El Infierno Del Islam

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El infierno del Islam es un lugar repleto de fuego, humo, y aguas sucias que hierven. Allí yacen demonios, humanos, dioses falsos y genios. Todos los humanos condenados son gigantes, pues así aumenta su dolor. De él solo saldrán algún día los pecadores monoteístas; aunque, en opinión de unos cuantos, Alá se apiadará de todos al final de los tiempos.

Visión ortodoxa del infierno, basada en el Corán y la Sunnah

Yahannam es el nombre que se le da al infierno en el Islam. Según el Dr. Omar Sulaîmân Al-Ashqar, quien es profesor en la Facultad de Sharia de la Universidad de Jordania: ‹‹El Infierno es la morada que Alá ha preparado para aquellos que no creen en Él, aquellos que se rebelan contra Sus leyes y descreen de Sus Mensajeros. Es el castigo para Sus enemigos, una prisión para los pecadores.››. Veamos ahora algunos aspectos importantes del infierno musulmán:

Ubicación: La ubicación del Yahannam, ésta sigue siendo materia de especulación en el Islam, y constituye un debate que casi seguramente nunca se cerrará: unos han dicho que está en la parte más baja de la Tierra o adentro de ésta, otros que está en los cielos, algunos piensan que se encuentra en otro universo, y hay quienes se abstienen de opinar considerándolo infructífero; pero, en el vasto mar de propuestas que se han hecho, brilla la que Sheîj Ûaliullah Al Dahlaûî escribió en su Aqîdah: ‹‹No existe ningún texto claro que declare la ubicación del Paraíso y el Infierno. Ambos se encuentran dondequiera que Alá quiera que estén, y nosotros no podemos comprender todos los universos creados por Alá››.

Tamaño: Las fuentes muestran que, de tener un tamaño determinado o un tamaño que varía dentro de cierto rango, el Yahannam es inmensamente profundo y extenso. En los hadices (dichos y hechos de Mahoma, relatados por sus compañeros y compilados por sabios; entre los musulmanes chiitas, también se aplica a los dichos y hechos de ciertos imanes) se dice que, una piedra lanzada al infierno, habrá caído por setenta años antes de tocar el fondo, que en el Día del Juicio el infierno será arrastrado por 70000 ángeles tirando de 70000 cadenas, y que en él, durante el Día de la Resurrección, serán arrojados el sol y la luna, cosa esta última que, de ser verdad, automáticamente invalidaría las hipótesis del infierno como ubicado en la Tierra, a menos de que éste pueda variar su tamaño, ya que el sol, que habrá de caber en él, tiene 109 veces el diámetro de nuestro planeta.

Guardianes del infierno: El Yahannam está custodiado por 19 zabaniya ("guardianes"), quienes son poderosos ángeles guardianes, cada uno con la capacidad para derrotar a toda la Humanidad en su conjunto, cosa que es necesario aclarar pues, según se sabe, entre los primeros herejes hubo algunos que creyeron posible matar a tan reducido número de cuidadores... Algunas de las cosas que el Corán dice sobre estos ángeles son: ‹‹¡Oh, Creyentes! Guardaos a vosotros mismos y a vuestras familias del Fuego, cuyo combustible serán los hombres y las piedras, y en el que habrá Ángeles violentos y severos que no desobedecen a Alá en lo que les ordena, sino que ejecutan cabalmente sus órdenes›› (66:6); ‹‹Decretamos que los guardianes del Infierno fueran Ángeles, y dispusimos ese número para extraviar y castigar aún más a los incrédulos›› (74:31); ‹‹Quienes están en el tormento dirán a los Ángeles Guardianes del Infierno: "Rogad a vuestro Señor para que nos alivie el castigo un día"›› (40:49). Por último, Malik es el líder de los Ángeles Guardianes del Infierno.

Niveles, las puertas del infierno:

  Al igual que el Paraíso, el Infierno tiene distintos niveles en el Islam; dice así el Corán: ‹‹Cada uno será retribuido conforme a lo que hizo›› (6:132). Ahora bien, mientras que el nivel más sublime del Paraíso es el más elevado, el nivel más atormentador del Infierno es el más bajo, siendo estos siete, cada uno con su respectiva puerta. Según una creencia muy difundida entre las primeras generaciones de musulmanes, los pecadores monoteístas irían al primer nivel, los judíos al segundo nivel, los cristianos al tercero, los sabeos al cuarto, los zoroastrianos al quinto, los árabes politeístas al sexto, y los hipócritas al peor, el séptimo nivel. Como puede intuirse, esta visión surgida entre los primeros mahometanos (Mahoma vivió entre el s. VI y el s.VII), inspiró en gran parte la famosa estructura en nueve círculos que imaginó el italiano Dante (s. XIII al XIV) siglos después, en su inmortal obra La Divina Comedia. Pero no hay que creer demasiado en el rigor de esa división del Yahannam; ya que, como bien se sabe, no existen suficientes fundamentos teológicos (en el Corán y los hadices) para mandar a tal o cual tipo de los pecadores referidos a un nivel determinado, además de que los nombres de los niveles o puertas son otra cosa sin bases suficientes, y en realidad son más bien nombres alternativos del Yahannam en su totalidad, siendo arbitrario su uso para divisiones puntuales del mismo. Lo único teológicamente indudable es que los condenados recibirán un tormento en proporción directa a su incredulidad y demás pecados, siendo los más graves siete, en correspondencia con el número de puertas; citamos ahora un hadiz del erudito Al-Bujari, a fin de ilustrar el origen de la escala de gravedad en las palabras del Profeta: ‹‹Eviten los siete pecados destructivos". Preguntaron: Oh, Mensajero de Allah, ¿cuáles son? Él respondió: "Asociar copartícipes a Allah (shirk); la brujería; matar a alguien, que Dios prohibió matar, sin legítimo derecho; cometer usura; apropiarse de la riqueza de los huérfanos; escapar al enfrentarse al enemigo en la batalla; y calumniar a las mujeres castas y creyentes que jamás cometieron actos indecentes"››. Como puede verse, los pecados discernibles en la cita son: 1) shirk, entendido como un desplazar a Dios de su lugar, y por tanto como algo que puede abarcar no solo la idolatría y el politeísmo, sino también el ateísmo, el agnosticismo y, naturalmente, el satanismo, 2) brujería, 3) asesinato fuera del derecho (moral-religioso), 4) robar o hurtar, 5) apropiarse de los bienes del huérfano, 6) escapar en un combate lícito a los ojos de Alá, 7) lanzar calumnias de indecencia sobre mujeres castas y creyentes. Ahora bien, dice el Corán: ‹‹El Infierno es el lugar donde se reunirán todos ellos (Iblis y sus seguidores, como se les había advertido). El Infierno posee siete puertas y cada una está destinada para un grupo de pecadores determinados›› (15:43-44). Lógicamente, la cita expuesta permite suponer que, si son siete los mayores pecados, una persona, habiendo cometido uno o más de los siete pecados mayores, irá a la puerta correspondiente al pecado cometido o al más grave de los pecados cometidos (si cometió más de uno de los grandes pecados). Pero esto no simplifica demasiado la cuestión, porque alguien podría ir al Infierno sin cometer alguno de los siete pecados, ya que en realidad lo que determina la condena es el hecho de que las malas obras pesen más o igual (tienen que pesar menos) que las buenas; esto, claro está, suponiendo ausencia de arrepentimiento, ya que Alá puede perdonar todo cuando hay arrepentimiento, y lo que quiera incluso si no hay arrepentimiento, excepto el shirk (blasfemia, idolatría, politeísmo, etcétera), que únicamente lo perdonará si la persona se ha arrepentido en vida y ha enmendado sus caminos , como sería el caso del ateo que se vuelve creyente, o del cristiano que, tras haber deliberadamente rechazado el Islam, abandona después la fe en Cristo como el hijo de Dios... Para que se vea como lo determinante es la esencia (ésta nos hace propensos a tales o cuales actos) que tenemos al morir, véase este versículo del Corán en que supuestamente habla el mismísimo Alá: ‹‹Ay del castigo que le aguarda a quienes se burlan del prójimo con sus palabras y actitudes y acumulan riquezas y las cuentan una y otra vez, creyendo que su riqueza les inmortalizará. Por el contrario, serán arrojados en el Fuego devastador. ¿Y qué te hará comprender lo que es el Fuego devastador? Es el fuego encendido por orden de Alá que penetra hasta los corazones. Y ciertamente el Infierno será cerrado con columnas elevadas para que no puedan huir.›› (104: 1-9). 

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