Capítulo (33)

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-          ¿A ver si comprendo, eres el verdadero padre de ese bebe? – preguntó Rich tan sorprendido como yo misma.

-          Si… tengo un conflicto un poco infantil con Delaroy, por lo que acostumbro a acostarme con sus amantes.

-          ¡¿Es enserio?! – pregunte sarcástica.

-          Tal vez no lo entiendas pero entre hombres es un poco normal para demostrar quién es más macho que el otro. – explicó Rich.

-          No he escuchado cosa más machista y primitiva en la vida. – estaba enojada, por lo que los mire a ambos de mala manera. – Por este tipo de pensamientos es que se destrozan la vida la mayoría de los hombres.

-          Lo acepto. Hice mal, pero quiero remediarlo – Lance parecía ser sincero pero de alguna manera me era imposible no estar a la defensiva.

-          Esto lo hablamos después, iré a acompañar a Brenda antes de que diga una estupidez.

Dicho esto, salí de allí con ganas de buscar a Carol, pero me abstuve, ella era una bruja peligrosa y yo sería una idiota si reaccionara por impulso.

Manejé hasta la clínica, en mi mano llevaba verdadera comida tanto como para mi amiga y para mí. No nos iba a matar de hambre, eso jamás. La verdad, trate de pensar más en Brenda que en Andrew, aunque me era difícil. Enserio lo era.

Al llegar  a la  puerta de la habitación me encontré a un oficial con uniforme haciendo guardia, le pregunte el porqué de su presencia y respondió que por seguridad de la paciente su departamento policial decidió mandarlo allí. Asentí y le agradecí su presencia. Sentí un gran alivio.

Le pregunte si había visto a un hombre moreno y atractivo acompañando a Brenda y respondió que sí pero que se había retirado hacía ya un par de horas. 

Pasé acompañando a mi amiga hasta que la enfermera decidió que Brenda debía descansar. Era de noche cuando salí de allí y justo cuando me dirigía a mi auto Andrew me llamó al móvil.

-          Alo

-          “¿Vendrás a casa, Rachel?”

-          Si, ya estoy saliendo para allá.

-          “Entonces te espero”

-          Vale.

Al colgar suspiré, pero a la vez estaba nerviosa, ansiosa, todo por solo escuchar su voz, esa voz cala hasta lo más hondo y sensible de mí…

Me recosté en la puerta del auto y cerré los ojos y cuando los abrí vi las estrellas en el cielo. Eran hermosas, siempre me habían gustado las estrellas, eran como un dulce sueño y lo primero que se me vino a la cabeza fue el deseo de ir a casa para poder ver las estrellas con Andrew y dejarme amar y acariciar debajo de ellas.

Duramente tuve que volver a la realidad. Troy estaba allí pero eso no era todo, Carol también estaba, aunque con esa peluca rubia y la oscuridad del estacionamiento no se la reconociera muy bien. Sonreí por mi suerte. Solo esperaba no salir tan mal parada como le paso a Brenda, pero aunque así fuera, esos dos sufrirían en el intento.

-          Linda noche ¿cierto? – pregunto Carol sonriendo siniestramente.

-          Lo era, hasta que las lacras aparecieron. – dije sin dejarme intimidar por ellos.

-          Tan linda. Bueno, te quería invitar a un lugar más privado para hablar.

-          Yo estoy bien aquí, además no tengo tiempo para gastarlo con una zorra como tú. – eso le molesto así que sonreí aunque por dentro tenía ganas de rasgarle el rostro con mis uñas y desfigurarla.

Atracción - Enamorada de mi Falso NovioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora