Comenzaba el verano y, como cada año, se organizaban fiestas alrededor de la charca. Aunque la mejor parte llegaba, sin duda, al caer la noche: una hermosa lluvia de estrellas inundaba el cielo de una forma única cada vez.
Susi estaba muy emocionada: era solo un día de celebraciones, solo un día.
-¿Qué vas a hacer este año?- le preguntó Susi a Alfredo.-¿A qué fiesta irás?
-No lo sé... todavía no lo he pensado.- respondió Alfredo sin mucho interés.
-¡No lo has pensado! ¡Si no te decides te vas a perder toda la diversión!- Susi llevaba mucho tiempo esperando ese día y este año estaba decidida a no perderse nada.
-Todos los años me acabo enterando que había otra fiesta mejor que en la que yo estaba. Este año no me va a pasar.- Afirmó Susi muy convencida.
-¿Y cómo vas a hacer eso? No puedes estar en todas partes a la vez.- Aclaró Alfredo mirándola de reojo.
-Pues ya lo he pensado. Voy a estar un rato aquí, otro allí, otro allá... y así no me perderé nada.-
-Creo que te vas a cansar mucho con tanto ir y venir. Eso no puede ser divertido.- Opinó Alfredo.
-¡Claro que sí va a ser divertido! ¿Sabes lo que no es divertido? Quedarte todo el día en un sitio, eso sí que es tiempo perdido.-
Al día siguiente se celebraban las fiestas, se oía música y cantos por todas partes. Había juegos, bailes, risas y mucha diversión. Susi se había levantado antes de que saliera el sol pero todavía estaban colocando los adornos y no había comenzado nada, así que tuvo que esperar.
Más tarde se encontró con Alfredo: -¿Qué?¿Adónde vas?¿Te has decidido ya?- le preguntó muy animada.
- Me voy a quedar por aquí y luego me iré un rato a nadar a la charca.- Le dijo señalando a unos niños que jugaban por allí.
- Esta noche te contaré lo mucho que me he divertido. Recuerda que solo tienes un día, no te arrepientas del tiempo perdido.- Le advirtió Susi y. se fue caminando muy rápido.
Ese día Susi corrió de aquí para allá. Estaba divirtiéndose jugando pero se le ocurría que quizás en otro sitio estarían haciendo algo más divertido y se iba. Se pasó todo el día yendo y viniendo. Las horas se le pasaban volando, y enseguida, llegó la noche.
Fue a buscar su saco de dormir, pues todos se acostaban afuera en la hierba y esperaban a que comenzara la lluvia de estrellas. Luego se sentó al lado de Alfredo, que ya llevaba un rato allí contemplando el cielo y este le preguntó a Susi: -Aún falta un buen rato para que empiece pero aquí se está muy bien, ¿verdad?-
-Sí, la verdad es que sí...- empezó a hablar Susi, y se recostó para ver el cielo.
Tan cansada estaba Susi, que no tardó ni un minuto en quedarse dormida. Cuando despertó, ya todo el mundo se marchaba.
-¿Qué pasa?¿Por qué se van?- le preguntó a Alfredo.
-Nosotros también tenemos que irnos. Ya se ha acabado.- Le dijo Alfredo.
-¿Quééé?¿Pero si no he visto nada? ¡Me he quedado dormida!- dijo Susi muy disgustada.
-¡Vaya! Lo siento, no he dado cuenta. Estaba tan concentrado mirando el cielo. Ha sido una lluvia de estrellas impresionante. Lo siento, Susi. Al menos, ¿te lo habrás pasado bien hoy?-
-No, Alfredo. No lo he pasado bien. No es divertido intentar divertirse. Pensé que cuantas más fiestas visitara mejor me lo pasaría, pero no es así. Es mejor aprender a divertirse donde uno esté, lo demás es tiempo perdido.-
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Cuentos infantiles. Susi y Alfredo, y sus grandes aventuras.
Historia CortaHace bastante tiempo que Susi, la rana, y Alfredo, el sapo, se conocieron. Lo cierto es que ellos ya no lo recuerdan porque eran muy pequeños. Pero es una preciosa historia que me gustaría contar. Historia registrada en Safe Creative. Código de regi...