37.

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Después de que Dominik nos sugiriera ir a otro lado, terminamos yendo al mismo café en el que fuimos por primera vez los tres juntos. Ese mismo día en que pensé que Sylwia no era tan perra de lo que veo que es ahora.

—Hm... Estás muy callada —me recriminó Dominik

—No pasa nada —fingí una sonrisa

Había estado fingiendo todo el camino. Sinceramente no se me iba el enfado que siento por él. ¿Cómo rayos es capaz de humillarme frente a ella? ¿No haría lo mismo él si estuviera en mi situación?

 Terminé por irme, ya que era demasiado incómodo estar en un silencio infinito entre los tres. Y además, el enfado que sentía no se me terminaba, y prefería estar sola y escapar de toda esta mierda que estaba sintiendo hacia Dominik.

*DOMINIK POV*

Katine se fue, con una cara de querer arrancarle la cabeza a quien le hablara, así que mejor no le intenté rehusar en nada. Me miró solamente, y dijo; ''Me voy. Nos vemos'' y se levantó, miró a Sylwia y arrastró la silla con un ruido horrible para salir por la puerta de vidrio del café. 

Parece que estaba algo enfadada.

No podía creer de lo que era capaz ella. Estaba convencido que detrás de esa armadura de odio y violencia que creaba hacia los demás, estaba aún esa chica vulnerable, y dulce que me salvó hace un tiempo atrás en ese bar. Esa chica tímida y sensible que me entendía. 

Pero creo que se terminó convirtiendo en eso que tanto odiaba. Se transformó en una loca que hace cosas estúpidas en contra de alguien que en verdad no tiene la culpa de nada. Sylwia no ha hecho nada para separarme de ella, al contrario, solo nos apoya. Y no para de decir que siente mucho si su presencia molesta nuestra relación, es decir ¡Hasta se siente culpable!

Katine se estaba saliendo de los límites. Sylwia no tenía culpa de nada. Ella se estaba inventando todo.

—Dominik —la voz grave de Sylwia me desconcentró —Oye, creo que mejor me voy también. Al fin y al cabo solo nos juntamos para arreglar las cosas con Katine...y salió todo mal

—No pasa nada —contesté — Hmmm, ¿En que te vas? 

—No... no sé —se alzó de hombros—Ahí me las arregló

—Es tarde —miré por la ventana del café — Está muy oscuro, mejor vente a mi casa, y allí mi chofer te va a dejar ¿Ok?

Frunció los labios, y me miró seria

—Pero es que ya te causé demasiados problemas hoy, y ....

—No, shhh —la callé —La que está causando los problemas no eres tú, es otra persona. Ya sabes. Así que...mejor vayámonos

Salimos de allí y nos fuimos a pie por el largo camino hasta mi casa. Cuando llegamos, sorprendentemente (si, claro) mis padres no estaban. Sólo estaba Nadia, y también muuuy sorprendentemente, el estúpido chófer no estaba.

Así que solo invité a Sylwia a que nos quedásemos en una de las salas de estar, mientras pensábamos en que hacer.

—Podríamos llamar a un taxi 

—No, yo sigo pensando que es mejor que me vaya por las mías. No tengo dinero para un taxi, así que mejor empiezo a caminar —Sylwia iba a levantarse, pero la tomé de la muñeca

Ella se quedó inmóvil y bajó la mirada hasta mi mano. 

No se movía, parecía una estatua. Como que la situación se ponía incómoda, así que me levanté y le solté el brazo.

—Hmmm, no te puedes ir a pie. Yo te pago el taxi

Se tomó el rostro

  —Dominik... —sonó a reproche—No me gusta que me estés haciendo favores

—Oye, tranquila —me acerqué y le sonreí —Para eso somos amigos ¿no?

Su expresión se descompuso. Ya no tenía sonrisa alguna en el rostro. Suspiró. 

En un movimiento rápido, me tiró de la manga de la sudadera y quedé tumbado en el sofá. 

—Lo siento —se tapó la boca —Me mareé, y...y perdí el equilibrio. Enserio, lo siento

— ¿Estás bien? —pregunté

Creo que soy un imbécil. Obviamente si estaba mareada no estaba bien, pero ¿Y que carajos le preguntaba entonces?

— Sylwia —insistí

No me respondía, y se miraba las rodillas con angustia. Hasta que alzó la vista hasta a mi, aún con angustia, y se acercó lentamente.

—Dominik —susurró

Y bastaron menos de mili segundos para que se mezclara con mi boca. Se inclinó encima mío, e hizo que quedásemos tumbados en el sofá mientras atrapaba mis labios sin dejarme respirar.

Acercó una de sus manos por el borde de mis pantalones. Sentí un escalofrío al sentir sus frías y pálidas manos en mi cintura. 

Sentí como deslizaba el cierre de mi pantalón hacia abajo, e intentaba en vano desabrochar el botón. Por que era de adorno, por cierto. 

Terminó por introducir su mano y dejarme una sensación de escalofríos inmensos dentro. Comenzó a mover su mano, pero... 

Eso estaba mal. ¿Qué mierda hacía besándola en mi sofá, casi recostados, a punto de hacer algo más?

Yo mantuve mis manos quietas en su espalda. Hasta que se alejó y me miró una fracción de segundos para desvestirse. Pero justo cuando iba a sacarse el brasier, miré a la izquierda, y murmuré; 

—Vete 

No escuché respuesta alguna. Volví a mirarla y tenía el brasier a punto de quitárselo, con sus ojos verdes asombradísimos y su cabello rosa enmarañado en el rostro. 

Tomó mi mano, y la acercó por su abdomen. Deslizó mi mano hacia abajo, y al mirarla y verla mordiendo sus labios, más que deseo o esas mierdas, me dio asco.

Esperaba que disfrutara de esto. Pero no. 

Le quité mi mano que casi entraba en sus bragas, y me quité de debajo de su cuerpo.

—Vete de aquí —mascullé, y me abroché el pantalón —No quiero volver a verte 

No le miré a la cara y rojo, me fui a mi habitación. 

Me sentí un asqueroso. Un sucio. 

Pero lo que más me jodía la mente en ese momento eran dos cosas,

¿Me sentía así porque la mujer que casi toco no era Katine? o...

¿Por que me acababa de dar asco una mujer? 


Actualizo en un rato chiks

Toma mi mano || DOMINIK SANTORSKI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora