1.

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Katine se tomaba las manos nerviosa, e intentaba no llorar. Todas las críticas, todas las burlas la tenían al borde de la desesperación. Su ambiente, su habitación, todo en esos momentos le abrumaban. Trataba de ser indiferente a todo lo que le pasaba, pero todo tiene sus limites, y ella no sería capaz de aguantar más.

Tomó su chaqueta, y salió rapido de su casa, sin decir ni una palabra, sin dar ninguna explicación, además... ¿Quién se la pediría, si nadie se preocupaba de ella?
Caminaba, y caminaba sin saber a donde iba, sin saber que dirección tomaba, solo dejaba que sus pies la condujeran a donde quisiesen. Paró por fin en una esquina. Comenzó a pensar en soluciones, soluciones para poder escapar de todo lo que le atormentaba. Algunos cortes inaugurados en sus brazos pasaron por su mente, pero se negó. Prometió que no se haría daño, por lo menos mientras no se derrumbara totalmente. Siguió caminando, y antes de seguir, vio a su derecha, muchas luces y gente. Un pub, buena idea para olvidar todo, bebiendo. Entró decidida en lo que pretendía hacer.

Mucha gente bailando, y todo estaba relativamente oscuro, pero iluminado con luces de colores. Miró a su alrededor. No había estado muchas veces en lugares como ese, pues era bastante aislada como para salir a fiestas. Se acercó al mesón en donde servían los tragos.

—¿Que te vas a servir, bonita? —preguntó el barman

—Quiero... —Katine no bebía mucho, por lo que no sabía de variedades —Cerveza

—De inmediato —se alejó y volvió en menos de un minuto con un gran vaso de la bebida —Disfruta guapa

—Gracias —sonrió tímida Katine

No tardó mucho en beber, y en vez de olvidar las cosas, lo que hizo fue recordarlas de peor manera, y no tener las fuerzas para poder evitar llorar. Se alejó de la barra, y se dirigió al baño, pues lógicamente no quería que nadie la viese botando lágrimas. Al entrar, se detuvo, pues vio a tres chicos haciendo... ¿Tonterías?, no sabía decirlo, pues una chica junto a un chico, estaban tras un celular al parecer grabando, y un tercero hacía cosas raras. Katine solo los ignoró y entró a unos de los cubículos del baño.
Lloraba a más no poder, sin entender por que todo le estaba pasando a ella.
¿Qué rayos le había hecho a esa chica para que la tratara así? ¿Por qué no era capaz de defenderse?
Pero algo le interrumpió los pensamientos. Escuchó gritos del otro lado del cubículo. Seguramente, era de los chicos que había visto al entrar. No se preocupó, hasta que se dio cuenta que esos gritos, y llantos, no cesaban. Se limpió la cara y salió. Se encontró con un chico en el suelo, llorando y suplicando cosas, a otro chico grabando, y a la chica mirando burlescamente. Se impactó al ver al chico del suelo, pues claramente necesitaba ayuda y no se la estaban dando.
Miró aturdida pero intervino.

—¿Qué le sucede? —preguntó Katine a la chica, pero esta en vez de responder hizo un gesto de no saber nada —¿Cómo que no sabes? Estás acá con él

—No tengo idea, que sé yo —dijo en tono de burla

—¡Llamen a mis padres! ¡Llamen a mis padres! —gritaba el chico sentado en el suelo —Por favor, ayúdame —miró suplicante

Molesta por la actitud de la chica, Katine se agachó a la altura del tipo.

—¿Que te sucede? ¿Te duele algo, bebiste mucho?

—Llama a mis padres, por favor — pidió desesperado a sollozos

—¿Traes algún teléfono o algo? —el chico no respondía, si no seguía llorando —Ok, no soy adivina, así que llamaré a una ambulancia, puedes estar en peligro —sacó su celular y marcó al hospital más cercano, pero el chico le arrebató el aparato y lo tiró al suelo

—¡No! ¡No iré al hospital!

—¡Oye! Trato de ayudarte, déjame llamar —tomó el celular del suelo y contestó —¿Hola?, sí, necesito ayuda urgente, una ambulancia, hay un chico muy mal aquí... creo que esta — miró al chico, sin saber realmente con que describir la situación — esta delirando... quizás se drogó o lo drogaron, ¡No lo se! Vengan rápido...

Katine les dio la dirección del pub en el que se encontraban. Le habían dado indicaciones de sacarlo fuera del local, pero realmente no sabía como lo haría, pues el chico se veía al borde del desmayo.

—Hey, ya llamé para que te ayuden, no te desmayes... ni te mueras si es que es el caso —dijo tratando de tranquilizarlo, pero realmente no ayudaba —¿Cómo te llamas?

El chico se quedó en silencio con los ojos entrecerrados.
"Probablemente está inconsciente y yo le estoy hablando" pensó.
Pero para su sorpresa segundos después murmuró;

—D-Dominik —contestó con gran esfuerzo, pues le costaba respirar

—Espera, espera, no, aguanta están por llegar —dijo atemorizada Katine, mientras lo llevaba del brazo para afuera del local

Les pidió ayuda para llevarlo afuera a aquellos desconsiderados que lo estaban grabando. Al principio no hicieron caso.

—Escúchenme bien —su tono se alteró —si no me ayudan les juro que le digo a los de la ambulancia que ustedes lo envenenaron y...y por eso está así

Eso era ridículo. Ni siquiera se sabía los nombres de aquellos dos, pero como estaban tan ebríos accedieron asustados.
Una vez fuera, la ambulancia llegó poco después. Subieron al chico, o más bien a ''Dominik'', y Katine subió para asegurarse de que se recuperara.

•••

Una habitación blanca, sin muchos adornos. ¿Dónde estaba? Se sentía como anestesiado. Sonaba un pitido insoportable, como esas maquinas de los... hospitales. Estaba en uno. Abrió más los ojos para tratar de analizar bien el lugar. Con dificultad miró hacía un lado, y efectivamente tenía una máquina a su lado. También notó que tenía un montón de cosas conectadas o pegadas a él. Una especie de cable en el brazo, cables conectados hacía su nariz, y cosas de ese tipo. Le dolía la cabeza, como si lo hubiese aplastado un elefante. De pronto alguien entró por la puerta, una chica de estatura mediana y cabello ondulado. Le sonrió y se le acercó. Al verla se le pasó por la cabeza una imagen.El rostro de ella, algo asustada, viéndolo desde arriba, como si él la mirara recostado. Le dolió la cabeza recordar.

—¿Como te sientes Dominik? —preguntó la chica, algo insegura al decir su nombre

¿Cómo carajos sabía su nombre?

—¿Y tú quién eres?

—Digamos que tu salva vidas —sonrió —Te encontré en el baño del pub tirado, estabas muy mal. Llamé a una ambulancia, y te trajeron. No sabía que tu situación era tan grave... —lo miró más seria—Casi mueres por sobredosis. Yo pensé que sólo estabas un poco drogado

"Mierda, Sylwia..."

—¿Cómo te llamas? —preguntó sin darse cuenta

—Katine. Por cierto, debes darme el número de tu familia, para avisarles que estás aquí. Solo sabía que te llamas Dominik, pero no me dijiste tu apellido, por lo que no pude contactar a tus padres.

—Mi celular está en mi chaqueta...

Intentó buscar en su bolsillo, pero estaba en una bata blanca de paciente, obvio.

—Ok, le diré a la enfermera entonces...

Katine se tomó las manos nerviosa. No interactuaba tanto con alguien tan seguido, entonces eso la ponía así.
Se dirigió hasta la puerta.

—Espera —dijo Dominik

Ella no respondió y solo atinó a mirarle

—Creo que...gracias —él hizo amago de sonreír

Toma mi mano || DOMINIK SANTORSKI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora