Capítulo (25)

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Eran las nueve de la mañana cuando recibí la llamada de Caroline queriendo verme y hablar conmigo sobre el embarazo. Sabía que andaba conmigo solo por su ambición  al dinero y que el embarazo era la vía para retenerme y lograr su objetivo. Las únicas dos cosas que no sabía era quien era el padre de bebe y quien era el amante aliado a ella.

Aún seguía barriendo mis recuerdos buscando un indicio de algo raro o fuera de lo normal de los momentos que pasaba con ella. Si antes me hubieran dicho que ella era solo una fachada, una mentira, una aprovechada mujer, jamás lo hubiera creído.

Yo quería a Carol, aunque amaba a otra, a mi Rachel. Supongo que era por eso que dolía la traición de Carol. No lo había pensado  antes, pero tal vez era por eso que quería evitarla. Aun no podía presentarme ante ella, porque podría ser trasparente al mostrar mi repulsión y desprecio hacia ella, lo que en consecuencia la alejaría, y esa no era una opción. Hasta no saber si en realidad el hijo que espera es mío, no puedo dejarla ir. No podría dormir en paz hasta que no obtuviera esa respuesta.

Lo único que me tranquilizaba era saber que Rachel estaba de nuevo a mi lado, y así se quedaría por el resto de nuestras vidas.

El único problema era que no sabía cómo hacerle entender que el amor es la clave que ser felices, tanto para ella como para él mismo, algo a lo que se habían negado obtener por demasiado tiempo.

Ahora por lo menos tenía la seguridad de poder cumplir con sus fantasías, y deseos que lo habían estado invadiendo por demasiado tiempo como para detenerse justo ahora. No, no se detendría. Le daría suaves besos, tocaría su delicada y sedosa piel de porcelana, estrecharía ese cuerpo contra el suyo y la tomaría toda. Por era suya, y de más nadie.

El teléfono sonó, sabía que era su secretaria al otro lado de la línea y se preguntó que o quien lo molestaba en su hora de descanso en la oficina.

-          ¿Sí?

-          “Señor Philip aquí está la señorita Caroline ¿la hago pasar?”

Dios, parecía que esta mujer no lo dejaría en paz ni un día. Solo esperaba que no insistiera con lo del casamiento. En otro momento hubiera aceptado pero ahora que tenía la certeza de que no era una buena mujer y con Rachel de nuevo en su vida la posibilidad estaba desechada.

-          Hazla pasar – dije con voz cansina.

-          “Si, señor”

Un respiro y un vaso de agua lo prepararon para el siguiente encuentro. La puerta se abrió y Carol entró con su gran porte de mujer digna y la elegancia tan característica de ella que la caracterizaba pero todo era una gran mentira, todo en ella era una farsa.

Ella le sonrió y se acercó a sus labios en cálido beso a modo de saludo. Lo único fuera de lo normal que le mostró era su cara seria con las facciones tensas y duras porque no podía fingir que todo  iba bien entre ellos dos, simplemente le era imposible mostrarse cariñoso y afable con una mujer que le estaba viendo la cara de estúpido.

-          Que sucede, amor. ¿Estas molesto conmigo? – le preguntó ella sentándose en sus piernas con preocupación. Negué.

-          No, solo estoy muy ocupado y no estoy de buen humor. – tomé sus caderas y la levanté de mis piernas bajo la mirada desconcertada de ella. Carol tomó asiento en una de las sillas frente al escritorio y lo observó. - ¿Qué querías hablar conmigo?

-          Últimamente siento que me evades… solo quería verte y hablar sobre él bebe.

-          ¿Qué pasa con el bebé? ¿has tenido problemas con el embarazo? – pregunté preocupado.

Atracción - Enamorada de mi Falso NovioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora