Capitulo 37

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“¿Que hay entre _____ y Quincy?”

Desperté con un terrible dolor de cabeza. Era como si me hubieran pegado con un martillo en la parte trasera. Me daban pinchazos hasta el punto de marearme. Me levanté poco a poco de la cama. Miré el reloj a mi lado. Eran las dos de la tarde. Mier*da. ¿Desde cuando había dormido tanto? Tenía que prepararme.

Salté de la cama y bajé rápidamente las escaleras, tumbándome en el sofá de la casa. Se estaba tan bien allí. Miré mi iPhone y vi cientos de mensajes y al menos una veintena de llamadas de Jason. Mordí mi labio.

Me dirigí hacia la cocina. Ni siquiera tenía ganas de comer. Iba a morir de asco. Mi estómago estaba revuelto por el alcohol de la anterior noche y cada vez que veía algo de comida a mi alrededor me daban ganas de vomitar.

Cogí algo de zumo, mi garganta estaba seca y tenía mucha sed. Bebí unos tragos y luego comí algo de fruta con un sandwich de pavo. Eso no me haría nada de mal, al menos no me daba asco.

Noté como el teléfono vibraba a mi lado en la barra de desayuno de la cocina y lo cogí rápidamente, sin ni siquiera mirar quien era. “¿Si?” Suspiré sintiendo otro de esos profundos pinchazos en mi cabeza.

Necesitaba que lo que me había tomado hiciera efecto ya, o si no, me iba a morir de dolor en el concierto. Y no quería eso.

“¿______?” La voz de Jason me hizo estremecer. “¿Donde demonios estabas? Te he llamado mas de veinte veces” No lo jures, lo acabo de ver.

“Estaba cansada y me dormí, eso es todo.” Me encogí de hombros, mirando el reloj de la cocina. Eran casi las tres de la tarde. Suspiré.

“¿A que hora llegaste anoche?” Mordí mi labio con nerviosismo. Odiaba esas preguntas.

“Creo que a las cuatro y media o algo así...” Total, ¿para que mentirle? Se acabaría enterando tarde o temprano. Resopló y pude imaginarle pasando sus manos por su rostro con fervor.

“Esta bien. Date prisa, en una hora te quiero aquí. ¿Entendido?” Dijo con voz dura. Yo asentí con mi cabeza y suspiré.

“Entendido.” Colgué nada más hablar y me dirigí hacia mi habitación. Necesitaba una ducha si quería despejarme. Froté mi rostro y cogí ropa interior para meterme a la ducha poco después.

La ducha me relajó los músculos y me sentía mas despejada gracias al agua. Me hubiera pasado todo el día bajo la ducha, pero por desgracia no tenía el suficiente tiempo como para hacerlo. Un concierto me esperaba... mejor dicho, Jason. Y no quería que me echara la bronca o me matara.

Salí con una toalla rodeada a mi cintura y poco después me puse la ropa interior. Di crema a todo mi cuerpo y me dirigí hacia una de las maletas para coger algo de ropa. Me decidí por un short corto y una blusa de tirantes que enseñaba parte de mi estómago. Era muy corta y la verdad lo iba a agradecer, porque con el calor que hacía, seguramente me asfixiaría.

Impossible ღ [נusтιи вιeвeя&тu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora