-¿Por qué no puedes casarte con papi? -myungsoo suspiró inclinándose hasta la altura de la pequeña eun jung.
El azabache conectó sus miradas a la vez que sonreía apacible para ella. Eun jung esperaba impaciente por la respuesta, hizo un pequeño mohín que myungsoo, enternecido, la tomó en sus brazos. Ambos iban de regresó al lugar en donde se supone debían estar su hijo y Sungyeol.
- ¿Por qué? -insistió la menor obligándolo a mirarla.
-Pequeña, tu padre y yo no somos novios.
-Puedes pedírselo. Yo te doy permiso.
Myungsoo rio levemente.
-Pero ¿y si no me acepta?
-Lo hará -dijo segura-. Eres su príncipe encantador.
Ante esa respuesta, myungsoo, la miró con extrañeza. Eun jung simplemente le dijo que era un secreto. Durante todo el camino se mantuvieron en silencio. Myung Soo seguía sorprendido por la conversaciones que minutos atrás tuvo con la menor.
Ella en verdad deseaba que esté junto a sungyeol. Y a él, la idea no le molestaba, quería hacerlo. Quería una oportunidad. Sin embargo, iría con calma, sin presiones, deseaba que Sungyeol vuelva a confiar en él, sentirse cómodo y quizá más adelante...
¿Quién sabe lo que pueda pasar?
Aunque la necesidad de tenerlo sea grande, myungsoo, no olvidaba que su pequeño no superaba la separación entre sungjong y él. Le preocupaba lo que pueda pensar si comienza una nueva relación.
-¿Dónde están? -myungsoo miró alrededor pero no había rastro de ellos. Decidió esperar sentado con eun jung.
Con el pasar de los minutos ambos empezaban a inquietarse. Eun jung poco a poco se quedó dormida en brazos de myungsoo y él, continuaba mirando desesperado alrededor. Siendo poca su paciencia levantó con cuidado a la menor y fue en busca de ellos.
Caminó cerca del área de esquí, por las carpas donde proporcionaban alimentos e incluso los servicios. Pero no había rastro de ellos. Myungsoo mordió levemente su labio inferior, no podía dejar de sentirse preocupado.
-¿Dónde habrán ido exactamente? -murmuró para sí.
Acomodó a eun jung con cautela. Pensó en la posibilidad de que hayan regresado al hotel, así que, dio media vuelta y siguió el camino con dirección al lugar donde se hospedan.
Casi a mitad del camino una traviesa risa que conocía perfectamente, y las protestas a las que estaba acostumbrado en el pasado, lo detuvo. ¿Cómo se le pasó por alto ese lugar?
Agradeció a todos los dioses por haberlos encontrado.
-Un poco más...eso, eso, ¡Wah! ¡ya está! ¡Si!
-¡Lo hizo! En verdad lo hizo ¡woah..!
Sungyeol al igual que min soo alzó sus brazos al aire en señal de victoria. Sin duda, el esfuerzo y empeño debía ser recompensado. Estuvo mucho tiempo tratando de conseguir aquel osito de peluche para el menor.
Debido a la emoción Sungyeol lo tomó en sus brazos y empezaron a dar vueltas. Escuchar la juguetona risa del pequeño lo llenó de alegría. Cuando se detuvo contempló el rostro de min soo y sonrió al notar el gran parecido con Myungsoo.
Eran como dos gotas de agua según Sungyeol.
Dejó al pequeño a su lado y este procedió a tomar el juguete. Nuevamente dio pequeños saltitos alrededor mientras agradecía y le decía lo genial que era. La satisfacción lo invadió en su interior. Aunque un poco avergonzado por que pese a los años.
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"Lo siento, te amo"
FanfictionCuando uno ama verdaderamente su historia no tiene final. Historia publicada: Septiembre, 2016.