Capítulo 12 - Teobaldario I

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Disclaimer: Los capítulos "Teobaldario" van a ser una pequeña saga de capítulos especiales entre los capítulos normales relatando algunas de las más extravagantes e importantes citas de Teobaldo. Tanto como para que conozcan más de su pasado como del personaje.
Este chiste está inspirado en algo similar que hizo un autor de una de mi serie de libros favorita. Espero que lo disfruten.
(No van a influenciar directamente a la trama, solo van a dar un trasfondo y eso. Aparte que serán en su mayor parte de comedia y eso para aligerar el drama principal)

***

Entre el abanico de mujeres distintas que Teobaldo ha conocido, y las citas que ha tenido. Aleinny probablemente haya sido una de sus experiencias más alocadas. La metalera despeinada amante de la pizza y él se conocieron en un concierto. Teobaldo asistió principalmente por el motivo de conseguir una cita con una chica nueva, diferente, muy distinta a las cuáles el solía conquistar en cualquier bar o club nocturno. León lo acompaño esa noche, pero rápidamente se separaron ya que su amigo en realidad quería disfrutar del concierto.

Se colocó cerca de las primeras filas, dónde los sonido estridentes son más potentes y solo resisten los que tienen un tímpano de acero. Ahí comenzó su casería, entre sudor y cerveza derramada hizo su camino hasta un espacio en que la concurrencia de gente parecía disminuir un poco. En ese momento se fijo en una chica de cabellos negros, totalmente desarreglados, que saltaban al ritmo constante de la batería -esa se ve especialmente bonita- se dijo Teobaldo para si mismo. Rápidamente se coloco a su lado, al principio trato de buscar su atención pero el intenso ruido no dejaba espacio para que su voz fuese escuchada. Improvisó; tomo un vaso de cerveza con un poco de líquido al fondo y discretamente lo dejó caer en la camisa de la chica y así conseguir la perfecta excusa para alejarla del lugar.

El plan salió acorde, ella se molestó un poco pero entre las disculpas y los agasajos del Casanova ella se tranquilizo. Teobaldo la llevo hasta la sección de baños públicos, ella tenía cierta cantidad de ropa de repuesto, pues estaba más que preparada por si esto pasase. Luego de ponerse otra camisa igual de negra que la anterior Teo cometió su siguiente jugada.

- Hey linda, en verdad perdóname por haber manchado tu ropa. Haré lo que sea para reponerlo-. Dijo con la voz levantada acompañado de una sonrisa cargada de encanto.

- Está bien, este tipo de cosas siempre pasa-. Respondió ella un tanto desinteresada y con ansías de volver a su caos preferido.

Teobaldo notó su desinterés, pensó en algo que probablemente le llamaría su atención. - ¿Conoces a Johnny Devil?-. Ella volteó rápidamente, completamente interesada- Pues resulta que lo conozco, si me acompañas puede que te lo presente -.

- ¡No me jodas! ¿En realidad conoces al vocalista de Motor Leg?-.

-¿Conocer? Somos amigos desde hace años-.

Ella quedó dubitativa por unos segundos, obviamente desconfiaba de este total extraño que decía conocer a su vocalista favorito. Muchos habían tratado de coquetearle de igual forma y siempre le irritaba. Pero a decir verdad, este sujeto le parecía bastante atractivo.

- ¿Cómo sé que no me estás mintiendo solo para cogerme?-. Preguntó cortante.

- Depende de si te gusta la idea o no-.

La metalera iba a decir algo pero se trabó, no esperaba esa respuesta.

- ¿Confías en mi?-. Le dedico una sonrisa y mirada sincera mientras extendió su mano derecha en forma de invitación.

- Eh que demonios-. Respondió tomando su mano.

Pronto en la tranquilidad del auto de Teobaldo ella pudo detallarlo con más tranquilidad, su apariencia cada vez le gustaba más y más. Notó su barbilla perfilada, un rostro con rasgos definidos y una mirada embriagante de ojos profundos. A lo que llevó a preguntarse -¿Que carajos hacía un sujeto como este en un concierto como aquél?- pero luego de dedicarle otra mirada decidió ignorar a su lado racional del cerebro, para dejarse llevar por sus emociones.

Las caricias de TeobaldoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora