Hasta el fin

Capítulo 7

-Voy a clase con un chico, se llama Adrià y nos ha tocado juntos en un trabajo de Lengua. Esta tarde hemos quedado en su casa para empezarlo y, tras hacer parte del proyecto, hemos estado jugando a la Play y luego nos hemos estado haciendo cosquillas. El problema es que me lo he pasado muy bien con él. Y, nada más salir de su casa, ya me ha enviado un mensaje diciéndome que quería volver a quedar mañana. Y, cuando le he dicho que mañana no podía que tenía que desempaquetar se ha enfadado y ahora no sé qué hacer.

-A ver mimi, eso no es un problema. Tienes que hablar con él y hacerle ver que quieres quedar pero que no puedes.

-Sí, qué fácil suena, pero, ¿cómo lo hago?

-A ver, dile que solo llevas aquí dos días y no has tenido tiempo para hacerlo, tiene que ver que es verdad, digo yo...

-Bueno, paso de él, si no me cree por algo tan simple y obvio que le den por saco.

-Ai, Miriam, ¡qué carácter tienes! Haz lo que quieras, lo harás igual, te lo diga yo o no.

Me encanta mi hermano, sé que hace un rato decía que le odiaba, pero siempre ha sido un gran apoyo para mí. Cuando estoy mal sabe que decirme y como ayudarme, es más, cuando le ocurrió aquello y quedó tan destrozado, seguía intentando hacer que yo sonriera igual y fuera igual de feliz. A veces es un poco insoportable e infantil pero le quiero.

-Bueno Hugo, te dejo que es tarde. -me despedí.

-Buenas noches canija. -me dijo.

-Buenas noches feo.

Cuando me tumbé en mi cama por fin encendí el móvil y vi que Adri estaba en línea. Esperé a ver si me decía algo pero nada, así que me dormí.

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A las 7 me desperté como cada día, sólo que al mirar por mi ventana y ver un día espléndido me alegré, era viernes y hacía un sol radiante.

Mientras desayunaba mi madre me preguntó por la gran cantidad de papeles que había en la papelera. Me reí y le dije que mejor le preguntara a Hugo, esa era mi sutil venganza, dar explicaciones sin contar mi problema.

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Cuando llegué al insti me saludó Eva y me fui con ella hasta clase. Al entrar vi a Adri apoyado en la puerta creo que esperaba que yo le dijera algo, pero, después de pensarlo vi que era él el que no me creía, si quería algo que viniera él. Crucé la puerta y me senté en mi sitio.

Mi compañero no vino a primera hora, así que Héctor quiso sentarse conmigo a segunda. Acepté encantada, al menos me ayudaría un poco.

No atendimos mucho en clase de historia, pues Héctor me fue contado cosas que sabía sobre mis compañeros. Me enteré de que el padre de Iván había muerto años atrás, que Mireia i Carla eran las chicas más listas de la clase, Marcos, era un chico repetidor pero que decía que se había centrado más, Tania y Eva eran inseparables junto con Amanda, y que esta última había decidido que su corazón solo lo ocuparían chicas y no chicos.

Al acabar la clase, el profesor llamó a Héctor para hablar con él y decidí ir con el grupo de chicas que hablaban al fondo del aula. Me crucé con Adri, el cuál seguía esperando algo de mí, pero, dispuesta a seguir a mi cabeza, pasé de largo y me divertí con las chicas en la hora siguiente, pues la profesora no había venido.

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A la hora del patio salimos donde siempre con los chicos. Oí mi nombre a lo lejos y me giré para ver. Mi hermano estaba en la puerta del instituto. Avisé que enseguida volvería al grupo y me dirigí a la puerta. Esperé a que el portero abriera y salí a ver que quería mi hermano.