LA LLORONA DEL PARQUE RIVERA
Versión 1
Una tarde de otoño, hace muchos años, una joven mujer decide salir a pasear por el Parque Rivera. A pesar de un viento frío y cortante que hacía gemir a los árboles y sumía al parque en la más absoluta soledad, la chica decide salir y llevar consigo a su bebé, que había tenido en condición de soltera.
Estando en vísperas de su boda, la joven se aventura en el parque, por entonces más agreste que ahora y mostrando los resultados de recientes lluvias. Se la ve bordear el lago junto a su niño, mientras el viento arrecia con fuerza, desapareciendo de la vista. La futura novia, sin embargo, no regresará por ese sendero.
Al día siguiente encuentran su cuerpo inerte en el lago del parque, sin rastros del paradero del pequeño. Cuenta la historia que desde entonces, en las noches brumosas y tristes del otoño, puede verse a una joven vestida de novia en los alrededores del lago. Camina sola y llora desconsoladamente, mientras clama por un bebé que perdió hace mucho tiempo.
Versión 2
Hace mucho tiempo, en los inicios del mismo Parque Rivera, vivía una pareja en una casa contigua al lugar. Un miércoles 9, mientras marido y mujer se hallaban fuera, unos ladrones irrumpen en la casa. El esposo llega antes que terminen su faena y los sorprende in fraganti: desesperados, los delincuentes le quitan la vida con un cuchillo. Cuando intentan esconder el cuerpo sienten los ruidos provocados por su mujer, que vestida de blanco llega a la casa.Se esconden detrás de una puerta y observan cómo la joven, aterrada, descubre el cuerpo de su marido. Mientras la mujer llora desconsoladamente sobre él, los ladrones, decididos a todo, llegan por detrás y la ajustician de igual manera. Para ocultar las huellas los delincuentes arrojan los dos cuerpos a la laguna del parque.
Desde entonces, los vecinos de la zona comentan que todos los 9 de cada mes se oyen extraños llantos y quejidos que provienen de la laguna, en el lugar donde los cuerpos de los infortunados amantes fueron arrojados.
Versión 3
Una mujer y su esposo con sus 2 hijos van de noche al Parque Rivera a presenciar una hermosa noche de verano, cenando allí.
Cuando terminan de hacer ese Picnic, los niños se internan dentro del parque a jugar, mientras la mujer recogía las cosas que utilizaron para el Picnic y el hombre buscaba algo en el auto. Cuando la mujer terminó, y llevaba las cosas al auto, encontró algo que la impactó mucho, que dio un grito de horror: su esposo degollado en el asiento delantero del auto. La mujer, después de presenciar aquella cosa tan horrible, sale a buscar llorando y corriendo desesperandamente a sus hijos.
Luego de horas de búsqueda, ve en el lago 2 personas flotando. Cuando se acercó más al lago,reconoció a esas personas: sus 2 hijos. La mujer después de tanto dolor al ver a sus seres queridos muertos, se interna con un inmenso dolor y llanto al Parque. Despues de una hora la mujer por todo lo que lloró, ya no podía respirar y se cayó delicadamente al suelo muerta. Según se cuenta, las personas que van a aquellas horas de la noche a tontear en el interior del Parque Rivera la mujer se les aparece con ese imenso dolor y llanto, buscando aún el alma de sus 2 hijos y su esposo que fueron victimas en un asesinato por un asesino desconocido, que aún en día no saben quien era ese asesino en serie.
EL CASO DEL DOCTOR LENGUAS
A fines de los años 60 o principios de los 70, una mujer a punto de dar a luz llegó al sanatorio del Círculo Católico del Uruguay. Iba acompañada por su hijo pequeño y su esposo, quien se mostraba preocupado por los gritos de dolor de su mujer.
La joven tenía contracciones cada vez más frecuentes, pero como el personal del hospital estaba muy ocupado, la pareja debió esperar un rato mientras se hacían los preparativos. El nerviosismo del marido iba en aumento, pero finalmente un doctor preguntó por la paciente y un equipo de enfermeras se encargó de conducir a la parturienta a la sala correspondiente.
Una vez dentro, el tiempo se hizo eterno para el futuro padre. El reloj de cuerda de la sala martillaba con persistencia segundo tras segundo, resonando como un gong en el silencio del hospital. El niño jugaba, pero el padre, nervioso, esperaba el momento de ir a conocer a su nuevo hijo.
Minutos después, en lugar de una enfermera sonriente se presentó un doctor con aspecto apesadumbrado. Casi sin entender qué sucedía, el hombre escuchó en seguidilla las explicaciones detalladas del médico, como golpes secos y repetidos: se hizo todo lo posible, no resistió, un parto difícil, no hay nada que hacer, el cuerpo ya fue trasladado...
El esposo estalló en un ataque de histeria, sintiendo que las cuatro paredes del hospital se desplomaban hacia adentro, reprimiendo el impulso de correr a la sala y llamar a su mujer a los gritos. Al rato se sumió en un rincón, temblando.En medio de su angustia, un señor canoso, mayor, con la túnica clásica de médico, cruza la sala. Se presenta al joven como el doctor Luis Pedro Lenguas y aclara que está dispuesto a ayudarlo, a lo que el esposo responde con furia y le reprocha con amargura haber llegado demasiado tarde. El anciano, sin embargo, habla con calma y suavidad. Está allí para ayudar, repite, y le pide que aguarde unos minutos.
Segundos después, se siente un llanto de bebé y los gemidos confusos de una mujer. Por la puerta del sanatorio asoma una camilla, sobre la cual descansa la joven esposa, lejos de estar muerta, y su hijo en brazos. Se funden en un abrazo incrédulo y hablan al mismo tiempo: ella no comprende lo sucedido y tiene una sensación extraña; él se deshace en lágrimas y busca con la mirada a los médicos.
El personal del hospital, ante tanto clamor, llega al lugar de los hechos. Cuando el doctor ve a la mujer, se pone pálido y balbucea, incapaz de creer en la presencia milagrosa de ka madre y su hijo recién nacido, desbordante de vida. El esposo está furioso y se niega a contestar a los médicos, aclarando que hablará únicamente con el doctor Lenguas.
Ante la mención del apellido, tanto las enfermeras como el obstetra pierden nuevamente el color en el rostro. El médico lo mira fijamente y le señala un cuadro que cuelga en la pared. El hombre reconoce la figura al instante: el mismo rostro afable, la misma mirada, el porte inconfundible del anciano doctor.
Debe estar equivocado, aclara el profesional. El doctor Luis Pedro Lenguas fue el fundador del sanatorio en 1885 y falleció en 1932.
El prodigio del rescate no demoró en correr por los pasillos del hospital y desde entonces la leyenda de Pedro Lenguas cobró forma en los pequeños milagros del sanatorio. Su presencia mítica erigió la leyenda del médico que desafió a la muerte por partida doble, logrando milagros desde ambos lados de la línea que separa a los muertos de los vivos.
¡Hi! Estoy segura de que todos esperaban a "la llorona"... no lo nieguen 7w7.
Les aviso que mañana es el último capítulo de este especial... voy a extrañar actualizar todos los días, xD.
En otras noticias(?)... ¡hoy no tuvimos clases, yeiii! Por el... bueno, no me acuerdo porqué xD, pero algo era. Me salvé de matemáticas y de estar en música con una vieja mandona e insoportable *-*
PD: ¿Alguien está viendo el informativo? Mis padres están viéndolo y al parecer hubo un tornado en Dolores... Saludos para los que sean de allá y ojalá estén bien.
Besoooos con olorsito rico a torta frita... se me hace agua la boca de sólo escribir la palabra... :(
>>Romi<<
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Cosas Uruguayas
UmorismoUn día, navegando por wattpad, me dispuse a buscar cosas uruguayas... Y adivinen... No había nada. Así que dije: ¿Romi, why not? Y apareció esto. Cosas extrañas, manias, expresiones, costumbres y muchas cosas más de nuestro pequeño pero queridísimo...