Just Give Me A Reason [ONE]

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Varias semanas después.

La ojiazul se dirigió a la locación que la revista Vogue le habia dicho que asistiera. Tendría su primera sesión de fotos luego de haber firmado con la famosa revista, iba con una blusa de jeans y unos shorts que le hacían juego. Al observar las cámaras listas y a la encargada de la sesion, una gran sonrisa le abordó su rostro.

Se acercó a la rubia con la mejor disposición, dejo sus cosas en una de las mesas y se colocó el primer atuendo, que consistía en un bikini negro y una camisa de jeans clara.

- Pero que guapa, Mckinsley - Bromea la rubia mientras le fotografia unas veces, sin dejar de reir.

- Siempre con una risa por delante, Emma Brandt, eh - La ojiazul le acompaño en su risa antes de hacer una nueva pose para las fotos.

- Es verdad lo que escuche, Liz? - Una sonrisa maliciosa aparecío en Emma.

- ¿Que han dicho? - Volvió a sonreirle mientras se tomaban las últimas fotos.

- Eres de las mujeres más envidiadas de NYC - Emma dejo la cámara a un lado para sentarse en una de las mesas ya preparadas.

- Oh, bueno... - La ojiazul se sonrojo y no pudo evitar sonreír.

- ¿Lo quieres, verdad? - Añadió la rubia al beber de la copa de Vodka que tenian preparadas para ambas.

- No lo quiero... - Ríe y la observa con los ojos iluminados - Me enamore, Emms.

Ambas hicieron sonar sus copas antes de alejarse de la locación en la cual estaban, para dirigirse a la segunda y última de la sesion.

Esta vez se encontraban en una habitacion gris, liz usaba esta vez un vestido oscuro que era descubierto en la espalda.

Cuando se dieron lugar a las ultimas fotos, ambas sonrieron al terminar.

- Creo que ya es tiempo de que vuelvas a Vogue, Liz. Debes ir a conocer a tu asistente... - Emma asintió antes de desaparecer en el auto que la habia traído.

1 hora después.

La ojiazul caminaba por el pasillo hacia la oficina que le pertenecía, al entrar observó a un chico de apariencia joven, no más de 25 años, usaba un traje oscuro con una camiseta de color mercurio.

Ella dejó el folder que llevaba en sus manos y se dispuso a conocer a su nuevo asistente.

- Buenas tardes... - Ella le sonríe esperando a oir más de el.

- Buenas tardes, Elizabeth - Añadió al observarla fijamente - Soy Alexander Marsden...

- Es un placer conocerlo, por lo que me decía Emma, ¿Vienes para ser mi asistente? - Pregunta al observar la carpeta con sus datos.

- Asi es, la revista me asigno ayudarla en lo que guste, sesion de fotos, edición, todo - Alex volvió a reír haciendo que la ojiazul lo siguiera.

- Espero que seamos buenos amigos, y la proxima sesión fotográfica será a mi novio... - Sus mejillas adquirieron un color rojo con solo pensar su nombre.

- ¿Y, quien es el afortunado de llevarse el corazón de tan bella chica? Si es que tengo el honor que saber.

- Soy la novia del mismísimo intérprete de Superman, hace meses que estoy junto a Henry Cavill, realmente me encanta - Un cierto brillo apareció en los ojos de la castaña, de verdad lo queria.

- Realmente el tiene la suerte de tener a una chica tan linda a su lado, mi caso es totalmente diferente, no he logrado encontrar a la chica indicada que acepte estar junto a mi, todos los dias... - Suspiro y volvió a sonreir.

- Confía en mi, ya encontraras a tu acompañante, es más te ayudare con eso, pero otro dia ya que debo irme a casa... - Le abrazo unos segundos antes de alejarse por la puerta por la cual habia entrado antes.

(...)

Al entrar en la residencia que Henry y ella compartían, se sintió más alegre de lo normal. Pasar todo el dia fuera de casa sin la posibilidad de verlo aunque sea una vez le había hecho extrañarle aún mas, por lo que decidió buscarlo, a simple vista no lo veia.

Cuando caminaba de vuelta a la habitación, una gran sonrisa le creció en el rostro al verlo, recostado sobre la cama con los ojos cerrados, sabia que despertarlo seria un gran error y que no recibiría un gran incentivo del ojiazul, lo cual no le agradaba a ella pero aún así, se deshizo de sus zapatos y se coloco a su lado, dejando su cabeza sobre su pecho.

«Que hize para lograr estar con el» Pensó la castaña al observarle dormir lleno de tranquilidad, desistió en hacer la idea de despertarlo, disfrutaba de solo mirarle sin tener que dar explicaciones.

— ¿A quien observas tanto? — El británico le abrazó con suavidad, dejandola a centímetros de el.

— ¿Crees que solo quiero admirarte a ti, eh? — Se acercó y quedo a menos de 3 centímetros de el.

— Tu eres la que me busca, aunque bueno… — Le susurró en su oido incrementando su acento — Sin ti, nada seria lo mismo.

— Hoy, conocí al chico que estaría a mi cargo, mi asistente — Dijo Liz al besarlo por varios minutos, siendo el quien intervendría.

— ¿Tendrás un asistente? — Enarco una ceja antes de hacer una mueca de desagrado — ¿Como es el?

— Su nombre es Alexander Marsden, es un chico agradable y es lindo, pero alguien ya lo supera… — Añadio la ojiazul con una sonrisa antes de sentarse en su regazo.

— A…alguien lo supera, eh? ¿podria saber de quien hablas? — Respondio cerca de sus labios.

— Es increiblemente guapo, es britanico, tiene los ojos más hermosos que he visto, casi cumple 33 años y cada vez que lo veo, me dan ganas de abrazarlo y no soltarlo mas… — Asintio con una sonrisa sincera en su rostro.

— ¿Sabes que te amo, verdad?

— Lo se, Henry. Es lo mismo que siento por ti, pero más…