Suspence Espectre {Editando}

Capítulo 4 (pt 2) [Editado]

Me quedé frío, estaba lejos de mi partido.

–¿Dónde vives, Patrick? Hey, chico, ¿estás bien?

Mi piel se volvió blanca, y el oficial pidiendo ayuda fue lo último que escuché antes de que mi mente se mostrará en blanco y cayese al suelo.

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Al principio, aún me sentía mareado, pero de a poco fui acostumbrándome a la luz. Vi un rostro cerca de mi. Cerré mis ojos con fuerza y cuando los abrí pregunté.

—¿Laureen?— murmuré, aún sabiendo que era Lisset.

—Lauren vendrá después, fue a la cafetería.—dijo con voz suave en vez de chillona. Preferí no contestar. Sonrió y salió de la habitación, así que volví a dormir. No supe cuanto dormí, pero cuándo desperté vi a mi padre, Luca Foster. Quien nos había abandonado cuando tenía 10 años, sin motivo así que lo odié. Me habían entrado ganas de asfixiarlo con el almohadón de la camilla.

—¿Como estas, Patrick?

«bien antes de que llegaras.»

—Me puedes explicar, ¿Qué carajos haces aquí, imbécil de mierda?  ¡No quiero verte, Luca!

Le grité, prácticamente la misma frase que a Lily. No quería verlo cerca de mi. Nunca. Volví a gritar atrayendo la atención del médico.

—Disculpe, Señor Foster, pero debe salir. Entenderá que Patrick está tenso y necesita descanso, por aquí, por favor—. Luca me miró y yo sonreí. El doctor carraspeó y Luca se apresuró a salir.

Luego de eso mi mandíbula y músculos se relajaron. No entendía cómo se atrevía a aparecerse por aquí. Después de todo lo que había hecho...

Suspiré y pasé mi mano por mí rostro.

—¿Pato?— mi madre asomó la cabeza y yo sonreí invitándola a pasar. Entró y se sentó a orillas de la cama —¿Cómo estás, amor?

—Al menos estoy... pude haber muerto, sabes. Hubiese preferido eso—. Le dije con sinceridad, más ella sonrió con ternura y vi sus ojos tristes.

—Pato... —murmuró y me acomodó el cabello— no digas eso, cariño... tu hermana y yo te necesitamos. Lily no pudo dormir ayer y no sé cómo le daré la noticia. Pero, Pato, vas a estar bien, los médicos suministran medicamento a tu cuerpo. No morirás.

—No, mamá— reproché— esto no es lo que yo quiero... Esme, yo quiero morir. Las amo, a ti y a Lily... pero no puedo, sabes...

—Yo... oh, Pato— la primer lágrima cayó —Lo siento, de verdad que lo siento.

Esme comenzó a llorar y yo la miré confuso, hasta que sentí un piquete en mi cuello y me llevé la mano ahí, donde sólo pude distinguir un punto porque la droga me durmió de inmediato y para cuando desperté, habían pasado al menos ya 3 horas. No me molesté en mirar a mi alrededor, pues ya sabía que no era la habitación de antes, sobretodo por el gran espejo que había en una pared, junto a la puerta. Estaba en una sala de observación.

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—Te buscan, Patrick —me informó la enfermera —Laureen.

Balbucee unas palabras ininteligibles pero al final asentí, dirigí mi mirada hacia la lámpara de la habitación que no había notado y suspiré mientras la veía moverse. Mi mente jugó conmigo, pues parecía que Lily estaba colgada de ella... tragué saliva, no podía imaginarla así. Entre más decía que no, mi mente decía que sí.

—¡Lily!—grité fuertemente y froté mis ojos pero la imagen no se iba.

—Tranquilo, Patrick... Liliana está bien— volví mi mirada a Lauren—. Con Esmeralda, no querían preocuparla.

—¿Están bien? ¿Lily esta a salvo?

Laureen asintió—Seh, ella y Esmeralda (que por alguna razón, me odia) fueron por batidos. Pero, tú ¿estás bien? Te ves pali...—. La corte antes de que terminara.

Con una madre tengo suficiente, gracias.

—Sí, algo mareado. No es grave. Simplemente quiero descansar.

—De acuerdo, te veo luego— se levantó y salió con una sonrisa.

Caí dormido lo único que veía era una imagen distorsionada, gris, cuerdas, un columpio, no. Cuerdas y cuerdas. Lily muerta, imposible. Desperté con la respiración agitada y me di cuenta que ya no estaba en la habitación. Una cama, una mesita de noche con un vaso y una jarra de agua, un armario, un tocado y una puerta grande como él portal de casa.

Luca. ¿Porque demonios estoy aquí? Casa de mi padre, diganme que estoy soñando.

Tocaron a la puerta y me levanta a abrirla. La nueva (no tan nueva) mujer de Luca. Más vieja que mi madre. Aluciné, ya que, por un momento, me pareció que tenía él mismo color de ojos que Laureen.

No ella no puede ser la madre de Laureen.

—La comida esta lista, debes tener hambre has dormido por casi 5 días—. Dijo y mi estomago respondió por mi, haciendo un sonido demasiado intenso-. Eso es hambre— sonrío— Vamos, te presentaré a mis hijas.

«Por mi puta madre »

[Multimedia: Bridgit Mendler, o me gusta llamarla, Lisset]