Capítulo Seis.

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Faltaba 1 hora para las 5 y me dispuse para ir a casa.

Cuando iba de camino me puse nerviosa, sin entender porque. De repente se me vino a la mente aquel día, mis ojos se cristalizaron y sentí un enorme dolor en mi pecho.

Llegue a casa y de inmediato fui por Sofi para llevarla con Beatriz.

—Ya llegue mi niñaaaaa —grité para que Sofi bajara.

—¡Mamiiiiii! —gritaba ella bajando de las escaleras muy emocionada.

—¿Cómo te fue corazón?

—Muy bien mami, Jade y yo jugamos con las barbies —dijo la pequeña—. ¿Me llevarás con Tani, mami? —pregunto dando pequeños brincos.

—Así es amor, así que alista tus cosas rápido, salimos en 10 minutos —dije dándole un beso en la frente y ella se dirigió inmediatamente a su cuarto riendo.

Mientras Sofi alistaba sus cosas, tomé una fruta ya que no había comido nada durante todo el día, y me senté.
Me puse a pensar en todo, como pasa el tiempo tan rápido, las cosas han cambiado demasiado.

Ya no soy la misma chica de antes.

Sin embargo le sigo amando.

—¡Ya estoy listaaa! —grito sofi sacandome de mis pensamientos.

—Vamos cariño —dije un poco desubicada.

Subimos al auto, y maneje con calma hacia la casa de Beatriz. Después de 15 minutos, llegamos.
Sofi bajo de inmediato, de verdad que esta niña me hace muy feliz, ella es la única razón por la cual decidí salir adelante, sino fuera por ella, sinceramente no sabría que sería de mi.

Se la encargue a Bea, le explique y decidimos que la pequeña se quedaría a dormir con Tani por hoy.

Iba de regreso a casa, de igual manera, con calma, me sentía muy nerviosa.

Llegue a casa, y busque algo para comer antes de que llegara Dylan, tome un vaso de leche ya que no tenía ganas de nada más.

Todo era tan raro, ¿Cómo es que él estaba vivo? Si las mismas noticias afirmaron que era él.

¿Cómo rayos ocurrió eso?, ¿Por qué aparece hoy de la nada, queriendo hablar conmigo y nunca se digno a buscar?
Demasiadas preguntas, y una sola persona que podía responder cada una de ellas.

Miré el reloj, pasaban de las 5.

No llegará. Lo sabía, ¿Cómo puedo ser tan estúpida? De verdad creí que vendría, si durante estos años no le intereso buscarme, menos ahora.

—Vaya, ¡que ingenua Geneby! —me dije a mi misma—. ¿Cómo joda creíste que el vendría? Está jugando contigo, solo eso —comencé a gritar mientras lágrimas salían de mis ojos—. Que estúpida fuiste, él ya no te ama como creíste, ya no Geneby —terminé rendida.

Corrí hacia mi habitación, me tiré sobre la cama, mientras mis lágrimas corrían.

Volvimos al inicio, muy bien Geneby.

El amor es para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora