Los espiritus familiares en la magia negra

11.4K 289 18
                                    


Los espíritus familiares pueden ser buenos o malos, pero aquí hablaremos de esos que acompañan y sirven a las brujas y hechiceros, que generalmente emplean el cuerpo de un animal vivo para cumplir sus tareas, y que pueden ser espíritus de humanos fallecidos, seres como los duendes o las criaturas astrales, entidades creadas por el mago o incluso demonios...
.
En sentido general, un "espíritu familiar" es aquel que se ha familiarizado con una persona, que tiene un vínculo personal con la misma, siendo la comunicación uno de los caracteres principales de dicho vínculo. Sin embargo, dando un sentido preciso, un espíritu familiar es aquel que acompaña y sirve a alguien, pudiendo transferirse a los descendientes de esa persona y estando muchas veces (no siempre), tras su compañía y servicio, una situación contractual, entendida como el hecho de que la persona ha dado o sigue dando algo al espíritu familiar. El concepto anterior permite entender que hay espíritus familiares buenos y malos; y por lógica, ya que siempre sirven al interés de la persona, su bondad o maldad no se planteará en el sentido de si son buenos o malos con la persona, sino en lo que respecta a las cosas que hacen para la persona, estando así su condición moral-espiritual ligada a la condición moral-espiritual de aquel a quien sirven. No obstante, la tendencia cristiana a demonizar todo (muy visible actualmente entre los evangelistas y protestantes en general), unida al hecho de que el concepto de espíritu familiar se haya popularizado durante la oscurantista fiebre inquisitorial propensa a la superstición y la fantasía, ha tenido tal influencia en la imagen que el imaginario social tiene del espíritu familiar, que en el diccionario de la RAE se lo concibe desde su acepción negativa, como si ésta fuera la única, diciéndose así que un "familiar" es un: ‹‹Demonio que se supone tiene trato con una persona, y a la que acompaña y sirve.››.
Esclarecido todo esto, cabe decir que en este artículo solo hablaremos de los espíritus familiares en el contexto de la magia negra, y por ende solo nos referiremos a espíritus familiares malignos, los cuales no necesariamente son demonios. Por último, y regresando a la cuestión de los espíritus familiares en sentido general, debe advertirse que éstos no son lo mismo que los espíritus guías y espíritus consejeros: pueden dar consejos (en general no lo hacen), pero se centran en dar servicios; mientras que, un espíritu guía o un espíritu consejero, no dará servicios, salvo que se tomen sus palabras de guía o consejo como un servicio, pero esto no suele (ni debe) hacerse para evitar la confusión conceptual.

Un poco de historia:

En el estatuto isabelino (de la Reina Isabel I) de 1563, no se menciona nada de "espíritus malignos"; sin embargo, en 1604 la legislación inglesa cambia e incluye entre los delitos el ‹‹consultar con un espíritu maligno, pactar con él, mantenerlo, utilizarlo, alimentarlo o remunerarlo››. Es pues una clara institucionalización jurídica del aspecto paranoico del pensamiento mágico generalizado por la imposición del discurso religioso como el filtro de mayor influencia en la percepción socio-cultural de la realidad. Por otro lado, viendo el sorprendente cambio legal uno se pregunta: ¿qué pasó entre 1563 y 1604? Veamos.

Entre esas dos fechas es cuando se desarrolla la teoría de los demonios familiares, fundamentalmente a partir de los procesos legales por cargos de brujería, en los cuales muy frecuentemente se mencionan los sirvientes "demoníacos" de la supuesta hechicera. Concretamente, los términos "familiar" e "imp" fueron usados por primera vez en la obra Discovery of Witchcraft(1584) de Reginald Scot, quien consideraba a éstos como la antítesis del ángel guardián. Con el antecedente de Scot, en 1593 y dentro de su Dialogue Concerning Witches, George Gifford afirma que: ‹‹Las brujas tienen sus espíritus, algunas uno, otras dos, tres o cuatro, de formas diversas, como gatos, sapos o ratones, a los que alimentan con leche o pollos o dejándoles chupar de vez en cuando unas gotas de sangre.››.

Ahora bien, la teoría desplegada en el periodo referido postuló también que la bruja podía dejarles sus espíritus familiares a sus descendientes, y que el pacto de ella con el Diablo no necesariamente tenía que ser repetido por quienes heredaran el cuidado y los servicios de los "familiares".

DEMONOLOGIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora