando le lanzaban pelotas intentando darle en quemados, y bajó las sogas que le cubrían el cuerpo como quitándose un vestido sin cierre por debajo con las manos.

Se sacó la tela abollada de la boca y escupió por el sabor a rancio que esta tenía, y con unas patadas demasiado improvisadas, desarmó a los enanos y se hizo con las dagas.

Wow, realmente estaba sorprendida.

Pero antes de que estos se puedan recomponer, corrió perdiéndose en el bosque llevando la daga como si estuviese pegada a su piel.

Al menos fue inteligente, si que le serviría una como esas mientras allí estuviese.

𝗘𝗹 𝗺𝗶𝗹𝗮𝗴𝗿𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗢𝗹𝗶𝗺𝗽𝗼 | NarniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora