Say
Miro a través de la ventana, como si justo delante no tuviese al profesor; la verdad es que tampoco me importa pero... ¿acaso hay algo que me importe en esta vida? Supongo que no. Veo la lluvia caer a través del cristal y sonrío inconscientemente aunque al darme cuenta de que lo he hecho, dejo de hacerlo. Se me hace raro sonreír; aunque sea por una estupidez por la que acabo de acordarme. Cuando era pequeño, me encantaba ir en el coche mientras llovía; apoyaba la cabeza en el cristal e inventaba una carrera imaginaria con todas y cada una de las gotas que había en el cristal. Nunca sabía cuál era la que ganaba, o es que quizás no se trataba de ganar o de perder sino simplemente de existir, de vivir pero mirarlas me relajaba, ellas conseguían que dejase la mente en blanco durante unos segundos y eso es algo que hace mucho que no consigo en mi vida. Dejar de pensar o de darle vueltas a las cosas que me importan aunque siempre parezca que muchas de ellas no lo hagan.
No dejo de repicar con los dedos en la mesa y sé que eso al tutor le molesta pero es algo que me sale inconscientemente cuando estoy nervioso pero ahora mismo no hay nada que me preocupe. Lo mismo de siempre, vaya.
-Say -escucho decir y ruedo los ojos fastidiado- ¿Puedes repetirme lo que he dicho? -levanto la vista y hago un gesto con los hombros restándole importancia- Vas mal en esta materia y aún así no prestas atención.
-No me preocupa -digo en voz alta y se crea un silencio en clase. Eso no se debe a que me teman o cualquier tipo de estupidez que estéis pensado; simplemente creo que las personas que comparten mi clase, me han oído pocas veces hablar. No porque me hayan hecho algo sino porque no tengo el mínimo interés de conocer a nadie así que mayormente intento pasar desapercibido o ni siquiera asisto a clase, de hecho se me da mejor estudiar por mi cuenta así que contra más alejado de la gente, mejor.
Suena el timbre y suspiro aliviado. Guardo el libro que hoy sí me he dignado a traer junto al estuche dentro del pupitre y me levanto dispuesto a irme; como siempre el último de todos.
-Say -me llama mi profesor justo cuando estoy llegando a la puerta- ¿Puedes quedarte?
-Si puedo elegir prefiero que no -digo con total sinceridad aunque se lo toma como si el que hablase fuera mi sentido del humor. Me giro y le miro no sin antes cruzar los brazos en mi pecho; es algo que siempre hago y aunque parezca una tontería he acabado entendiendo que lo hago para protegerme de la gente pero eso parece que nadie lo entiende, solo yo. Supongo que es porque no le doy motivos a la gente para que se preocupe por ello.
-Say, ¿ha pasado algo? -pregunta y arqueo una de mis cejas mientras niego con la cabeza- Si necesitas hablar con alguien... -dice sabiendo mi historial de vida, por así decirlo. No quiero darle pena a nadie.
-No necesito ayuda en nada -digo borde, como siempre- ¿Algo más? -nos miramos fijamente retándonos con la mirada y al final es él quién la acaba apartando mientras niega contestando así a mi respuesta- Entonces será mejor que me vaya.
Salgo por la puerta de la clase sin mirar hacia detrás; tengo muchísimas cosas mejores que hacer que quedarme ahí escuchando cosas que no quiero escuchar. Me dirijo hacia mi taquilla para así poder coger el casco y pirarme de aquí; paso de entrar a la siguiente hora. Meto la combinación en ella y me cabreo al no acertar, siempre me pasa lo mismo. Doy un golpe en la taquilla cabreado y apoyo mi cabeza en ella mientras dejo ir el aire que estaba aguantando.
-¿Necesitas ayuda? -escucho una voz a mi lado que reconozco sin ninguna duda.
-Sophie que me acostara contigo la otra noche no quiere decir que vaya a hablarte como si nada -digo girándome y me mira abriendo los ojos sorprendida. Veo un brillo en ellos que no acabo de entender pero realmente tampoco me importa- Lárgate -le ordeno y aunque al principio parece que vaya a resistirse, acaba pirándose.
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No quiero quererte...
RomansIncluso la persona que menos se lo merece; tiene su excepción.