Un agudo dolor de cabeza la hizo despertar, no tenía conocimiento sobre cuánto tiempo había estado durmiendo pero aun así se sentía exhausta.- ¿Qué pasó ayer?- dijo para sí misma pero alguien más dentro de la habitación la escuchó.-Eso mismo debería preguntarte yo.- dijo una voz que Evangeline pudo distinguir de quién era sin necesidad de ver.
-Emma, me duele la cabeza.- se quejó la castaña intentando cubrirse con las sábanas.
-Oh no señorita, has dormido por más de 12 horas.- intentó sacar a su amiga de la cama.
-¡¿Qué?!- reaccionó.
-Ya es de día, Evangeline.- dijo abriendo el par de cortinas dejando entrar el pleno sol haciendo sufrir a su amiga.
-No hagas eso, Emma.- se quejó.
-Te lo mereces por ebria.- le dijo sentándose al borde de la cama de su amiga.
-Necesitaba desahogarme.- dijo recobrando la memoria del día anterior. Evangeline salió de las sábanas y miro fijamente a la rubia.- ¿Cuando pensabas decirme de la nueva relación de tu hermano?
Emma se quedó callada, ¿cómo podía responder a eso?
-Lo siento.- dijo bajando la cabeza.- Pero yo no tenía derecho a decírtelo, el único que podía era Legolas.
-Bueno, ni si quiera me lo dijo.- dijo girando su mirada.- Se lo escuché decir a Aranelisse.
Ambas elfas se quedaron en silencio, cada una en su propio mundo pensando que decir.
-¿Cómo pasó?- le preguntó la castaña rompiendo el hielo. Emma entendió a la perfección la duda de su amiga.
-Éramos muy cercanos de pequeños, junto con Taryon. Los cuatro nos conocemos de toda la vida, pero al pasar de los años... Legolas empezó a sentir cosas por Aranelisse.- relató la rubia.- Y ella le correspondía. Aranelisse fue su primer amor.
Una vez más, algo dentro de Evangeline se empezó a romper. Y no sólo para ella, era para todos. Sin que ambas elfas se dieran cuenta, una pequeña pero peligrosa mancha negra se depositó en el cuarzo de la castaña.
-Luego ella partió a Rivendel, su pasión era el arte de la sanación. Desde esa vez no volvimos a saber nada de ella, Legolas estaba destrozado. Aranelisse fue quien más lo apoyo con la muerte de nuestra madre.- Emma continuó diciendo.- Pero hace meses regresó, Legolas estaba vacío por tu desaparición pero nunca se lo dijo a Aranelisse, una cosa llevó a la otra y ahora están juntos.- terminó Emma pero al levantar la cabeza para observar a su amiga la encontró con los ojos aguados, sin embargo, Evangeline solo le dio una sonrisa.
-Estaré bien Emma, no hay de qué preocuparse, espero que tu hermano sea feliz.- le dijo aguantando sus sentimientos.
-Hablando de ser feliz.- Emma intentaba levantarle los ánimos a su amiga.- Ayer estabas muy cercana a cierto comandante.- Emma logró hacer que Evangeline se ría un poco.
-Solo somos amigos, lo ayudé con el entrenamiento además quería despejarme un poco.- le dijo calmadamente.- Y sobre todo me escuchó.
-Yo también te podía escuchar.- le dijo Emma fingiendo enojo.
-Y lo sé Emma.- se rió por la actitud de la rubia.
-¿Le contaste todo lo que pasó con Legolas?- preguntó cambiando a un semblante algo serio.
-Lo principal, tampoco entré en detalles.- respondió.
-Evangeline quiero que confíes en mí, por algo somos mejores amigas ¿no?- dijo Emma con una sonrisa.
ESTÁS LEYENDO
Ojos de Cristal (Legolas) [SOF #2]
Fiksi PenggemarTodo ha acabado. Pero no para muchos, sin embargo, todos piensan cosas que no son. Nada la hará volver, ella descubre estragos que llevará por siempre. Restos de un mal, restos de lo que se creía que había acabado. Ella es peligrosa para cualquiera...