Capitulo (27)

18.9K 942 50
                                    

La tenía allí bajo mi cuerpo tan frágil que parecía romperse con el más mínimo toque. No fui consiente de cuán grande era el temor de ella por entregarse completa, sabía que Rachel solo quería una fría relación sexual pero después de dormir con ella la noche anterior y quedarme velando  su sueño, había estado tan desesperado por exigir más, que me fue casi imposible detenerme. }ahora  viéndola de esa manera con su cara roja, sus ojos atormentados y esas lagrimas brillantes, me daba  cuenta por fin de mi error, jamás debí precipitar las cosas.

La pregunta ahora era ¿la dejo sola y dejo el tema o continuo presionando  con la esperanza de conseguir una respuesta positiva? La cual no creo que llegué.

-          No me  gustan las bromas… - murmuró ella.

-          No estoy bromeando.

-          Lo estas, maldición. ¿Por qué me haces esto? – pregunto un tanto  enojada con un pequeño grito.

-          Jamás me burlaría de ti… - con su cara entre mis manos para que no aparatara su mirada de la mía dije – la única razón por la que insistí en este estúpido trato es porque te quería conmigo… siempre te eh querido conmigo, y no miento cuando digo que también era así cinco años atrás… estuve, estoy y siempre estaré enamorado de ti.

Ella tenía cara de perplejidad, su sorpresa por mi confesión llegaba a tal grado de tener el coraje de abofetearme y darme un golpe en mis partes  nobles.

-          Jo-derrrrr. – gruñí de dolor encogiéndome y tirándome al piso.

-          Eso te pasa por idiota, por joderlo todo. Te odio. – ella grito desde la cama y luego se puso de  pie alejada de mí.

-          ¿Porque tanto griterío? – preguntó Brenda entrando con cara de preocupación a la habitación, seguida de Rich con mal humor, pero cuando me vio en el suelo su ánimo cambio radicalmente decidiendo reírse a costa de mi dolor. Desgraciado. - ¿Por qué Andrew está en  el  suelo? – preguntó Brenda con una sonrisa.

-          No les incumbe – fue la escueta respuesta de una malhumorada Rachel.

-          Tienes los ojos rojos – observó Rich - ¿Qué te hizo Morrison?

-          Ya no es Morrison, es Delaroy – corrigió Brenda.

-          Mis cojooness – gruñí, me dolía a tan extremo que un martilleo apareció en mi cabeza.

-          Creo que te pasaste Rachel, le debe estar doliendo a lo bestia. Algunas veces me han golpeado allí y debo decir que no es nada bonito. – Dijo Rich cogiéndose sus partes en signo  de protección.

-          Se lo merecía, por joderlo siempre todo. – respondió Rachel.

Su “te odio” aun pinchaba  mi cabeza, pero sabía que era mentira, ella solo estaba demasiado molesta conmigo por confundirla y complicarle la vida.

Con todo  el esfuerzo me puse de pie y me acerqué  a la puerta, Brenda y Rich me facilitaron  el camino apartándose, luego en el marco de la puerta volví la vista a la razón de mi dolor de bolas y el ardor en mi mejilla.

-          Esto no se termina aquí, no te eh mentido en nada. Buenas noches.

Con un asentimiento de los amigos de Rachel salí de allí sosteniéndome a  cada paso, parecía que mis testículos jamás bajarían de mi estómago.

A la mañana  siguiente con insomnio estampado en la cara me senté a hablar con mi madre en el estudio. Ella me entrego un sobre con fotos.

Atracción - Enamorada de mi Falso NovioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora