Capítulo 22.

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Capítulo 22. 

Los hilos que controlaban sus movimientos se agitaban con gracia junto con su débil cuerpo. Los pasos que ejecutaba eran firmes y con elegancia. El cabello pelirrosado se agitaba conforme las vueltas y saltos que daba en su danza.

Ella parecía un cisne en un lago solitario. 

Sus ropas eran dignas de una reina, o por lo menos de una princesa. El reflector la apuntaba directamente a ella para el gran final. Sus pasos incrementaron de elegancia y conservó su pose final, para impresionar a su público. 

El telón rojo vino detrás ella se abrió, y escuchó pasos pesados acercandose lentamente hacia ella. 

Trato de moverse, pero los hilos que la hacían danzar la tenían presa en medio del escenario. 

El reflector seguía apuntandola. Esa era la única luz qué había en la oscuridad. 

Sintió unas manos tan ligeras cómo las de ella tomarla por los hombros y acariciar su cuello. 

Sabía de quién se trataba. 

Los hilos que la sostenían reventaron a la vez cuándo ella cayó al suelo del escenario con una brusquedad increíble. Lo primero qué vio fue la mirada aterradora de aquella criatura ojizafiro, y lo segundo qué vio fue la sonrisa que se extendía de oreja a oreja en su rostro macabro. 

-TÚ ME PERTENECES-Escuchó el grito lejano antes de que esa criatura le arrancara los ojos y definitivamente todo se volviera oscuridad. 

 Su cabeza golpeó contra su cráneo. Ella cayó al suelo de su dormitorio gimiendo y gimiendo de dolor. Todos sus músculos le dolían cómo si hubiesen sido destrozados, sólo para ser cocidos lentamente. 

Pinkie se levantó del frío suelo, y la jaqueca había parado. Ella se encontraba muy cansada, y hambrienta. Bajó las escaleras hacia la cocina de los Cake, llegando ahí abrió la nevera con torpeza. 

Su estomago rujió al no encontrar nada qué desayunar. 

La pelirrosa subió de nueva cuenta a su habitación, vistiendose con la ropa colorida y alegre de siempre. Volvió a bajar las escaleras y salió del local-hogar de los Cake. Ella caminaba hacia la tienda de comestibles más cercana, con la esperanza de estuviera abierto a tal hora de la mañana. El sol le dio directo en los ojos azul zafiro, por lo cual ella colocó su capucha de su sudadera amarilla sobre su cabeza. Miro sus pasos sobre el camino en que iba y por su torpeza tropezó con alguien. 

-¡Hey!-Exclamó- ¡F-Fíjate en dónd...!-Su furia fue extinguida al ver al chico castaño ojiverde esmeralda sonreírle. 

-Vaya, ¡pero qué linda coincidencia!-Le revolvió el cabello pelirrosado a la muchacha e hizo una leve reverencia- ¿Se puede saber a dónde se dirigía, bella dama?

La joven ojiazul zafiro no pudo evitar sonreír y sentir pequeñas "mariposas" en el estomago. 

-A ningún lugar en especial, noble caballero-respondió dandose la vuelta y fingiendo elegancia. 

Cheese río por la actuación de la muchacha pelirrosada. 

-Entonces, sino va a ningún lugar en especial...¿le gustaría acompañarme a desayunar?-Cheese ocultó su sonrojo y pena por la invitación y en sus adentros rezaba qué ella aceptara. 

Pinkie notó la ternura en su voz y se giró hacia el chico castaño. 

-¡Sería un placer acompañarle!-Sonrió con un ligero sonrojo y brillo en sus ojos azul zafiro. 

Cheese ofreció su brazo y Pinkie los entrelazó aceptandolo. 

Ambos jóvenes se dirigieron al lugar dónde Cheese dijo. 


¡Hola, hola mis infinitos! 

¿Cómo están? :) 

¡Aquí les dejo el capítulo de hoy!

Espero sea de su agrado n.n' 

¡Comenten, voten y nos leemos luego! <3. 

PD: La letra cursiva es la pesadilla de Pinkie. 

-M🌙.

Help Me. (MLP: Fan-fic) || Pinkamena || TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora