Capítulo 1 [editado]

48 2 0
                                    

Desde el día de la muerte, oh, ese maldito día, voy al cementerio cada sábado, tratando de no faltar a mi promesa. Claro, que esto trae repercusiones, pues mi casa nunca volvió a ser la misma; Esmeralda, mi madre, dejó de ponerle atención a Lily y la pequeña monstruo, siempre quiere jugar conmigo. Claro, que a su corta edad de 8 años, Esme cree que, como cualquier otra niña, juega con sus muñecas.

✴✴✴

-Hey, Patrick, ¿irás al cementerio hoy?

-No -suspiré-; hace ya algún tiempo que no voy. Sólo... no sé, iré a dar una vuelta, ¿por qué? ¿quieres venir?

Sonrió y supe que sólo iría por su chaqueta, así que me tiré al sillón y esperé que bajase después de avisarle a Esme que saldría. Y dado que Esme desde ya hace varios meses había dejado de ponerle atención a Lily, simplemente bajó y salió corriendo rumbo al parque.

La seguí de cerca, cuidando sus espaldas, pues no era una niña normal que se fija al cruzar la calle. Lily estaba... un poco loca, por decirlo de alguna manera. Pero siempre digo que la familia es familia, por más que no quieras, siempre será así. Miré a Lily meterse entre unos autos para no pagar y sonreí. Ya podía imaginarme a mi hermana como toda una delincuente. Reí y la seguí, encontrándola sacando dos billetes para comprar un helado de vainilla con mentol achocolatado que tanto le encantaba. Aunque sabía que debía detenerla ahora, ya que le encantaba lo dulce más que otra cosa y sería capaz de gastar su mesada en un día. ¿Me molestaba? En absoluto. Solo que mamá le ponía tan poca atención que Lily entraba en una depresión que, sinceramente no era nada buena para ella. No para mi Lily.

Como sospechaba, después de terminarse el helado, había comprado papas fritas y un refresco azucarado. Le tendí la mano con un bufido y ella negó con un puchero mientras abría sus papas. Negué y la hice sentarse para hacerle entender que no era necesario llamar la atención de Esme alimentándose de más.

-Vamos, Lily -pedí con una mueca- deja eso y ve a jugar por algún lado.

-No. Es mi cuerpo y yo decido qué hacer con él. Tú me lo enseñaste, ¿no? -miró mis muñecas que al instante junté y metí a los bolsillos de mi pantalón -Já, si tú hiciste eso, ¿por qué no puedo yo alimentarme así?

-Es distinto. Creeme -la miré con una sonrisa melancólica, no quería que mi hermana terminase como yo- por favor.

-Eres un imbécil -bufó y dejó lo que había comprado. Me miró y negó, para después levantarse e irse a casa por donde vino.

Estuve en el parque unos diez minutos más, y después la seguí. Al llegar a casa, me di cuenta que ella ya había llegado y estaba tomando una ducha. Subí directo a mi habitación y la observé por dos minutos. En apenas seis meses, se había convertido en algo muy diferente a cuando aún no pasaba nada.

A las 7.25, mamá nos llamó a cenar como todas las noches... con un sollozo al final de la frase. Era evidente que le dolía, pero creía que Lily no duraría tanto y también comenzaría como mamá. Cuando llegué al comedor, los platos ya estaban servidos y Lily lavaba sus manos. Me limité a sentarme y revolví la comida en el plato.

✴✴✴

Los gritos de Esme fueron los que me despertaron de un salto. Salí de mi habitación y corrí a donde Esme estaba. La habitación de Lily.

Lamentablemente, no pudo hacer nada, pues era obvio que Lily estaba muerta desde hace ya algunas horas. Ella no paraba, quería a su pequeña hija de vuelta. Gritaba cada vez más fuerte, sabiendo que nadie podía ayudarla a recuperar a su hija de 8 años.Y sólo se resignó, pues no había nada mas que hacer...

Estaba muerta. Lily estaba muerta.

-¿Patrick?- volteé mi mirada y sus ojos azules me escanearon con cariño -Te extrañé demasiado.

Suspence Espectre {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora