Say
Me dejo caer en el asiento más alejado del autobús y maldigo internamente el hecho de que mi moto hoy no se haya encendido, no deja de darme problemas y no tengo el suficiente dinero como para arreglarla. He pensado en que quizás debería buscarme otro trabajo pero no sé ni por donde empezar; hace unos años que estoy trabajando en una tienda de tatuajes los fines de semana y alguna que otra tarde entre semana pero no me da el dinero suficiente como para gastos tontos y éste es un gasto tonto. Y si os soy sincero no sé ni qué mierdas buscar, no creo que haya nada que se me de bien aparte de dibujar, eso es algo que siempre me ha apasionado desde bien pequeño y mezclar eso con la tinta es...buah, espectacular. Dejas un recuerdo impreso en la piel de la gente, un tipo de recuerdo que te perseguirá vayas donde vayas y que la gente confíe en mi para hacer eso es algo indescriptible. Sonrío levemente al pensarlo, al menos sí que hay algo en mi vida que me guste y plantearme el dejarlo me da pánico. Estar ahí me recuerda lo difícil que fue buscarme la vida pero también me recuerda que soy capaz de algo en esta vida.
Recuerdo que cuando cumplí dieciocho años pude salir de ese infierno al que llamaba hogar y sí, puede que al principio lo echase de menos pero era algo que necesitaba, me fui y me ayudaron a salir adelante; encontré un piso barato y me ayudaron hasta que fui capaz de encontrar algo que hacer con mi vida y ésta fue mi única oportunidad. Me lancé con los ojos cerrados sin saber si iba o no a salir bien pero tres años después, aquí sigo. Sí que es verdad que sigo sin saber muy bien qué hacer con mi vida o qué es lo que quiero pero me prometí a mi mismo que acabaría siendo alguien. Simplemente alguien del quién mi madre pudiera estar orgullosa, que si estuviese aquí me mirase y dijera "ese es mi hijo", por eso estoy estudiando aunque no sea lo mío. Quiero que pasen los años, poder mirar hacia detrás y poder decir; "lo conseguí". Lo conseguí a pesar de que hubo gente que nunca creyó en mi.
Noto movimiento a mi lado y dirijo mi mirada hacia ahí; veo que la gente empieza a levantarse y frunzo el ceño, ¿ya hemos llegado? Miro a través de la ventana y veo la dichosa fachada de mi instituto al otro lado. Me quejo internamente no solo del madrugón que he tenido que pegarme sino también porque hoy es uno de esos días en los que no me apetecía venir, hoy toca filosofía a primera hora y no tengo ganas de verle la maldita cara a esa dichosa mujer. Suspiro cabreado levantándome del asiento y bajo con rapidez del autobús.
Me saco el paquete de cigarrillos del bolsillo y me lo llevo a los labios pero antes de que pueda encenderlo noto una mano que me lo quita; frunzo el ceño intentando no cabrearme al ver quién es. Dichoso director.
-Llegarás tarde -dice haciendo un movimiento con la cabeza y extiendo mi mano para que me de el cigarro- No quiero problemas -dice tendiéndome el cigarro pero sin dejar que lo coja.
-Lo capto -le explico como si realmente me importara y al final acaba dándome el cigarrillo. Me lo llevo de nuevo a los labios sin hacerle ni puto caso y entro al instituto con él. Le escucho maldecir a mis espaldas y sonrío levemente.
-Say -dice intentando alcanzarme- ¿Me escucharás?
-La verdad es que no -digo encendiendo el cigarro llamando así la atención de un par de personas.
-Say, hijo, deja de buscarte problemas -dice alcanzándome por el brazo y me giro para encararlo. Vuelve a quitarme el cigarro de los labios y sonrío levemente antes de echarle todo el humo en la cara- A mi despacho -dice haciendo un gesto con la cabeza. Sonrío levemente al saber que está intentando mantener una buena actitud pero cualquiera en su lugar, si tuviese a un gilipollas como yo sacándole de quicio como hago, ya me habría mandado a la mierda pero la verdad es que ahora mismo no me importa; voy a saltarme filosofía y solo por ese motivo siento que mi día mejora.
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No quiero quererte...
RomanceIncluso la persona que menos se lo merece; tiene su excepción.