La vida es como una montaña rusa de emociones. Una vez que te sientes feliz, llegas a la cima, y de nueva cuenta bajas ¿cierto?
Pues, a medida que desciendes, sientes como tu alma escapa de tu cuerpo, quieres recuperarla, sentirte mejor, pero es difícil.
Cuando llegas al final aún estas mareado, tu cuerpo tiembla, y lo que quieres es estabilidad. Aquello parecía lejano para Sungyeol. Su vida dependía de una estúpida montaña, todo lo que parecía bueno al final terminaba en desgracia.
Como ahora.
Sólo que, de alguna manera, muy dentro de sí esperaba que algo sucedería. Había dejado de creer en la felicidad desde hace mucho pero no podía resistir a tener ese sentimiento. Era algo inevitable.
En ese momento ya no escuchaba nada de lo que esas personas decían, no quería saber, lo único que pensaba era en marcharse. Fue un error haberlo aceptado desde un principio, pero... ¿qué podía hacer?
Una vez más su corazón no lo escuchó, y sólo dejó que pasara.
Sungyeol tomó sus maletas, y como pudo acomodó a su hija en sus brazos. Él no tenía nada que hacer en ese lugar, y definitivamente tampoco debía intervenir en su vida. Sus esperanzas lo abandonaron, otra vez, pero está vez era algo definitivo.
Sin vuelta atrás.
Myung Soo, por su parte, no daba razón para negar su responsabilidades. Porque justo en el momento que su ex pareja le contará lo que verdaderamente pasó ese día, los recuerdos se hicieron más claros, y el miedo incrementó.
Sung Jong le mostró la prueba de sangre que, efectivamente confirmaba su embarazo. Tres semanas. Todo pasaba tan lento a su alrededor, escuchaba ecos en su cabeza donde su voz repetía una y otra vez cuanto ama a sungyeol.
Dejó a su cuerpo caer en el sofá con los papeles en su mano. Seguía sin creerlo. Pero su memoria volvía a mostrarle aquellas imágenes para torturarlo. Dejó salir un suspiró, humedeció sus labios, y miró al castaño, éste se mantenía con la mirada en el piso.
-Sung Jong...-su voz sonaba entrecortada, trató de tranquilizarse, pero al ver la silueta de su actual pareja cruzar la puerta lo hizo callar.
Sungjong lo tomó del brazo, pero myungsoo se soltó con brusquedad y salió tras él. No dejaría las cosas así, sungyeol debía entender que aquello pasó sin quererlo, sin...desearlo.
-Yeol, amor. Por favor, no te vayas...por favor, déjame explicarte.
Myung Soo alcanzó a tomar su mano, y aunque éste le diera la espalda continuó:
-Lo que pasó entre sungjong y yo no fue planeado, ni siquiera lo recuerdo. Esa noche...
-No tienes por qué darme explicaciones -sungyeol susurró lo suficientemente bajo para que su hija no escuchara-. No quiero escucharlas, y tampoco quiero volver a verte. Lo nuestro...
-Por favor, n-no digas que fue un error o que te arrepientes de esto. Yeolie, dame una oportunidad para explicarte, te lo pido.
El agarre en su mano cada vez se hacía más fuerte. Tenía miedo, la sola idea de que el pelirrojo nunca más estuviera a su lado lo lastimaba. Soportó tantos años sin él, y ahora que lo tenía no quería perderlo. No por algo como esto.
-Por favor. -volvió a pedir dejando que sus lágrimas fluyeran.
Sintió su corazón latir intensamente cuando Sungyeol volteó a verlo. Sus ojos estaban rojos, y aquel brillo en su mirada se había perdido. Recordó el día en que lo perdió la primera vez, y el sentimiento de antaño volvió con fuerza.
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"Lo siento, te amo"
FanfictionCuando uno ama verdaderamente su historia no tiene final. Historia publicada: Septiembre, 2016.