6. Alétaje de mí

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Seis meses habían pasado desde la destrucción de los collares de Amarth.

Seis meses en los cuales ella estuvo encerrada en las sombras, seis meses aislada de todo aquéllo que le hacia daño.

En tan sólo seis meses su pensar cambió por alguna extraña razón.

Su marca la delataba, la marca del mal estaba impregnada tanto en su piel como en su alma.

Ahora la elfa castaña caminaba por un desconocido bosque, hace poco había perdido la noción del camino. Estaba desorientada.

Pero poco le importaba si es que estaba lo suficientemente lejos como para que la encontraran.

Sosteniendo con una mano las riendas del único al que consideraba amigo iba observando los altos árboles que dejaban que una leve luz se filtrara por sus hojas primaverales.

Felizmente estaban en una temporada fresca, en el invierno había sufrido por las bajas temperaturas de la noche.

Pero después de todo, había sobrevivido; para bien o para mal.

Respiró hondo para luego continuar con pasos silenciosos y escuchando cada entraña del bosque por algo fuera de contexto.

No podía rendirse, ya era tarde para eso. Debía ser fuerte en su decisión y no mirar hacía atrás.

Con la capa color verde oscuro se cubría casi por completo, el rostro era lo que más le importaba. Nadie podía verla.

Ya no era la misma elfa que salió hace casi un año de Rivendel para sólo una simple visita que terminó con una aventura complicada.

Perdió a los que más quería. Su viejo hogar ya no sería lo mismo sin ella; lo tenía muy presente.

Mientras más se sumergía en la espesud del bosque, más se le hacia conocido. Ella había pasado por el mismo ambiente hace meses, cuándo era una ingenua.

Se detuvo por un agudo silbido. Una flecha se clavó en el árbol detrás de ella. Había rozado su cabeza.

Sin darse cuenta, el pánico la iba consumiendo con lentitud. Debía salir de ahí lo más rápido posible.

El relincho de Kherion pusieron sus nervios más alto. El caballo marrón de paró en sus dos patas traseras. La castaña intentó calmarlo pero una segunda flecha lo espantó y salió galopando dejándola sola.

Como un reflejo, sacó su espada de su cinto y corrió en la dirección en la que se fue su amigo.

Pero no fue demasiado lejos. Una voz detrás de ella la hizo parar.

-Detente -la sangre se le heló al escuchar aquélla voz a sus espaldas.

Su corazón literalmente se detuvo, él era su última opción que la podría encontrar. Inconscientemente ella soltó su espada de la mano derecha. Ésta hizo romper el oscuro silencio en que se encontraban.

-Date la vuelta -volvió a ordenar.

Ella seguía en un completo adormecimiento de sus sentidos, no sabía que aquéllo le podría costar la vida. No respondió.

Sus manos empezaron a temblar por sí solas. Sentía que en cualquier momento sus pies le iban a fallar y se derrumbaría.

Empezó girando ligeramente para verlo de reojo.

Pero ése simple acto fue suficiente, el elfo la reconoció al instante en que observó su detallado perfil.

Bajó el arco por completo, la flecha salió disparada al suelo cerca de los pies de la elfa castaña, la cuál dio un leve respingo.

Ojos de Cristal (Legolas) [SOF #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora