Capítulo 2

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-Hola, me llamo Miriam Rodríguez y tengo 17 años recién cumplidos. Vengo del centro de Madrid, aunque ahora vivo en el barrio de Gràcia de Barcelona. Tengo un hermano de 20 años que se llama Hugo y... bueno, creo que ya está. –conté.

-Muy bien Miriam. Chicos, ¿alguno quiere preguntarle algo acerca de su vida? –dijo el profesor a mis compañeros.

-¿Por qué has venido a Barcelona? –preguntó una chica rubia de ojos marrones.

Toda la clase me miro y empecé a ponerme roja.

-Porqué mi padre ha tenido que trasladarse por trabajo.

-¡¿Tienes novio!? –chilló un chico al fondo del aula, haciendo que todos empezaran a reír.

Estaba a punto de responder cuando el profesor se adelantó:

-Héctor, no creo que sea adecuado preguntar eso en público. Luego te acercas a ella y lo habláis. Bueno Miriam, –dijo, mirándome. –Bienvenida a nuestra clase y a Barcelona. Espero que todo sea de tu agrado.

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Llevaba 2 horas de clase y deseaba irme ya. Me dirigía al gimnasio para dar educación física cuando 3 chicas se pusieron a mi lado. Las recordaba, una era la rubia que había preguntado porque había venido y las demás se sentaban cerca de mí en clase.

-Hola Miriam, soy Eva Morales. –dijo la rubia. –Ellas son Amanda Ruiz y Tania Rubio, iremos a tu clase todo el curso –me explicó.

-¡Encantada! Perdonad, ¿podéis ayudarme a encontrar el gimnasio? Es que no sé donde está.

-¡Claro!

Avanzamos por los pasillos mientras ellas me iban preguntando cosas sobre mí. Había una de ellas que casi no hablaba. Creo que se llamaba Tania, si, Tania Rubio. Llevaba gafas y vi como sonríe por algunos comentarios pero aún no decía nada. Se la veía una chica aplicada y buena persona.

Eva era la que más hablaba, me cae bien. Se parece mucho a mí en bastantes aspectos solo que ella es rubia y yo soy morena. Amanda me iba preguntando cosas pero no hablaba de ella mismo tanto como Eva.

Llegamos al gimnasio donde estaba toda la clase, hoy tocaba beisbol.

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Eran las 14:30h y estaba en la salida del instituto buscando mis cascos para escuchar música cuando pasaron Eva, Tania y Amanda.

-¡Hasta mañana Miriam! –me dijo Amanda mientras las otras me saludaban con la mano.

-¡Adiós!

Me dirigí a casa sola, llegué y un olor a caldo me alegró el día. Mi madre estaba en casa.

-¡Mamá, estoy en casa!

-¡Cocina! –me gritó de vuelta.

Fui a mi habitación a dejar mis cosas y vi la maleta, ya la desharía mas tarde. Anduve hacia la cocina y me puse a preparar la mesa para comer. Le expliqué a mi madre como me había ido el primer di ay en cuanto acabé de comer me fui al ordenador de mi dormitorio.

Estuve haciendo Skype con Laia y Óscar durante más o menos una hora. Me despedía cuando me llego una solicitud de amistad en Facebook: Héctor Ortiz, más tarde caí en la cuenta de que era el gracioso preguntón de esa misma mañana. Le acepté la solicitud, total, iba a ser mi nuevo compañero de clase. Estaba cerrando el ordenador y sonó un mensaje:

*Hola, ¿cómo ha ido tu primer día?* –Héctor.

Dude si responderle.

*Hola, bastante bien. Gracias por preguntar* – Miriam.*Me alegro, mañana te presentaré a todos tus compañeros para que nos vayas conociendo* –Héctor.

*No hace falta, pero muchas gracias.* –Miriam.

*Lo haré igual. Bueno hasta mañana.* –Héctor.

*Hasta mañana* –Miriam.

Oí la puerta y unas risas, había llegado mi hermano. Salí al comedor para saludarle y preguntarle por su nuevo día, pero cuando llegué vi que no venía solo.

-¡Madre mía! –exclamé.

Hasta el finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora