Corazon de Metal

Prologo

_ ¡Giren a estribor!_ se escuchó un grito de alguien a quien ni siquiera podía reconocer.

_ ¡A estribor!_ repitió alguien más cerca de mí.

Era imposible saber quiénes seguían y quienes no en el barco, quizás algunos hombres ya se habían lanzado al agua, conscientes o inconscientes. Puede que alguno haya decidido quitarse la vida sin esperar el resultado del naufragio y tal vez otros estaban escondidos en algún lugar del barco, pero nada de eso parecía importar en aquel momento.

La tormenta nos había tomado en medio de la noche y no estábamos preparados para ella. Hice mal en insistir hacer una búsqueda en el mar de alguien que tal vez y estaba muerto, pero tenía que encontrar lo que buscaba y esta tormenta no me iba a detener.

Otra fuerte ola volvió a azotar el barco, sentí como giraba en la dirección contraria a la que querían ir los marineros. Los gritos se hicieron presentes pero de todos modos el oleaje del mar y los truenos no me dejaban escuchar ninguno. Era como si la tormenta, me hablara solo a mí.

Mientras me sostenía fuertemente del mastíl y mantenía mis ojos cerrados, deseando que todo esto pasara de inmediato. Otra vez las olas arremetieron contra el barco y mis manos soltaron su agarre de aquella columna.

Resbalé por el suelo de madera haciendo movimientos extraños con mis brazos, esperando que eso evitara la caída. Es estúpido pensar que lo haría, pero de todos modos mi cuerpo no pudo evitar tener esa reacción ante tal acontecimiento. Busqué una manera de detener la caída por la borda y efectivamente una cuerda apareció ante mis ojos, la tome y me sostuve de ella.

Los marineros seguían cayendo por la borda y mis sentidos no podían hacer nada para detenerlos, no sabía cómo siquiera salvarme a mí mismo, pero todo esto había sido mi culpa por haber insistido tanto en hacer este recorrido.

_ ¡Señor Smith!_ la voz del capitán llamo mi atención, estaba de pie frente al barandal de la cubierta. Claramente se sostenía de ella, pero lo hacía de tal manera que parecía que no necesitara hacerlo. Su cara lampiña y su sombrero de capitán no le daban crédito a su postura de luchador._ ¡Señor Smith, sino hace algo ahora mismo lo tirare por la borda!_ gritó otra vez, pero de seguro el señor Smith ya había caído del barco, porque no lo veía por ningún lado.

De repente una enorme ola se levanto por estribor y tomo posesión del barco. Se adentro a él como si fueran los tentáculos de un pulpo, ocupando lugar dentro de él y arrastrando al capitán consigo fuera del barco. Todos los que todavía seguíamos en pie, nos quedamos sorprendidos al ver la escena, ya habíamos perdido al capitán. Otra ola se apodero de nosotros e hizo que la nave se volcara al mar, haciendo que todos cayéramos a las profundidades del mar.

Cuando mi cuerpo toco el agua fría, sentí que los huesos y el corazón dejaban de funcionar, sabía nadar, pero no tenía ni idea de cómo hacerlo en aquel momento. Sentí que las enormes olas de la superficie me arrastraban lejos del barco e intente luchar contra ellas con todas mis fuerzas, pero me parecieron horas lo que dure para rendirme ante ellas y olvidarme de todo. Dejar que ellas me guiaran a mi destino.

_Kharlotte._ fue lo último que mis labios habían pronunciado.