Capítulo Once.

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DYLAN

Ya era el día, hoy se sabrá toda la verdad, nada puede fallar.

Comencé a alistarme para salir en una hora.

GENEBY

Me desperté más tarde de lo normal, ya que hoy no trabajaría, Bea me dijo que necesitaba hablar conmigo urgentemente, no tengo idea de que, pero será realmente importante, ya que dijo que dejáramos a las niñas con Iris, donde también estaría Jade y su madre, Kimberly.

Me levanté a desayunar junto con Sofi.

—Mami, ¿hoy vendrán Tani y Jade?

—Sí , amor —le contesté.

—Siiii —chilló de emoción—. ¿Y comeremos helado?

—Por supuesto mi amor, Iris se encargará de traerles más helado para que no salgan —en ese momento me dirigí a ella, para que fuera de inmediato por la nieve.

—Yeii, gracias mami, eres la mejor —dijo abrazándome.

—Te amo, corazón —le dije dándole un beso en la frente.

—Yo también, mamita chula —me dio un beso ella.

—Bueno mi amor, vamos a bañarnos y alistarnos porque en dos horas tienes visitas.

—Siiii —corrió hacia su cuarto.

Puse los platos sucios en el lava platos y después subí a mi habitación.

—Sofi, tomaré un baño si necesitas algo vienes a tomarme la puerta corazón —le grité para que logrará escucharme.

—Sí mami —gritó de nuevo.

Tomé mi baño de burbujas, después de un rato salí, y Sofi estaba sentada en mi cama.

—¿Qué pasa cariño? —le pregunté.

—Nada mami, estaba aburrida y decidí venir a esperarte para ayudarte con tu ropa —decía mientras jugaba con una muñeca de trapo.

—Oh genial corazón, ¿me ayudas a escoger una blusa mientras me pongo mi pantalón?

—Siii —brincó de la cama al piso y busco alguna blusa en mi clóset.

Me metí al baño para ponerme mi ropa interior y después mi pantalón.

—¿Ya encontraste algo, amor? —le grite de adentro, mientras cepillaba mi cabello.

—Tengo una blusa verde muy bonita mami —dijo con su voz emocionada.

—Traela cariño.

Al entrar, traía una blusa de tirantes color aqua, que tenía un escote entre líneas, y a decir verdad si era muy bonita, decidí ponérmela, ya que hacía calor, solo tome un chaleco de mezclilla y me lo puse encima.

—Que bonita te vez mami —me dijo Sofi con una sonrisa tierna.

—Gracia, tú te vez hermosa como una princesa, mi amor —ella traía un vestido morado que le llegaba un poco abajo de la rodilla.

Después de 15 minutos llego Iris, mientras ella terminaba de limpiar en la cocina y hacer una botanas, yo limpiaba un poco la sala, seguido de eso tocaron el timbre.

Me asomé por la ventanilla, era Kim junto con las niñas, abrí la puerta y las niñas de inmediato corrieron a encontrarse.

—Hola, Kim —dije saludándola de beso.

—Hola, Luci, traje un pastel para las niñas.

—Oh Kim, no te hubieras molestado, aquí ya había unas botanas y compramos nieve, así que te encargó que no coman tanto dulce, luego no hayamos como dormir las —me reí con lo último.

—Claro, vete sin cuidado Luci, yo me encargo de cuidar a estas nenas.

Kim era una gran amiga de confiar, así que no había ninguna preocupación.

—Bueno, entonces me voy —dije—
Sofi mi amor, ven a despedirte, ya me iré.

Sofi corrió hacia mi y me abrazó muy fuerte
—Cuídate mami, te amo —me besó la frente.

—Si mi amor, también cuídate no comas mucho dulce y te amo más —dije besándole la las mejillas y su frente—. Iris, te encargo mucho todo aquí, regreso más tarde.

—Si señorita Luci, no se preocupe.

Salí despidiendome de las niñas.
Me subí a mí auto y me marché a la casa de Bea, al llegar miré que había otro auto estacionado fuera de su casa, por suerte había más lugar en donde estacionarme yo.

Toqué el timbre, pasaron unos cuantos segundos, tal vez minutos, cuando abrieron la puerta y no podía creer lo que estaba mirando, joder.

El amor es para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora